Monseñor Barba: “Este año nuestro sacrificio al Cristo de la Quebrada fue quedarnos en casa. Vivamos esto como una providencia”
El obispo de San Luis encabezó este lunes la tradicional misa en honor al Santo, y por segundo año consecutivo, una de las festividades más grandes de la provincia se vivió sin la presencia de fieles. Hizo hincapié en la iglesia familiar, como una de las enseñanzas que trajo la pandemia.
En las horas previas a la celebración central, la imagen del Cristo de la Quebrada salió del Santuario y recorrió las calles con la particularidad de la pandemia: sin fieles alrededor y priorizando el distanciamiento social. Al pueblo no pudieron ingresar habitantes de otras ciudades, y los lugareños veneraron al Cristo desde la puerta de sus hogares, o desde la plaza.
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Misa en honor al Cristo de la Quebrada
La misa se transmitió en vivo. “No es fácil para ninguno; ni para ustedes ni para los que estamos aquí”, trasmitió el obispo Gabriel Barba para graficar la celebración de una misa “tan importante para la provincia”, en una iglesia vacía.
“Sin embargo vivamos esto como una providencia, esto es lo que nos toca vivir y que no hemos elegido. Jesús decía a sus discípulos el que quiera seguirme que cargue con su cruz y que me siga. Sin duda esta es una cruz que tenemos que cargar, cuántos desean de profundo corazón venir a peregrinar como lo hicieron siempre, gastando sus energías, con el corazón apuntado hacía la Villa de la Quebrada y viniendo en familia”, indicó Barba durante la homilía.
Tuvo en cuenta que en otro año donde la segunda ola de la pandemia está castigando a la provincia el mejor “ofrecimiento, o sacrificio es quedarnos”.
“Nuestro corazón está aquí al lado de Jesús, como siempre. La palabra misericordia nos recuerda que el corazón está puesto en la miseria y Dios tiene misericordia de nosotros, de nuestro pueblo”, dijo.
Por otra parte transmitió que “Dios envió a Jesús al mundo para que todo el que crea en él no muera, sino que tenga vida eterna”.
“Vivir eternamente es vivir en plenitud, no solamente es cuestión de reloj o de tiempo. Dios quiere que tengamos vida y en abundancia por eso cuando venimos aquí a la Villa de la Quebrada a los pies de cristo, traemos nuestras súplicas, traemos aquello que nos preocupa”, explicó Barba, y a la vez aclaró “que después de la muerte estamos llamados a vivir eternamente”.
“Nos enseñó que podemos rezar en familia, juntos”, dijo cuando se refirió a la pandemia. “Nos queda esta buena enseñanza de rezar en familia”, agregó.
En la misma línea pidió que se recuperen los espacios de la iglesia doméstica: “Antiguamente muchos de nosotros cuando nos íbamos a dormir recibíamos la bendición de los padres, que hacían la señal de la cruz. Esta fe viva, esta fe alimentada en familia que sea lo que la pandemia fortaleció”.
Pidió que se retomen esas costumbres: “Padres, esposos, hijos, a darnos la bendición antes de irnos a dormir y pedirle que Dios nos proteja y nos bendiga. Esto sería un lindo regalo que le podemos hacer al Cristo de la Quebrada”.
“Nosotros no pudimos venir al Santuario, pero el Cristo viene a nuestras casas de distintas maneras, entra a nuestros hogares, a nuestras familias; nada opaca nuestra fe, sino que la tiene que fortalecer”, agregó.
Al final invitó a toda la sociedad a que le pidan al Cristo de la Quebrada también por el sistema de la salud: “Por los que están haciendo un esfuerzo en este momento por cuidarnos, los médicos, enfermeros, gente de limpieza, a todos los que hacen a la salud pública que nos cuidan, que nos protegen. Pidámosle a Dios que nos bendiga y fortalezca a aquellos que tanto esfuerzo están haciendo por el bien común”.
Pidió el descanso eterno a los fallecidos por el coronavirus, y que el Cristo les otorgue a todos los enfermos la gracia de la vida eterna.