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Deliverys de comidas: otro blanco de los delincuentes en San Luis

Los trabajadores del sector sufrieron en los últimos hechos de inseguridad, en diferentes barrios de la capital puntana. Un ladrón armado arrebató al trabajador la billetera, el celular y la moto.

En las últimas dos semanas hubo al menos tres robos.
Actualizada: 24/03/2021 22:44
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Los asaltos a quienes se desempeñan en el reparto de comidas y bebidas son cada vez más frecuentes en la ciudad. La violencia también se volvió una constante y eso mantiene preocupados a los trabajadores que salen a la calle por la noche.

En las últimas dos semanas se produjeron tres robos a deliverys y uno más que no llegó a concretarse.

La última víctima fue Darío Camargo. El martes, mientras realizaba su tarea un delincuente armado lo interceptó en el Barrio 1° de Mayo, en la zona oeste de la ciudad, y lo dejó sin nada.

El hecho trascendió por las redes sociales, y al mismo tiempo la víctima pidió información para recuperar la moto que era su única fuente de trabajo: una Keller 110 centímetros cúbicos de color negra.

“Hoy volví a nacer después de que me encañonaron con un arma. La verdad siento mucha impotencia por lo me pasó”, escribió Camargo en Facebook. Contó que además lo despojaron de la billetera y el celular.

Mejor suerte que él, corrió otro repartidor el lunes (también en la noche) cuando transitaba por la Ruta N°19 en la zona sur de la ciudad. Pudo evitar el ilícito.

Pero el mismo sujeto luego asaltó a un automovilista que estaba estacionado cerca del Tiro Federal. Finalmente lograron detenerlo.

Ese sector de la ciudad fue el escenario de dos hechos anteriores que tuvieron similitud. El primero de ellos fue el lunes 8 de este mes en el Barrio San Luis XV.

La propietaria de Parrilla Roca, Yanina Toledo relató a El Chorrillero que le habían pedido comida y les enviaron la ubicación de una vivienda. Cuando el joven arribó al lugar, dos delincuentes armados lo bajaron de la camioneta y lo golpearon.

Tras revolver el vehículo se llevaron la recaudación de entre $10 mil y $12 mil, el celular y la comida que llevaba.
Toledo mencionó en ese momento que la contactaron otros repartidores para transmitirle que también fueron víctimas de ultrajes en esa misma zona.

Il Panino fue otro de los comercios que alertó a los puntanos y colegas para que no tomaran pedidos del Barrio Pucará, ubicado al lado del anterior.

A su vez expusieron el número teléfono del cual hacían los encargues a fin de “tender una emboscada y asaltar a los cadetes de distintas rotiserías que van para allá”.

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