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Tenía coronavirus y murió en el patio, semidesnudo y pidiendo que lo internaran

Fue el peor final para José Baigorria, un hombre de 70 años que vivía solo y en medio de la vulnerabilidad. “La vez que vinieron, la doctora nos dijo que no había camas. Faltó que lo asistan más”, denunció una vecina.

La casa donde vivía Don Baigorria.
Actualizada: 30/04/2021 23:18
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El jueves a las 7 de la mañana, uno de los vecinos que a diario le llevaba alimentos lo encontró sin vida tendido en el patio de la vivienda. A esa altura todo lo que se intentara hacer era en vano. El virus se había cobrado una nueva vida en San Luis, y el barrio lo sintió con tristeza.

“Por qué no me quieren internar, me voy a morir acá”, le escucharon decir unos días antes de que sucediera lo que él ya se imaginaba. La última vez que fue una ambulancia a la casa, los especialistas le recetaron un medicamento, pero su salud empeoró con los días.

José Baigorria vivía al fondo de un pasillo, en una propiedad ubicada sobre la calle Francia al 2900. Los vecinos solo conocieron a sus padres, que ya fallecieron. Después de eso no supieron de parientes directos. En el relato que dieron a El Chorrillero, las personas que lo conocían indicaron que el hombre “no escuchaba, era sordo”, y que padecía discapacidad intelectual.

Cuando lo diagnosticaron con Covid, hace unos 10 días atrás, los vecinos lo encontraron varias veces en la calle o andando en bicicleta, y entonces se involucraron en el caso. En su momento llamaron a la Policía para que ayudaran a controlar la situación y colaboraran para que no saliera, dado que debía estar aislado. “Era especial, por eso esas cosas que no las entendía. Se iba en bicicleta y no sabía que podía contagiar a otras personas. Me decían que le cerrara la puerta con llave, pero no podía hacerle eso”, contó Mariela, la mujer que le dejaba un plato de comida todos los días.

El virus se fue apoderando del cuerpo del anciano, y se notaba que la atención médica era urgente. En las horas finales de su vida no encontró la asistencia. “Estaba agonizando, se murió sufriendo, en la negligencia total. Al último ya no toleraba ni los alimentos. La vez que vinieron, la doctora nos dijo que no había camas, y no tenía ni lapicera, mi hermano anotó el nombre del remedio en el celular y se lo fuimos a comprar. Faltó que lo asistan más”, expuso la vecina.

“Cuando mi hermano fue a llevarle la leche este jueves a las 7 de la mañana, lo encontró en el patio, semidesnudo. Imaginamos todo lo que sufrió en medio del frío. En la noche le habíamos dado los remedios”, agregó.

Ahora todos en el vecindario coinciden en lo mismo: “Si lo hubieran atendido, o si estaba internado no hubiera muerto de esa forma”.

Don Baigorria pidió auxilio hasta que las fuerzas se lo permitieron.

Más allá de todo lo que contaron los vecinos, no se supo información oficial, ni judicial ni policial alrededor del caso.

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