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En medio de la pandemia ya cerraron casi todos los peloteros que funcionaban en San Luis

Antes de la cuarentena eran unos 15 los locales que funcionaban en las principales ciudades de la provincia: hoy solo resiste mucho menos de la mitad. Los propietarios cuestionaron la falta de respuesta del Gobierno que sigue sin aprobar los protocolos. En provincias vecinas el rubro ya reanudó las actividades. “Nos sentimos abandonados”, expresaron.

La última reunión con el Gobierno fue la semana pasada.
Actualizada: 21/01/2021 22:44
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Pese a los reiterados pedidos efectuados a las autoridades provinciales, los peloteros en San Luis siguen con las persianas bajas y la situación económica ya terminó asfixiando a la mayoría. Según los números confirmados por el sector, hace 10 meses que no trabajan y solo cuatro negocios lograron subsistir (aunque sin poder abrir) en la capital puntana.

“Nos sentimos abandonados, dejados de lado. A nadie le importa”, expresó con dolor el dueño de Play House, Pablo Magallanes.

En declaraciones a El Chorrillero contó que en junio la situación los llevó a hermanarse con peloteros de Villa Mercedes: en ese momento eran unos 15 en total. Hoy sólo cuatro continúan esperando en la ciudad de San Luis que el Comité de Crisis los habilite para poner en marcha sus economías; mientras que en la ciudad de la Calle Angosta solo hay uno o dos.

El 21 de diciembre, el Gobierno anunció que se reuniría la semana siguiente con los representantes de las actividades comerciales que todavía no estaban flexibilizadas. Pero debieron esperar 22 días para ser recibidos.

Magallanes transmitió que el encuentro se concretó con funcionarios del programa Industria y Comercio, dependiente del ministerio de Producción.

“Tampoco nos reunimos con el Comité. El primer comentario que nos dijeron fue que querían escucharnos. Nos pareció absurdo siendo que hace 10 meses le presentamos notas, enviamos mails y fuimos a Terrazas pidiendo que nos permitan trabajar y busquemos alguna manera”, cuestionó.

Mencionó que plantearon la situación de otras provincias como Córdoba y Mendoza donde ya abrieron con protocolos específicos para prevenir el coronavirus.

“Con esto frenaron las fiestas clandestinas también porque cumpleaños siempre habrá. De hecho, se llevan peloteros a domicilio o los mismos restaurantes ofrecen cumpleaños y alquilan inflables. No entendemos por qué a un salón, que está preparado y tiene las medidas de seguridad e higiene que exigen, no les permiten trabajar”, se quejó.

Magallanes manifestó su disconformidad debido a que, al igual a los pedidos anteriores, no obtienen una respuesta “concreta” del Gobierno provincial que hizo una apertura importante de las actividades: “Nos dijeron que lo iban a ver. Visitaron dos o tres salones. Ahora preguntamos y están de vacaciones”.

En este sentido, tuvo en cuenta las numerosas notas y hasta protocolos que presentaron a las autoridades a lo largo del 2020.

Además de Play House, Jopo Verde, Castillo Encantado y City Game también están en condiciones de recibir a los cumpleañeros.

“Queremos adecuarnos a lo que el Gobierno dispone, pero no podemos trabajar. Sin embargo, hay miles de cabañas con piletas e inflables y no les hacen problemas”, agregó.

En consonancia se pronunció José, el propietario de Castillo Encantado: “Estamos en una situación desesperante y muy complicada (…) Hace 21 años que nació mi pelotero. Años de comercio, de dar trabajo y así estamos”.

Magallanes expuso además que durante la pandemia el sector no pudo acceder a ninguna asistencia o beneficio de Nación.

“Al no tener ningún tipo de ingreso resulta imposible poder vivir así”, subrayó, y puntualizó en que los trabajadores de los peloteros que cerraron debieron buscar otras alternativas laborales. “Se han destruido varias fuentes de ingreso”, concluyó.

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