Preocupación en bares y restaurantes de San Luis ante la posible restricción de horarios

La incertidumbre por la situación sanitaria que atraviesa el país se agrava para los propietarios de bares, restaurantes y confiterías ante las posibles restricciones en los horarios de atención.

“No lo vemos con buenos ojos”, transmitió a El Chorrillero uno de los referentes del sector, Jorge Caro y mencionó que se encuentran en permanente diálogo para definir las acciones que podrían llevar adelante.

Anticipó que por lo pronto planean enviar notas a las autoridades provinciales para dar a conocer la posición de quienes del sector.

El Gobierno nacional comunicó que están analizando limitar el horario de las actividades. En San Luis actualmente el cierre de los comercios es a las 2 de la madrugada.

“Ningún bar ha tenido que cerrar por Covid-19, no hemos sido causantes. La pandemia anda por fuera del sector. Hemos tratado de respetar las medidas, reducido mesas”, sostuvo Caro.

Apuntó a que nuevas medidas no mejorarán la situación sanitaria: “No van a solucionar el tema del virus haciendo que la gente se acueste dos horas antes”.

Señaló que las restricciones “afectan únicamente a los trabajadores y a los empleados porque cobrarán menos horas”.

“Generan un desastre en el poder adquisitivo de la gente”, consideró.

El dueño de El Malón contó que tuvieron una buena temporada, y funcionar hasta las 2 les permitió generar ingresos, pero sólo para hacer frente a las deudas contraídas durante el 2020.

“Si hubiéramos tenido más horas habríamos hecho la diferencia”, advirtió, y afirmó que hicieron intentos para que el Comité de Crisis ampliara la posibilidad de atención, pero no fue posible.

Al mismo tiempo, dijo que “no ha sido fácil” subsistir porque durante la pandemia sólo tuvieron asistencia de la Nación.

“La Nación nos dio los ATP hasta diciembre. A través de la Provincia solo prorratearnos los Ingresos Brutos para este año. No nos dio un solo beneficio y presentamos 70 notas. Ninguna fue respondida”, manifestó.

Por eso, aseguró que no han podido hacer frente al pago de las obligaciones tributarias: “Nos hemos endeudados sin trabajar”.

Caro tuvo en cuenta que si bien en el rubro no cerraron muchos negocios de forma definitiva se “redujo el personal a un 40%”.

“Terminaron pagando los empleados las consecuencias. Ahora va a ser lo mismo”, planteó y argumentó que abrir antes no les conviene porque “no va nadie”.

En este contexto, mencionó que los controles se intensificaron porque hubo tres tipos de inspecciones: el Comité de Crisis y Defensa del Consumidor del Gobierno provincial y la Municipalidad de San Luis.

“Defensa del Consumidor casi nos ha torturado toda la temporada. Nos han hecho multas a varios”, contó.

Puntualizó en su caso, que recibió una multa de $200 mil y tras hacer el descargo se la redujeron al 50%.

“Fue porque en una mesa había 12 personas en vez de 10. Era una familia, y Defensa del Consumidor quería que los niños se sentaran aparte. Terminaron discutiendo los comensales e inspectores”, recordó.

Aseguró que “la mayoría de los bares ha tenido intimaciones”.

“No creo que haya quedado un bar sin un acta de infracción. Nos pusieron en una posición de Policía que no era la nuestra, la de lidiar con la gente”, reflexionó.