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Ezequiel Álvarez, el científico puntano que ideó un método para detectar brotes de coronavirus

Es investigador del Conicet. Creó un sistema de alerta que ya funciona en la provincia de Buenos Aires, y que pretende ser aplicado en ciudades de América Latina. Los datos permiten saber cuándo sube o baja la curva de los contagios.

foto gentileza
El físico Ezequiel Álvarez, investigador de la Universidad Nacional de San Martín y Conicet.
Actualizada: 22/03/2021 16:54
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Ezequiel Álvarez nació en San Luis. A los 18 años sus estudios en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires lo alejaron de la provincia, pero siempre vuelve porque su familia vive en La Carolina.

Es un investigador de la Universidad Nacional de San Martín y del Conicet. El proyecto que desarrolla desde el Instituto ICAS de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNSAM, permite detectar los brotes de coronavirus y que significó un gran aporte en la prevención del Covid-19, en plena pandemia. Desarrolló un alerta con la misma técnica que se detectó la “partícula de Dios”.

Se trata de un sistema que analiza con inteligencia artificial todos los llamados telefónicos que se hacen en la provincia de Buenos Aires al 148, que es la línea Covid.

“Normalmente, durante el día las personas se comunican porque tienen síntomas, entonces creamos un algoritmo que nos permite contar con un sistema de alerta para detectar cuando aumentan los casos de coronavirus”, explicó en declaraciones al programa La Mañana de Dimensión de Nino Romero.

En base a esto, por las noches permite hacer un estimativo instantáneo que se traduce en la prevención de un posible brote. “Es la primera apreciación sin tener el resultado de un PCR”, explicó Álvarez.

Consideró que el método posibilita “traquear muy bien la pandemia”, ya que al momento se puede saber cuándo empieza a subir o bajar la curva de contagios en sectores específicos: “Además geográficamente identificás brotes muy rápidamente antes que se desparrame”.

Con la alerta, las autoridades sanitarias accionan. El ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires lo utiliza: “Mandan un operativo de prevención con una precisión aproximadamente de diez por diez manzanas. Sirve porque justamente hace que bajen los casos”.

A través del algoritmo, se puede estimar con hasta cinco días de anticipación la curva de casos confirmados por laboratorio. Se empleó en la detección de los contagios que obligó el aislamiento de la Villa Azul: ese fue como el ejemplo “icónico”.

La revista Open Access de la Royal Society de Inglaterra se hizo eco de la investigación que fue aplicada en el país en los momentos más críticos de la enfermedad. “Hemos recibido buenos reportes de ahí, que es la sociedad de ciencia más antigua del planeta. Esto nos permitirá que se utilice todavía mucho más”, dijo en relación a la repercusión internacional que tuvo el  trabajo.

Y en este sentido contó que el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) se contactó porque tiene “la idea de poder aplicar esto en diversas ciudades de Latinoamérica”.

“No soy de este campo, yo hago física de partículas elementales y estamos usando una técina de física, lo cual está bueno porque muestra cómo la ciencia básica de repente, en algo que no tendría una utilidad inmediata, sí la tiene”, aseguró.

Con la experiencia obtenida hasta ahora, indicó que el método no solo se puede aplicar en San Luis, sino “en cualquier otra ciudad o país”.

“El Banco CAF (que genera toda la logística y organizativa) te da un tablero, el cual le sirve  al Gobierno y al ministerio de Salud para ir tranqueando la pandemia a distancia”, dijo para hacer hincapié que el método ayudará y “hará muy bien cuando comiencen los días fríos para contener la segunda ola”.

“Mitigar siempre es bueno”, añadió, y reveló que cada 30 personas que se contagian, “lamentablemente uno fallece”.

“Si lográs evitar que 30 se contagien se está salvando una vida. Esa es la idea”.

También se refirió a la evolución de los casos en la vuelta a clases: “Lo vimos de inmediato porque dejaron de disminuir, lo bueno que se mantiene estable. Cuando hay un cambio colectivo en el comportamiento los podemos detectar en un día”.

Por último contó que se está trabajando para adaptar el algoritmo “a la segunda ola y a las nuevas cepas”, y en el estudio para tratar de determinar cómo ocurrieron los contagios en Europa y en Brasil.

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