Los independientes irrumpen en la Constituyente de Chile a costa de la política tradicional
Los candidatos independientes irrumpieron entre los partidos tradicionales para alzarse por sorpresa, con alrededor del 40% de los votos en las elecciones de este fin de semana.
Por Alberto Peña (*)
Este resultado genera desconcierto en la política tradicional del país, incapaz de canalizar las demandas sociales que la ciudadanía reivindicó en las calles desde el 18 de octubre de 2019 y que sí tuvieron eco en una serie de candidatos independientes, entre los que hay activistas sociales, profesionales, docentes, escritores, periodistas o abogados constitucionalistas.
“En estas elecciones, la ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al gobierno y también a todas las fuerzas políticas tradicionales: no estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y los anhelos de la ciudadanía y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y por nuevos liderazgos”, dijo el presidente de Chile, el conservador Sebastián Piñera, durante la recta final del recuento de votos.
Baja participación
Con cerca del 90% de los votos escrutados, de los 155 ciudadanos elegidos como constituyentes, por primera vez en la historia de forma paritaria y con la inclusión de 17 escaños reservados para representantes de pueblos originarios, las dos listas que aglutinan a candidatos que van desde el centro-izquierda al Partido Comunista, Lista Apruebo y Apruebo Dignidad, obtienen el 33,22% de los votos.
La lista unificada de la derecha, Vamos por Chile, se quedó con un 20,8%, un resultado menor al esperado, ya que estimaban tener al menos un tercio de la representación de la Convención. La participación se situó en cerca de un 37% de los 14,9 millones del electorado, según una proyección preliminar.
Para la aprobación de los artículos de la nueva Carta Magna serán necesarios los votos a favor de dos terceras partes de la Convención.
Esta decisión fue establecida en noviembre de 2019, cuando casi todo el arco político de Chile acordó un plebiscito para cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) como salida democrática tras semanas de protestas, algunas muy violentas.
La Constitución que nació del descontento
Para Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, el éxito de las candidaturas independientes “le da un cariz mucho más ciudadano y con mucha más legitimidad” a la nueva Carta Magna.
“Esto es la voz ciudadana haciendo las normas. La clase política habla de leer a la ciudadanía ¡Nada de saber leer! Esto es la ciudadanía presente en la convención, no va a estar pasada por los dirigentes políticos tradicionales y eso es algo que no vieron venir las dirigencias políticas, ni la derecha ni la centro izquierda”, afirmó Heiss.
Para la experta el resultado es la forma en que se traslada el “estallido social a nivel institucional” para recoger reclamos ciudadanos como salud pública, educación de calidad o pensiones dignas.
“Esto sí es lo más parecido a lo que la movilización social hubiera esperado. Se parece mucho más a lo que aspiraba el movimiento social de lo que el sistema político nunca pensó”, indicó Heiss.
Toque de atención a la política tradicional
El menor apoyo a los partidos tradicionales, de derecha o de izquierda, se traduce en una ruptura de la clase política con la ciudadanía que ya había quedado patente en las calles pero que ahora se traduce en votos dirigidos a figuras externas al mundo político.
“Es de nuevo un rechazo a la clase política”, afirmó Heiss.
Para el académico de la Universidad de Santiago de Chile, Marcelo Mella, este resultado no significa que los partidos políticos no vayan a tener un rol importante en la redacción de la nueva Constitución.
“El sistema de partidos tienen terremotos que pasan. Si no lo exterminó Pinochet, creo que no ocurrirá ahora”, indicó Mella, a la AFP.
Los expertos también apuntan la dispersión de fuerzas que interactuarán en la redacción de la nueva Constitución. “No hay que desconocer los problemas de acción colectiva o de coordinación que se van a generar con esta gran fragmentación”, dijo Heiss.
La derecha también sufría una dura derrota en la elección de alcaldes y de gobernadores que se desarrolló en paralelo. En la comuna de Santiago, la candidata del Partido Comunista Iraci Hassler se imponía al actual alcalde, el derechista Felipe Alessandri.
(*) Para 24matins.es