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“Hay que terminar con los feudos que solo generan ‘dinastías con dictadorzuelos de pacotilla’”

El ex intendente de Villa Mercedes direccionó sus reflexiones al momento que vive particularmente San Luis.

Eduardo Mones Ruiz reflexionó en un documento titulado “Lo elemental es también lo fundamental”.
Actualizada: 25/03/2021 16:01
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En los momentos que se viven, Eduardo Monez Ruiz analizó que no puede haber “indiferentes ni distraídos”, que no se puede aceptar que los funcionarios “se representen a sí mismos”, y que es necesario renunciar a las “ambiciones personales”, “superar la mediocridad” y “abandonar la obsecuencia”.

En el documento, que tituló “Lo elemental es también lo fundamental”, comparó la crisis del momento con la situación de un barco castigado y dañado por las tormentas que navega en medio del océano, “sin islas cercanas para refugiarse o arreglar las averías”.

“Nos necesitamos todos”, dijo para hacer hincapié en los momentos que se transitan. “Todos sentimos y sabemos que la Patria –al igual que sus símbolos- es de todos y que nadie puede creerse dueño o pretender apropiarse de ella”, tuvo en cuenta para introducirse en el pronunciamiento que suscribieron el ex presidente del Partido Justicia y ex diputado Nacional, Oscar Britos y el ex diputado provincial por el Frente de la Gente, (FreGen) Jorge Daffra.

Mones Ruiz, que también fue diputado provincial por el departamento Pedernera, expuso que “en circunstancias como estas no puede haber indiferentes ni distraídos”, porque todos están “en riesgo”, y que no hay lugar “para especulaciones o avivadas”.

“Es forzoso admitir que ‘lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie’, comprendiendo que es indispensable el concurso honesto de cada uno”, expresó, para resaltar que los buenos resultados se conseguirán si se emplea el orden y la organización “con inteligencia”.

En uno de los puntos tuvo en cuenta que no se puede aceptar “funcionarios que solo se representan a sí mismos y desprecian al conjunto del pueblo”; y en la misma línea puntualizó que es necesario “renunciar a las ambiciones personales, que limitan; superar la mediocridad decadente, que confunde y abandonar la obsecuencia, la tolerancia culposa y la complicidad inadmisible, que degradan”.

También se refirió a la “obligación moral de buscar y conseguir el bien común, obteniendo una sólida y duradera justicia social”, y desterrar “para siempre los privilegios inaceptables y los beneficios injustos”.

“Hay que terminar definitivamente con los feudos, que solo generan ‘dinastías con dictadorzuelos de pacotilla’ que engordan sus haciendas y agrandan la corte de alcahuetes”, añadió.

“Estamos obligados a reconocer con certeza que los tres poderes del Gobierno están corroídos y reclaman urgentes reformas que permitan corregir el rumbo equivocado y dañino”, dijo en otro fragmento del documento.

El texto:

Efectivamente. Siempre “lo elemental es lo fundamental”. Y hoy nosotros –argentinos y argentinas- tenemos el inexcusable deber de asumir plenamente esta sentencia del filósofo español Miguel de Unamuno. Todos sentimos y sabemos que la Patria –al igual que sus símbolos- es de todos y que nadie puede creerse dueño o pretender apropiarse de ella. Y, también que desde hace largas décadas se encuentra en peligro. Imaginemos por un momento que se trata de un gran barco, que transita por un inmenso océano, y hace mucho que viene soportando tormentas de magnitud que lo castigan duramente, produciéndole graves daños. No hay puertos ni islas cercanas para refugiarse y arreglar las averías. La única manera de evitar una catástrofe es repararlo mientras navega. Entonces ¿Cómo enfrentamos esta situación?

Entiendo, que 1°) Nos necesitamos todos. En circunstancias como estas no puede haber indiferentes ni distraídos, porque todos estamos en riesgo. Y la suerte, entre la vida y la muerte, depende de lo que seamos capaces de hacer 2°) No hay lugar, en ese marco, para especulaciones o avivadas, de ninguna naturaleza. Es forzoso admitir que “lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”, comprendiendo que es indispensable el concurso honesto de cada uno. 3°) Debemos ordenarnos y organizarnos con inteligencia para que las tareas se puedan se puedan cumplir con buenos resultados y las energías no se pierdan o dilapiden en acciones inútiles. 4°) No podemos aceptar funcionarios que solo se representan a sí mismos y desprecian al conjunto del pueblo. 5°) es menester a) Renunciar a las ambiciones personales, que limitan b) Superar la mediocridad decadente, que confunde y c) Abandonar la obsecuencia, la tolerancia culposa y la complicidad inadmisible, que degradan. 6) Precisamos reconstruir la cultura del trabajo y el esfuerzo; así como encauzar el capital al servicio de la economía, y ésta a favor del bienestar general. 7) tenemos la irrenunciable obligación moral de buscar y conseguir el bien común, obteniendo una sólida y duradera justicia social, desterrando para siempre los privilegios inaceptables y los beneficios injustos. 8) Hay que terminar definitivamente con los feudos, que solo generan “dinastías con dictadorzuelos de pacotilla” que engordan sus haciendas y agrandan la corte de alcahuetes. Y 9) estamos obligados a reconocer con certeza que los tres poderes del Gobierno están corroídos y reclaman urgentes reformas, que permitan corregir el rumbo equivocado y dañino, para poder contribuir con las acciones propias e interdependientes que, por responsabilidad constitucional, les tocan y la hora exige.

Esto es lo elemental que también es lo fundamental ¿Podemos lograr entre todos los argentinos y argentinas de buena voluntad que el navío no naufrague?

 

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