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“Queremos trabajar”: San Luis, Villa Mercedes y Merlo se manifestaron contra las restricciones

Comerciantes, gastronómicos, gimnasios, fieles y vecinos expresaron el descontento con las medidas adoptadas por el Gobierno provincial. Pidieron que las autoridades también piensen en la economía del sector privado y afirmaron que las políticas empleadas por Alberto Rodríguez Saá “lamentablemente fracasaron”.

“Basta de encerrarnos”, reclamaron en San Luis.
Actualizada: 17/04/2021 21:38
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Enojo, tristeza, decepción y preocupación fue el reflejo de quienes se movilizaron este sábado en las tres principales ciudades de la provincia. Lo hicieron para protestar contra las nuevas medidas que adoptó la administración de Alberto Rodríguez Saá, y que entraron en vigencia hoy.

En la ciudad de San Luis el punto elegido fue la Plaza Pringles, en la esquina de Pringles y Rivadavia. Desde las 17 llegaron los primeros vecinos con carteles, silbatos y banderas argentinas.

Con el correr de los minutos se sumaron trabajadores de comercios minoristas, gastronómicos, bares, gimnasios, fieles de la Iglesia Católica y familias. Todos expresaron el rechazo a las nuevas restricciones.

“No puede ser que estemos aplicando una restricción que no está publicada en el boletín oficial. ¿Por qué cumplir algo que va en contra de la Constitución Nacional?”, cuestionó la abogada Carolina Díaz.

La letrada fue una de las primeras en hablar ante los asistentes que se congregaron frente a la Iglesia Catedral.

Tuvo en cuenta la importancia de otras actividades como la práctica deportiva para la salud mental y física.

“No pueden cerrarse porque eso hace a la educación de los niños y además a la emocional. Basta de pisotear todos los derechos”, protestó.

También apuntó a la falta de acción del Gobierno provincial “tuvo todo este tiempo para planificar y programar”. “No puede ser que estén los casinos abiertos y los gimnasios y escuelas de danzas cerrados”, criticó.

Díaz anticipó que el lunes llevarán a Terrazas del Portezuelo un petitorio de todos los rubros para que el Comité de Crisis revea las medidas.

Carlos Barroso, pertenece al sector gastronómico y transmitió a El Chorrillero el malestar que generó los anuncios de la Provincia.

“Nuestras principales ventas se realizan en la noche, con lo cual es prácticamente dictaminar el cierre de nuestros negocios”, subrayó.

Mencionó que con las reducciones de horarios y capacidad anteriores ya habían visto pérdidas económicas y una disminución en el consumo.

“No se toma ninguna medida constructiva para la actividad. No recibimos ningún tipo de subsidio. Ni la intendencia ni la Provincia han desarrollado ningún plan para la cantidad de negocios que se ven perjudicados por las medidas”, criticó.

Planteó que “una parte de la población que depende del Estado y quizás no lo ve desde esta perspectiva, pero hay otra mitad que vive de la parte privada y no tiene una forma de reconstruir su economía después de haber estado 10 meses parados”.

Contó que a lo largo de la pandemia presentaron cinco petitorios al Gobierno y se reunieron con autoridades municipales, pero “no se cumplió ninguno de los temas a los que se comprometieron”.

“Si el gobernante dice que lo importante es la salud, que se haga cargo de lo económico y sino que trabaje en los dos frentes para poder lograr un excelente resultado sanitario”, consideró.

Barroso advirtió que la gestión de Rodríguez Saá solo se abocó a lo sanitario y “ha fracasado lamentablemente”.

“Lamentablemente la política destruye muchísimo las intenciones que puedan tener para resolver el problema de fondo que es el virus. Te encontrás con vacunados VIP, falta de vacunas, nos pararon 10 meses. Creo que han tomado decisiones equivocadas”, continuó.

Otro de los rubros que se vio afectado por las nuevas disposiciones provinciales fueron los gimnasios. El propietario de uno de ellos, Carlos Funes, expuso el difícil momento que les toca vivir.

“El problema más allá de esto, es que acabo de venir caminando hasta acá y veo los casinos abiertos. ¿Qué está pasando?”, se preguntó y resaltó la importancia del sector que integra para el bienestar de las personas.

“No les interesa la salud de la gente, es evidente. Desgraciadamente tenemos que pensar eso”, reflexionó.

Funes reveló que no han tenido ningún contagio en los gimnasios: “Llevamos estos meses usando la aplicación Trazar y si realmente hubiera habido un caso figuraría ahí”.

“Somos parte de la solución. No solo la parte física, sino mental. Es un ambiente cuidado. Tenemos los metros de separación, trabajamos con alcohol en gel, por grupo y se desinfecta todo”, insistió en declaraciones a El Chorrillero.

Asimismo, indicó que durante la crisis sanitaria no tuvo asistencia de ningún gobierno. “Te hacen pagar todo aun teniendo el gimnasio cerrado”, afirmó.

Otro de los participantes que alzó la voz para expresar el descontento fue el dueño de un bar céntrico.

“Si no podemos recrearnos, juntarnos con un par de parientes, ni demostrar el afecto que nos tenemos, también influye en la salud. La libertad significa poder vivir sin lastimar a los demás. No solamente hacer lo que uno quiere. Hemos perdido la unidad”, señaló.

El hombre expresó la tristeza de volver a cerrar los comercios, como lo debieron hacer un año atrás.

“Con internet, casa propia y un dinero en el bolsillo cualquiera quiere hacer cuarentena. Tenemos que cortar con eso y tener un poco de empatía porque hay gente que la está pasando mal”, aseveró.

A él se sumó el testimonio de una fiel católica quien apuntó a la restricción de “los legítimos derechos”: “Es la Iglesia la que debe decidir si celebra o no su sacramento con presencia de fieles, no el Estado”.

“Pidamos a nuestra Santa Madre que ilumine a nuestro obispo (Gabriel Barba) para que no ceda ante la presión de los enemigos de la Santa Iglesia. No debemos dejar que avasallen nuestros legítimos derechos que fueron reconocidos con rango superior a las leyes del Congreso de la Nación”, continuó.

Otros jóvenes también hablaron sobre cómo los afecta en lo emocional y laboral las nuevas medidas, y pidieron que sean modificadas por el Gobierno.

Los asistentes después entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y marcharon por los alrededores de la plaza.

Con aplausos y bombos gritaron “basta de encerrarnos”.

Villa de Merlo

La plaza principal de la ciudad turística fue el punto elegido para la manifestación que también fue convocada a las 17 de este sábado.

Comerciantes, trabajadores independientes y hasta músicos que se presentan en bares se congregaron para pedir trabajar y que sean escuchados por las autoridades.

El reclamo en Merlo.

“Libertad” fue el cántico recurrente que se escuchó a lo largo de las horas de la protesta, en medio de aplausos y silbidos.

Las alrededor de 150 personas que asistieron recorrieron las inmediaciones de la plaza, en medio de presencia policial.

Villa Mercedes

En aquella ciudad fue donde se vivieron los momentos más tensos de la jornada en la marcha que se hizo con el mismo fin de pronunciarse en contra de las disposiciones provinciales.

“Por un trabajo sin límites” y “resistencia a la opresión” fueron algunos de los carteles que llevaron los participantes.

“Estamos en contra de las restricciones y atropellos que se vienen dando desde el año pasado. Todo lo que está haciendo el presidente es inconstitucional desde un principio. Y todo esto es abuso de poder”, sostuvo una comerciante, Johana.

Villa Mercedes también rechazó las medidas.

La mujer hizo énfasis en hacer “reconocer el descontento a todas estas medidas que no tienen ningún sentido”. “Solo van a llevar a que el pueblo y mucha gente se funda”, agregó.

“Todos los trabajos son esenciales cuando de ese depende el alimento, la subsistencia y la salud física y psíquica de las personas”, aseguró.

La movilización terminó con un joven detenido por los policías que se encontraban en el lugar.

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