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Murió el cineasta cubano Juan Carlos Tabío, codirector de la recordada “Fresa y Chocolate”

Vivía en La Habana y tenía 78 años. A lo largo de su carrera filmó 41 documentales y películas de ficción.

Murió en La Habana el cineasta Juan Carlos Tabío.
Actualizada: 18/01/2021 17:16
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El cineasta Juan Carlos Tabío, coautor de clásicos de la filmografía cubana como Fresa y Chocolate o Guantanamera, murió este lunes en La Habana a los 78 años. Lo informó el Instituto de Arte e Industria Cinematográfica de Cuba (ICAIC).

El organismo destacó que la obra de Tabío “es parte trascendente de la historia del cine cubano”.

Tabío filmó 41 documentales y películas de ficción, entre las que resalta en especial Fresa y Chocolate, que codirigió junto al fallecido Tomás Gutiérrez Alea y que puso sobre el tapete el tema de los homosexuales y la Revolución. La película fue nominada a un premio Oscar como mejor película extranjera en 1994.

Basada en el cuento del escritor Senel Paz El lobo, el bosque y el hombre nuevo, el film causó un fuerte impacto en la isla por tocar por primera vez en el cine la situación de los homosexuales en el país, segregados y perseguidos durante décadas tras el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.

La cinta, cuyo nombre alude a los gustos de helados más populares en la isla y comienza en la tradicional heladería Coppelia de La Habana, obtuvo el Premio Goya al mejor largometraje extranjero de habla hispana en 1995.

La película fue filmada en tándem por Tabío y uno de los grandes maestros del cine cubano, Tomás Gutiérrez Alea, quien se encontraba enfermo en ese entonces y murió el 16 de abril de 1996. “Titón”, como se lo conocía a Gutiérrea Alea, es autor de películas emblemáticas del cine cubano como La Muerte de un Burócrata y Memorias del Subdesarrollo. Juntos también hicieron Guantanamera, un filme muy taquillero de los años 90 que narra las peripecias de una familia para trasladar el féretro de un ser querido desde Guantánamo, en el extremo este del país, hasta La Habana, siguiendo los pasos de un minucioso y burocrático plan estatal.

Humor y realidad social
Tabío obtuvo el Premio Nacional de Cine en 2014. Sus películas son recordadas por plasmar el sentido del humor de los cubanos junto con una enorme dosis de dura realidad y crisis económica tras la caída de la ex Unión Soviética.

Fue autor de verdaderos clásicos de la cinematografía cubana, como Se permuta (1985), su primer largometraje de ficción que resumió los problemas que tenían los cubanos para mudarse de vivienda, una operación solo permitida entonces a través de “permutas” ya que hasta hace una década la compra y venta de inmuebles estaba prohibida en el país caribeño. El filme graficó con humor los entramados que debían tejer las familias para concretar una operación inmobiliaria, a veces condicionada y sincronizada con numerosas “permutas” que se iban entretejiendo la una con la otra, como una verdadera obra de ingeniería.

Otros filmes suyos arrancaron más de una sonrisa y varias carcajadas al público como Plaff (1988), donde utilizaba recursos inesperados como cuando la protagonista, Daisy Granados, lloraba y declamaba su soledad en la intimidad de su cuarto, pero al abrir la puerta del placard el espejo interior dejaba ver a toda la “troupe” de filmación, micrófonos incluidos, desatando las quejas de la actriz-personaje que explotaba diciendo que “así no se puede trabajar”.

“Irreverente e iconoclasta”
El actor Luis Alberto García, uno de los actores más importantes de Cuba, subió un posteo a las redes sociales para despedir a Tabío. Fue “uno de nuestros grandes directores de cine. Iconoclasta. Irreverente hasta la médula pero con un sentido de la responsabilidad artística y ciudadana envidiables. Alumno-hijo de Titón (Tomás Gutiérrez Alea) y a la vez su respetuoso émulo”, escribió.

Y añadió que fue “brillante en la comedia punzante, a veces cáustica, pero siempre a una altura impresionante. Su látigo tenía (tiene y tendrá) los mejores cascabeles en la punta. Siempre estuvo alejado de las lentejuelas y las fatuidades. Del autobombo tan a la moda. Con total serenidad decidió un día que no filmaba más y lo cumplió”.

¿Algún director de cine, terminando de rodar un largometraje largamente acariciado, lo pone en manos de otro director para que se lo edite y se va con su maestro enfermo para ayudarle a hacer su película y la asume desde la pasión y entrega totales? Sí. Muchos y yo fuimos testigos. Ahí queda para la historia “Fresa y Chocolate”. Y luego “Guantanamera”, hecha con las mismas dos cabezas y cuatro manos”, indicó García.

Tabío, además, conjugó su labor detrás de las cámaras con la de profesor de guión y dirección en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, impulsada por el escritor colombiano Gabriel García Márquez.

En 2011 trabajó en el proyecto de la serie largometraje Siete días en La Habana, junto al actor puertorriqueño Benicio del Toro, el director español Julio Medem, el francés Laurent Cantet, el argentino Pablo Trapero, el palestino Elia Suleiman y el argentino-francés Gaspar Noe.

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