SAN LUIS
A plena luz del día, le desvalijaron la casa a otra familia
Ocurrió en la manzana E del Barrio Fresnos Americanos. Los delincuentes se llevaron ropa, calzados, dinero en efectivo, alhajas y un televisor.
El pasado jueves por la tarde le desvalijaron la casa a una familia que vive en la zona sur de la ciudad de San Luis.
Fabián Ballestero, en declaraciones a El Chorrillero explicó que a las 17:30 salió con su esposa al centro. Al llegar a la esquina, notó la presencia de un hombre que simulaba mandar mensajes con el celular y eso le pareció extraño, sin embargo, siguió su camino.
Lo que no sabía en ese momento, es que esa persona hacía de “campana” y estudiaba los movimientos de la familia.
En total fueron cuatro los malvivientes. A una cuadra estaba un cómplice en un vehículo que utilizaron para cargar lo sustraído. Los otros dos andaban caminando y fueron quienes ingresaron a la casa.
Forcejearon y rompieron las cerraduras de dos portones y dos puertas (una de rejas). Utilizaron herramientas y parece que en el apuro, uno de ellos se lastimó porque había sangre en el lugar.
Inseguridad en San Luis.
Tan sólo 20 minutos les llevó a los ladrones apoderarse del botín. En total sustrajeron alhajas de oro y plata, $30 mil en efectivo, zapatillas y ropa de la esposa y un hijo, un bajo eléctrico marca Fender, un televisor led 48 pulgadas ILO, una máquina de cortar el pelo y un pulidor de rostro. Además, habían dejado lista una valija con más pertenencias, pero finalmente no se la llevaron.
“Esperaron que nos fuéramos para poder entrar, nos estaban observando”, indicó.
Cuando salieron de la casa, dejaron las pertenencias en la vereda y escaparon caminando. Inmediatamente, el que hacía de campana y el conductor cargaron las cosas en el vehículo y huyeron. Todos fueron en dirección al Barrio 544 Viviendas.
Un vecino notó algo extraño en la casa y llamó a Ballestero para notificarle que le estaban robando. El dueño de casa pegó la vuelta inmediatamente y llegó a las 18, pero ya era tarde.
La denuncia fue radicada en la Comisaría 3º. Los malvivientes estaban encapuchados y barbijos.
“Somos peluqueros con mi esposa, no tenemos sueldo, todo lo ganamos con esfuerzo mediante el trabajo. Son cosas que a uno le cuesta adquirir. Es injusto lo que nos sucedió”, manifestó.