Ponzio cumple 39 y le gana al tiempo en un River de Gallardo que no perdona

Ya ganó todo. Después de pasar por las peores, le sacaron la foto eterna con la Copa Libertadores en Madrid mientras el rival de toda la vida miraba desde abajo del podio. Sin embargo, Leonardo Ponzio no se da por hecho y quiere más en River. El paso del tiempo se ve reflejado en el DNI, con los 39 años que cumple este viernes, pero no en su compromiso, actitud y rendimiento.

Desde esa definición ante Boca de 2018 en adelante, el capitán del Millonario perdió ese lugar como titular que tenía desde los primeros destellos de la Era del Muñeco. Paradójicamente, en esa noche mítica del Santiago Bernabéu se terminó de ganar el mote de ídolo pero también le dio paso a la historia, porque en su lugar entró Juan Fernando Quintero para dar vuelta el partido.

Lejos de achicarse, de buscar un destino con menores presiones o de esos que llenan más los bolsillos que el corazón, nunca renegó de las elecciones del DT, que lo utilizó mucho más como relevo que como titular. Lo aceptó en pos de lo que fuese mejor para el equipo y, por sobre todo, fue una guía para el resto fuera de la cancha, algo que se deja ver en cada entrenamiento.

Es difícil que en el River de Gallardo aparezcan caras largas por falta de minutos, declaraciones polémicas o publicaciones fuera de lugar. Se replica en el vínculo con el hincha, respetado al máximo por el plantel. Siempre Ponzio está entre los primeros de la fila para los autógrafos y las fotos -cuando no había pandemia, claro-. Y por supuesto que al cacique todos lo siguen.

Lo mismo pasa con las acciones dentro de la cancha. Un ejemplo claro es la expulsión de Jorge Carrascal por un patadón ‘de calentura’ en la ida ante Palmeiras, cuando ya ganaba 3-0 la semifinal, lo que trajo como consecuencia una charla de los referentes con el colombiano. Al martes siguiente, su ausencia se sintió en un equipo que quedó al borde de la hazaña en San Pablo.

Finalmente, en lo estrictamente futbolístico, Ponzio demostró estar a la altura desde lo físico cada vez que le tocó jugar, en especial durante la Copa Maradona mientras River apostó por formaciones con variantes. Gallardo, un técnico que se caracteriza por no regalarle nada a nadie por más chapa que tenga, todavía lo ve acorde a sus exigencias.

Al capitán que debutó en Newell’s al principio del Milenio, que pasó por Zaragoza dos veces pero encontró su lugar en River, pareciera que el tiempo le pasa más lento que al resto. Tiene contrato hasta junio y la chance de decidir qué hace, si cuelga los botines (no lo van a dejar ir fácil de Núñez y ya hay quienes lo imaginan en el CT) o estira su exitosa carrera. El tiempo, justamente, dirá.

La historia de Leonardo Ponzio en River

• Tuvo un primer ciclo en el Millonario entre 2007 y 2008, cuando llegó desde Zaragoza por US$ 3.500.000. Ganó el Clausura 2008, fue parte del equipo que terminó último en el Apertura siguiente y volvió a España.

• Retornó en 2012, cuando el equipo de Núñez transitaba la B Nacional. Conquistó el Ascenso y, ya en Primera, empezó a perder terreno por flojos rendimientos durante el ciclo de Ramón Díaz, que lo marginó. Así y todo, gritó campeón en el Torneo Final de 2014 y la Copa Campeonato del mismo año.

• En el ciclo Gallardo recobró el protagonismo y se convirtió en un verdadero emblema. Hugó 197 encuentros en total y 175 como titular, el máximo en ambos rubros. Convirtió dos goles, recibió 46 tarjetas amarillas y fue expulsado tres veces.

• Sumó vueltas olímpicas por doquier: dos Libertadores (2015 y ante Boca en 2018), tres Recopas (2015, 2016 y 2019), una Sudamericana en 2014, la Suruga Bank 2015, levantó tres veces la Copa Argentina (2016, 2017 y 2019) y le ganó la Supercopa al Xeneize en 2018.