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EL DRAMA QUE HUNDE AL COMERCIO

Más de un centenar de locales en el microcentro de San Luis permanecen vacíos

Muchos de los espacios llevan meses sin ser alquilados. Algunos cambiaron de ubicación, mientras que otros debieron cerrar definitivamente por las restricciones y la ausencia de asistencia estatal. El panorama desolador se vislumbra en casi todas las calles.

Las secuelas de la pandemia por Covid-19 en la economía se reflejan en la cantidad de locales vacíos que hay al recorrer las principales arterias céntricas de la ciudad de San Luis. “Liquidación por cierre”, “alquiler”, “venta” y “nos trasladamos” son algunas de las leyendas que se encuentran en las vidrieras. Otras solo están empapeladas, mientras que apenas tres anticipan la apertura de un negocio y con ellos, fuentes de empleo.

El Chorrillero, previo al reporte extraordinario del gobernador Alberto Rodríguez Saá, realizó el viernes un relevamiento por el microcentro  El recorrido involucró las cuadras comprendidas entre Mitre, Bolívar, Maipú y 9 de Julio.

El resultado arrojó que al menos 111 espacios comerciales se encuentran desocupados. En varios no se pudo constatar si estaban cerrados de manera temporal por horarios o las medidas vigentes, o de forma permanente. Las restricciones que entraron en vigencia este sábado no generan expectativas de que el escenario pueda revertirse en el corto plazo.

El panorama es más crítico en algunos establecimientos que cerraron hace meses y hasta años, y aún permanecen sin ser ocupados. Uno de ellos es donde supo funcionar Ribeiro, sobre calle Rivadavia en el Paseo del Padre. La sucursal dejó de trabajar en enero del 2020 y sigue vacía.

Por la misma calle, sucede con otro local emplazado entre Pedernera y Lavalle. Allí estaba la reconocida tienda de electricidad y ferretería, Artefacta. Después del traslado hace varios años, sigue en alquiler.

Un cierre como consecuencia de la pandemia durante el año pasado fue el de Mu Dan, un tenedor libre ubicado en la avenida Illia entre Mitre y Chacabuco. Cerró meses atrás y persiste sin volver a trabajar.

Otro claro ejemplo del flagelo que atraviesa el comercio está en la emblemática esquina de Colón y Pringles, donde estuvo durante años Los Vascos. A mediados del 2019 anunciaron que dejarían de funcionar. Esto se concretó unos meses más tarde y desde ese momento permanece el espacio disponible.

Las calles Colón, Rivadavia, Pedernera y Maipú son las que tienen mayor cantidad de locales vacíos hasta el fin de semana pasado.

En la primera, el relevamiento entre (Bolívar y 9 de Julio) arrojó 15 espacios libres. En ese trayecto, hubo una panchería, mueblería, peluquería, juguetería, tiendas de ropa para adultos y niños, una regalería y dos comercios de vestidos de gala. Sólo la cuadra entre Pedernera y Junín se encuentra con todos los negocios ocupados.

En el caso de Rivadavia, los rubros que dejaron de trabajar eran de celulares, electrodomésticos, indumentaria, calzado, ropa deportiva y hasta una cafetería que estaba a un costado de la ex Casa de Gobierno. En ese tramo, también está en alquiler hace un par de años el espacio donde supo tener sucursal Dash.

En tercer lugar, de las calles con más locales ociosos está Pedernera, entre Mitre y Maipú, con 11. Sólo la intersección entre Chacabuco y Mitre se encuentra completa.

En los establecimientos supieron funcionar kioscos, mueblerías, tiendas de bebidas y de indumentaria. La mayoría tiene carteles para ser alquilados por dueños directos o inmobiliarias.

Similar es la situación que muestra la calle Maipú con 10 negocios sin funcionar. Tiempo atrás estaban destinados a una despensa, boutique, verdulería y venta de ropa.

Desde el comienzo de la pandemia, en marzo del año pasado, los comercios minoristas de diferentes rubros, gastronómicos y hoteleros, entre otros, hicieron numerosos pedidos al Gobierno provincial. Primero solicitaron poder trabajar y ante la negativa o la poca actividad, apelaron a algún tipo de asistencia.

Sin embargo, sólo pudieron acceder a los beneficios que dio la Nación durante algunos meses y a un descuento en la factura de energía eléctrica. Mientras tanto debieron hacer frente a los impuestos, servicios municipales y las obligaciones con los empleados.

La realidad de los más de 100 locales vacíos es un desencadenante de la crisis financiera que atravesaba el sector desde hace años y tuvo su punto máximo durante la pandemia por coronavirus.

En la calle Mitre, en el trayecto de norte a sur, hay cuatro espacios vacíos, en Chacabuco son nueve, en San Martín seis, en Rivadavia 12, en Colón 15, en General Paz tres y en Maipú 10.

Por su lado, en Bolívar entre Mitre y Maipú, los negocios sin trabajar son siete. En Lavalle (mismo trayecto) son cinco, en Pedernera 11, en avenida Illia seis, en Junín seis, en Pringles cuatro, en Belgrano nueve, en Ayacucho uno y en 9 de Julio tres.

En el recorrido, sólo unos pocos negocios daban señal de que se encontraban próximos a abrir. Uno de ellos está sobre San Martín pasando Pedernera donde arribará una colchonería. El otro es sobre Belgrano, entre Colón y Rivadavia, donde está previsto que funcione una confitería.

Las agencias de viajes son otro de los sectores que se vieron perjudicados ante la prohibición de trabajar. Una de ellas, Daimar, debió dejar su tradicional sede en Lavalle y trasladarse a una oficina dentro de un edificio. El mismo camino siguió otra que estaba en Illia.

Las playas de estacionamiento no estuvieron ajenas a la crisis. También en Lavalle y San Martín supo funcionar una, pero debió cesar con las tareas.

Si bien los comercios destinados a la venta de alimentos fueron los que mayor tiempo estuvieron habilitados a abrir, el bajo consumo y los altos costos de las obligaciones, los perjudicaron. Al menos 10 cerraron en el último tiempo.

En paralelo, los bares y gastronómicos padecieron las restricciones en los horarios y el factor ocupacional. En el microcentro dejaron de trabajar Séptimo, Tick Tack, Mu Dan, Crocafé, Tambaleo y una parrilla.

El viernes pasado, el gobernador Rodríguez Saá anunció la adhesión al último DNU de Nación y con ello a un confinamiento por nueve días.

La disposición volvió a acrecentar la preocupación del sector privado en los diversos rubros. El panorama desolador se acrecentará durante esta semana, no sólo en el reflejo de los 110 locales vacíos, sino también en los puestos de trabajo que podrían generar y no pueden conseguirlo.

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EN PORTADA EL CHORRILLERO

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