Esta semana comienzan a celebrarse las misas presenciales en San Luis
Este lunes el obispo dio a conocer que se realizarán con un estricto protocolo. Inclusive las parroquias deberán registrar la trazabilidad de los fieles. “Debemos velar no solo por la salud espiritual sino también por la salud física. Debemos aprender a convivir y estructurar los cuidados sin distracción”, les pidió a los sacerdotes de toda la provincia.
Desde esta semana las iglesias abrirán sus puertas, y el desarrollo de todas las actividades estarán sujetas a medidas sanitarias para prevenir el contagio del coronavirus.
“Luego de un tiempo de no poder hacerlo y de numerosos reclamos podemos retomar las celebraciones presenciales con un 30% del aforo y cumpliendo las normas de prevención y distanciamiento”, les escribió este lunes el obispo Gabrierl Barba a todos los sacerdotes de la diócesis, “como líderes de comunidades, desde su lugar de pastores que cuidan su rebaño”.
En las iglesias, todos y sin excepción deberán utilizar barbijos. “Y si alguien no está dispuesto no puede entrar o permanecer en nuestras instalaciones”, detalló Baba para enumerar las acciones que tendrán que cumplirse “en todos los lugares eclesiales”.
Deberán disponer de alcohol en gel (o similar) para higienizar las manos en, y mantener una distancia de 2 metros entre las personas. Además será necesario que las parroquias bajen la aplicación “Trazar” para que registren el ingreso de todos los fieles. “Sin dudas nos complicará la organización pero es una condición sine qua non”, tuvo en cuenta sobre el último punto.
“Esta etapa es una ‘prueba’, que si los casos siguen en aumento, lo vamos a perder y volveremos a mayores restricciones”, consideró en relación al retorno de las misas.
“Esto lo seguimos viviendo”, analizó el obispo para referirse a la pandemia, lo cual consideró “una realidad grave que afecta a toda la sociedad, donde los números de contagios y fallecidos no paran de crecer”.
“Nunca olvidemos eso. Esto no es un triunfo. Debemos aprender a convivir y estructurar los cuidados sin distracción. Al virus no se lo ve, pero está en medio nuestro y nadie sabe si lo tiene o no (al menos como transmisor)”, tuvo en cuenta.
“Nosotros debemos velar no solo por la salud espiritual sino también por la salud física. En tantas campañas hemos proclamado el cuidado a la vida, esta es una oportunidad más de cuidar a todos, cumpliendo aquella frase que dice: vale toda vida”, concluyó Barba.