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Opositores negocian para sacar del poder a Netanyahu, aunque aún hay “obstáculos”

A dos días de la fecha límite para la formación de un gobierno en Israel, el líder de la oposición, Yair Lapid, afirmó este lunes que todavía hay "muchos obstáculos" para el establecimiento de una coalición que pueda sacar del poder al primer ministro Benjamin Netanyahu.

Los equipos del centrista Lapid y de la derecha radical de Naftali Bennett siguen negociando los términos de una alianza para instaurar lo que llaman un “gobierno de cambio”.
Actualizada: 31/05/2021 11:35
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Por Daphne Rousseau (*)

Los equipos del centrista Lapid y de la derecha radical de Naftali Bennett siguen negociando los términos de una alianza para instaurar lo que llaman un “gobierno de cambio” que ponga fin al mandato de Netanyahu, es el más largo en la historia de Israel.

La suerte de Netanyahu, en el poder desde 2009 y quien también fue primer ministro de 1996 a 1999, se debe definir a más tardar el miércoles a las 23H59 horas (20H59 GMT), plazo dado por la ley a Lapid para anunciar si logró o no formar un gobierno.

“Hay todavía muchos obstáculos, esta puede ser nuestra primera prueba (…) veremos si en los próximos días podemos encontrar compromisos inteligentes para nuestro importante objetivo”, dijo prudente Lapid este lunes.

“En una semana, el estado de Israel puede entrar en una nueva era”, agregó ante miembros de su partido y periodistas en el parlamento, en Jerusalén.

Tras 11 días de guerra entre Israel y el movimiento palestino Hamás y de tregua política, Bennett anunció el domingo su apoyo a un “gobierno de unidad nacional” que intenta conformar Lapid, a la cabeza del partido Yesh Atid (“Hay un futuro”).

Lapid fue encargado por el presidente Reuven Rivlin a principios de mayo de buscar formar una coalición para sacar a Israel de dos años de crisis política, la más larga de la historia del país.

No todo está dicho

Pero el juego aún no ha terminado. A Lapid le falta aún reunir el apoyo de cuatro diputados para llegar a los 61 parlamentarios necesarios para formar una coalición, sin contar con las maniobras de último minuto de Netanyahu, decidido a aferrarse al poder después de 12 años de reinado sin interrupción.

“No se hace nada hasta que se concrete, aunque ellos (Lapid y Bennett) estén en mejor posisión, Bibi (sobrenombre de Netanyahu) siempre está un paso adelante, aún no se ha ido”, advirtió Jonathan Rynhold, profesor de ciencias políticas de la Universidad Bar Ilan cerca de Tel Aviv.

Tras el anuncio del apoyo de Bennett a Lapid, Netanyahu advirtió que ese “gobierno será un peligro para la seguridad del Estado de Israel”. “Se trata de la estafa del siglo”, agregó.

Para el diario de derecha Maariv, los últimos acontecimientos marcaron una ruptura, y se ve a un Netanyahu más acorralado que nunca.

“Naftali Bennett apareció de repente como un primer ministro y Benjamin Netanyahu se convirtió en jefe de la oposición”, subrayó el editorialista Ben Caspit.

El domingo por la noche, varias decenas de seguidores de Netanyahu se manifestaron frente a las residencias de dirigentes del partido Yamina, y les gritaron “izquierdistas y “traidores“.

La seguridad de los principales dirigentes del partido, entre ellos Bennett, fue reforzada, según un responsable.

¿Bennett y después Lapid?

Lapid ha obtenido hasta ahora el apoyo de 57 diputados, de izquierda, del centro, de dos formaciones de derecha y del partido Yamina. Su bloque sigue necesitando cuatro apoyos y cuenta con los partidos árabes israelíes, que aún no han aclarado su posición.

“La izquierda hace compromisos lejos de ser fáciles, cuando me concede a mí (…) el papel de primer ministro“, declaró el domingo Bennett, cercano a los colonos israelíes.

Según los medios de comunicación israelíes, existe un acuerdo de que asumirá el gobierno durante los dos primeros años, y luego lo entregará el lugar a Lapid.

Este escenario marcaría el fin de una era política, que comenzó hace 25 años con la elección de Netanyahu contra Shimon Peres, el artífice de los Acuerdos de Oslo sobre la autonomía palestina. Netanyahu volvió al poder en 2009 y no lo ha abandonado desde entonces.

Juzgado por “corrupción” en tres casos, es el primer jefe de gobierno israelí que se enfrenta a procesos penales durante su mandato. Y estas demandas podrían afectarlo si perdiera la inmunidad que tiene por ley en su su condición de primer ministro.

Si de aquí al miércoles el campo anti-Netanyahu no logra formar un gobierno, 61 diputados podrán pedir al presidente encargar a un nuevo parlamentario formar un gobierno.

Si esta opción también fracasa, los israelíes, ya llamados a votar cuatro veces en menos de dos años, deberán volver a las urnas. (AFP)

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