X

LAS FOTOS DEL TEATRO TERMINADO

Rodríguez Saá se dió un gusto en tiempos de pandemia con su obra fetiche de $300 millones

El gobernador hizo personalmente el seguimiento del proceso de construcción y supervisó los detalles de la suntuosa réplica del Teatro Club Social.

foto ansl
Rodríguez Saá estuvo el 7 de mayo en el edificio.
Actualizada: 20/06/2021 03:00
PUBLICIDAD

Una de las pocas cosas sobre la que no cayó en San Luis el efecto demoledor de la pandemia es la recreación del emblemático edificio que está en la agenda electoral de inauguraciones Alberto Rodríguez Saá.

La réplica del Teatro Club Social es un gusto del gobernador que se dió el lujo de avanzar con la obra en medio de la fenomenal crisis sanitaria que pulverizó prácticamente todo lo que tocó.

El fastuoso edificio está prácticamente terminado según las fotos que publica El Chorrillero. El 7 de mayo el gobernador inspeccionó la obra para verificar que se haga realidad tal como es su deseo.

Foto El Chorrillero.

Rodríguez Saá tiene fascinación por las obras faraónicas y en cada una de sus cuatro mandatos erigió al menos una. La Caja de los Trebejos construida en tiempo récord en 2005 para un mundial de ajedrez y el Set de Cine en 2006 para alcanzar roce con la farándula nacional, Terrazas del Portezuelo en la segunda gestión y La Pedrera en 2017 que costó 100 millones de dólares con un autódromo peligroso y un estadio que no puede usarse para partidos profesionales, son la materialización de la inclinación del mandatario para deslumbrar. Hay otros ejemplos de hitos que no fueron prioridades y parecen atender caprichos más que otra cosa.

El denominador común es que algunas están ociosas y abandonadas. Inútiles. Se dilapidaron cientos de millones de fondos públicos.

Foto El Chorrillero.

“Firmo con el corazón y emocionado”, dijo el 13 de agosto de 2018 al rubricar el decreto de llamado a licitación del proyecto cine teatro que con un presupuesto de $209.170.000 fue adjudicado después a las empresas SE.MI. SA y LUMMA SA. El último dato que se conoció da cuenta que el costo superaba los $300 millones.

El teatro construido en 1884 en la intersección de Belgrano y San Martín, se incendió en la década del `70 y fue demolido. Ahora Rodríguez Saá hizo su propia versión en el predio del ex hipódromo, donde fueron desalojadas más de 40 familias para dar lugar al suntuoso edificio.

Tiene una superficie cubierta de 6.208 metros cuadrados con una sala de cine teatro con capacidad para 1200 personas y estacionamiento para 400 vehículos. Preservó la imagen general, el lenguaje arquitectónico y las proporciones del edificio original, según consigna la memoria.

Foto El Chorrillero.

Se utilizó una variedad de recursos visuales y arquitectónicos para representar la atmósfera y el espíritu de la época en la obra, tanto en el exterior como en el interior. El edificio se eleva al menos un metro para darle más protagonismo. En todo el ingreso y la primera parte de la escalera se colocó mármol.

En el diseño se tuvo en cuenta las normativas actuales en cuanto al tratamiento acústico y funcionamiento. La sala principal de 1.170 metros cuadrados fue dotada de telones, cielorrasos y otros materiales para aportarle una audición notable. Cuenta con foso de orquesta para 80 músicos y una caja de escenario de 560 metros cuadrados equipada con un telón confeccionado especialmente en pana, capaz de responder eficientemente a la acústica que la sala necesita. También tendrá un bambalinón confeccionado de la misma tela que cubrirá el frente y vestirá la boca del escenario. Estos dos elementos junto con doce patas, seis bambalinas y un telón de fondo, confeccionados en gabardina de algodón negra, forman la cámara negra que conforma la caja de escenario, según la información oficial del ministerio de Obras Públicas e Infraestructura.

Un estudio del Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas (CIAL), de la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño de Córdoba, determinó los elementos que deben ir ubicados en diferentes partes, como también su inclinación y espesor. Cumplen la función de absorber el sonido y disminuir todo tipo de rebote hacia el interior de la sala.

El sistema de cielorrasos está compuesto por diferentes capas y ubicados en dos líneas de alturas, que responderán a la dirección del sonido y a cómo deben distribuirse las mismas en el interior.

Se eligió un modelo de butacas y sillas de época confeccionadas con telas ignífugas capaces de absorber el sonido y maderas con tratamientos especiales.

Como otras obras fastuosas está a la vista como pantalla de progreso para distraer la atención mientras la pobreza y la miseria echan raíces.

 

 

PUBLICIDAD

EN PORTADA EL CHORRILLERO

SUBIR