La ivermectina suma apoyos como tratamiento para el coronavirus
En la Argentina no está aprobada por la ANMAT para casos de COVID-19, pero algunas provincias ya la utilizan como política oficial. Hay varios estudios que avalan su uso.
La ivermectina empieza a ganar consenso internacional sobre los beneficios de su uso para la prevención y el tratamiento temprano contra el coronavirus. Diversos trabajos e investigaciones defienden su empleo y hasta recomiendan que en algunos de los estudios clínicos en curso debería de dejar de aplicarse un placebo.
Este fármaco es un conocido agente antiparasitario de amplio espectro, cuya principal indicación primaria era, desde hace muchos años, para uso veterinario. Luego, recibió la aprobación de la FDA estadounidense para su utilización en humanos. En investigaciones clínicas está demostrando proveer una significativa reducción en el riesgo de contagio y alentadores resultados en el tratamiento de los pacientes con coronavirus.
Este medicamento se emplea en algunos lugares para tratar a los pacientes con COVID-19. Distintos trabajos evidencian una importante actividad antiviral in vitro contra una amplia gama de virus, incluido el SARS-CoV- 2.
Además, también podría servir como método preventivo. Nuevos indicios, ya en estudios de profilaxis con agentes de salud y de tratamiento en pacientes infectados, arrojan esperanzas sobre sus potenciales efectos protectores.
En la Argentina está incluida en los protocolos para pacientes con coronavirus, y en la política oficial para la profilaxis en personal sanitario en las provincias de Misiones, Salta, Chaco, Corrientes, Tucumán y La Pampa. Sin embargo, la ANMAT todavía no aprobó su uso y la Sociedad Argentina de Infectología dice que aún no hay evidencias de calidad que justifiquen su aplicación de forma masiva.
Otras provincias están analizando la situación y mostraron interés en la medicación. Paralelamente, las farmacias de todo el país vieron un incremento en las recetas de ivermectina.
Los principales efectos adversos reportados por el uso habitual de la ivermectina en general son leves y transitorios y desaparecen al discontinuar el tratamiento. Los mismos incluyen mareos, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor o hinchazón estomacal, diarrea, estreñimiento, debilidad, somnolencia, temblor incontrolable de alguna parte del cuerpo y molestias en el pecho.
Qué dice la ciencia sobre la ivermectina
Se registró crecimiento de la evidencia científica a favor de la droga. Un metaanálisis realizado en el Reino Unido por un grupo de médicos agrupados en la ‘Alianza de Cuidados Críticos de Covid-19 en Primera Línea’ (FLCCC por su sigla en inglés) concluyó que la ivermectina es un fármaco esencial para disminuir la morbilidad y mortalidad producida por la infección por el coronavirus.
La FLCCC afirma incluso que dado los resultados alcanzados ya no es ético continuar con los ensayos comparativos entre esta droga y el placebo, y que aquellos en curso deberían cerrarse. Las conclusiones las hicieron tras analizar los resultados de 25 investigaciones científicas que en total incluyó 2045 participantes como profilaxis y 1835 COVID-19 positivos.
El metaanálisis confirmó una reducción de la mortalidad de entre el 65 y el 92% (dependiendo del estadio de la enfermedad en los pacientes tratados) y una disminución de la infección entre un 82 y 92% cuando se usa en forma preventiva en los trabajadores de la salud y sus contactos estrechos.
En Argentina, una investigación llevada a cabo por los Héctor Carvallo y Roberto Hirsch, y auspiciada por Panalab, unos de los laboratorios productores de la ivermectina, determinó que la droga fue un método complementario para equipos de protección personal en la profilaxis del SARS-CoV-2 en el personal sanitario y sus contactos. El trabajo fue reproducido en la Plataforma Internacional de Publicaciones Científicas SciVision y en la prestigiosa revista científica Microbiol Infect Dis.
Como resultado del relevamiento, si bien algunos de los participantes aún están completando el esquema terapéutico (8 semanas de tratamiento y 16 de mantenimiento), a la fecha no se registraron infecciones por COVID-19 en ninguno de los 162 sujetos entre el 1º de junio y el 15 de diciembre.
“Estos resultados son particularmente importantes debido a que la literatura mundial registrada durante esta pandemia, refiere que debe esperarse un nivel de infección en no menos del 25 % de los agentes de salud dedicados a la atención de las zonas infecciosas en general, y de COVID-19 en particular. Esto implica que, a lo largo del seguimiento semestral de los individuos incluidos en este relevamiento, no menos de 35-45 infecciones deberían haber sido registradas, eventos que no se produjeron”, afirma el Héctor Carvallo, endocrinólogo y co-autor del trabajo.
“Sin ninguna duda estamos hablando de estudios con grupos reducidos, que tienen por objetivo marcar un camino inicial y abrir las puertas a nuevas y más voluminosas investigaciones, pero los resultados son contundentes”, sostiene Roberto Hirsch, Jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Muñiz y también co-autor del estudio.
Otro trabajo interdisciplinario, también llevado a cabo por investigadores argentinos, concluyó que la ivermectina reduce la carga viral en pacientes infectados con SARS-Cov-2. Luego de analizar la performance de 45 personas adultas con COVID-19 en estadios tempranos (30 recibieron ivermectina y 15 placebo) se observó una eliminación más rápida y profunda del virus cuando se inicia el tratamiento hasta cinco días desde el inicio de los síntomas.
Un estudio realizado en 2020 por científicos australianos liderados por León Caly publicado en la revista Antiviral Research alertó sobre los posibles efectos benéficos de la ivermectina, al demostrar que inhibía in vitro la replicación del coronavirus SARS-CoV-2 en cultivos celulares.
Un ensayo de médicos españoles liderados por María Teresa Gómez-Hernández concluyó que el tratamiento con ivermectina puede mejorar el pronóstico de los pacientes con COVID-19.
Por otro lado, un trabajo sobre 72 pacientes publicado en el International Journal of Infections Diseases resolvió que “aunque la muestra del estudio fue demasiado pequeña como para sacar conclusiones sólidas, los resultados proporcionan evidencia del beneficio potencial de la intervención temprana con el fármaco ivermectina para el tratamiento de pacientes adultos diagnosticados con COVID-19 leve”.
Otra investigación en la Florida (Estados Unidos) cuyas conclusiones se publicaron en el CHEST Journal demostró analizando los resultados observados en 280 personas, que “la terapia con ivermectina se asoció con una menor mortalidad durante el tratamiento de COVID-19, especialmente en pacientes con compromiso pulmonar grave”. Se aclaró, no obstante, que se necesitan ensayos controlados aleatorios para confirmar estos hallazgos.