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Historias de San Luis: inolvidables recuerdos de poesía y música

Por Nino Romero.

Poeta y escritor Juan Miguel Bustos.
Actualizada: 28/03/2021 00:06
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Generalmente en estas historias aparecen relatos de terceros y pocas veces algunos hechos autobiográficos. Esta vez decidí recordar una vivencia personal absolutamente trascendente por el nombre de los protagonistas que ya no están en este mundo terrenal: Atilio Jorge Jofré y Juan Miguel Bustos.

Primero voy a referirme a Atilio Jorge Jofré, un músico y compositor notable que vivió muchos años en Córdoba.

Si bien pertenecemos a generaciones separadas por 40 años con don Atilio, la vida me dio la oportunidad de estar alojado en su casa de la docta un par de días, oficiando de acompañante de nuestro incomparable poeta y escritor Juan Miguel Bustos.

Hace muchos años, Atilio Jorge Jofré decidió que era menester que los escritores cordobeses y el pueblo de esa provincia comenzaran a conocer la extraordinaria obra del “Pelado”. Con el debido respeto, todos saben que ese es el apodo o sobrenombre de Juan Miguel Bustos.

Atilio Jorge Jofré lo invitó a la sede de la Sociedad Argentina de Escritores de Córdoba para presentar una de sus primeras obras. Fue una odisea.

Viajábamos sobre la hora.  Las rutas en esos tiempos eran complicadas y peligrosas. Ni hablar de autopistas, que ahora también se han vuelto peligrosas, pero en muchos casos por negligencias de mantenimiento o mejoras en las obras.

La presentación era a las 19 de un lejano viernes, y habíamos partido de San Luis recién después del mediodía.

El poeta y cuatro más viajábamos en un auto que parecía indestructible. Pero toda esa imagen se derrumbó antes de llegar a la Cumbre.

El auto fantástico dijo basta y quedamos tirados en la vieja ruta 7 en una fría tarde de invierno, con viento sur y lloviznando. Por supuesto que no era época aún de celulares.

Tres de la comitiva se quedaron en el camino custodiando “el auto indestructible” y seguimos con Juan Miguel hasta Córdoba en un ómnibus que pasó y milagrosamente tenía asientos libres.  La decisión que yo continuara con el poeta era porque iba “armado con grabadores y casetes” para registrar todo lo que pasara, y después difundirlo por la querida LV 13 Radio Granaderos Puntanos de San Luis.

Llegamos a Córdoba y a la sede del acto con alguna tardanza.

Un templo de las letras la sede de la Sociedad Argentina de Escritores de Córdoba.

La presentación pudo concretarse. No hubo tiempo de nada. Sin poder cambiarse siquiera, el “pelado Bustos” copó la escena, y la llenó con sus palabras y pensamientos.

Se entregaron libros, atendió reportajes, y los asistentes quedaron atrapados por la forma que tenía Juan Miguel Bustos de contar la vida y sus personajes.

Terminado el acto, el copetín de rigor y preguntar en qué lugar nos alojaría el anfitrión.

La respuesta fue asombrosa: vamos a mi casa, dijo Atilio Jorge Jofré.

Y allí estuvimos dos días registrando un asombroso material con él sentado al piano y a su lado el poeta.

Pavada de regalo de la vida con semejantes acompañantes. Esta es una de las tantas vivencias que han marcado en mi vida

Decidí contarla como homenaje y recuerdo a ellos y a sus familias.

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