Las tensiones entre Irán y EEUU en Irak y Siria
Irán acaba de elegir a un presidente ultraconservador, al tiempo que Joe Biden, sucesor de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, sigue ordenando ataques aéreos contra grupos proiraníes. ¿Volverán a estallar las tensiones entre Irán y Estados Unidos en Siria e Irak?
¿Existen precedentes?
A finales de diciembre de 2019, los ataques estadounidenses mataron a 25 combatientes iraquíes proiraníes. Poco después, el Hashd al-Shaabi, una coalición de paramilitares proiraníes integrados en el Estado iraquí, atacó la embajada de Estados Unidos en Bagdad, consignó AFP.
El 3 de enero de 2020, un dron estadounidense pulverizó los coches del general Qasem Soleimani, arquitecto de la estrategia iraní en Oriente Medio, y de Abu Mehdi al-Muhandis, número dos del Hashd, cuando salían del aeropuerto de la capital iraquí.
Durante un tiempo, estos asesinatos suscitaron el temor de un conflicto abierto en Irak, atrapado entre sus aliados enemigos, Estados Unidos e Irán.
En esa época los estadounidenses respondían al fuego de cohetes contra sus intereses en Irak. Pero hoy se enfrentan a ataques más dañinos, con drones explosivos dirigidos contra sus soldados, incluso hasta el aeropuerto de Erbil, la capital del Kurdistán, que durante mucho tiempo fue un remanso de paz.
Los grupos proiraníes –desde los hutíes en Yemen hasta facciones en la frontera entre Irak y Siria— han unificado sus técnicas de ataque y usan drones de fabricación iraní que, a veces, las baterías antiaéreas estadounidenses no pueden neutralizar, a diferencia de los cohetes.
¿Qué ha cambiado?
Los ataques estadounidenses en la frontera sirio-iraquí en la noche del domingo al lunes y el intercambio de fuego de artillería entre combatientes proiraníes y estadounidenses marca una nueva etapa.
“La administración Biden cambió su línea roja, ya no responde a la muerte de un estadounidense sino a cualquier escalada contra sus tropas, especialmente con sofisticados ataques de drones”, dice a la AFP Hamdi Malik, experto en grupos armados iraquíes.
Frente a la línea dura de un presidente que se pensaba que sería menos agresivo que Trump, los grupos proiraníes multiplican sus provocaciones.
Qais al-Khazali, el líder del Hashd iraquí, advirtió el martes que el enfrentamiento estaba entrando en “una nueva etapa”.
“Vengaremos la preciosa sangre de nuestros hombres con la sangre de los soldados de ocupación”, los estadounidenses, “ojo por ojo, diente por diente”, afirmó.
En el Hashd, algunos piden ataques directos contra los “ocupantes”. El martes, en los funerales de sus miembros asesinados, algunos combatientes pidieron a los comandantes que actúen.
Bagdad denunció oficialmente una “violación de la soberanía” y el primer ministro, Mustafa al-Kazimi, considerado durante mucho tiempo como el principal aliado de Estados Unidos en Irak, se ve cada vez más obligado a dar un paso al costado frente al Hashd.
Y, a medida que se acercan las legislativas de octubre, el primer ministro parece acercarse a Irán. Mustafa al-Kazimi debería visitar próximamente Washington pero también es el primer líder extranjero invitado por el presidente iraní, Ebrahim Raissi, el mismo día de su victoria en las elecciones del 18 de junio.
¿Quién tiene interés en una escalada?
Ninguno de los actores tiene interés en un conflicto en región, dicen los expertos, pero todos se ven obligados a endurecer sus palabras y sus actos para reafirmar su poder.
El gobierno de Biden “tardó en responder” tras la muerte de dos subcontratistas estadounidenses en Irak este año y a los bombardeos con drones, pero ahora “Joe Biden librarse a una escalada”, dijo un diplomático occidental a la AFP.
Washington y Teherán negocian indirectamente sobre el programa nuclear iraní en Viena pero “parece que Biden distingue entre la mesa de negociaciones de Viena y estas facciones que presionan para inclinar la balanza de estas negociaciones a favor de Irán”, explica a la AFP el politólogo iraquí Ihsan al-Shemmari.
Según Malik, “aunque Irán anima a las milicias iraquíes a llevar a cabo ataques limitados contra los estadounidenses, no quiere una guerra ‘real’”.
Y los estadounidenses aún menos, ya que se están retirando de varias zonas y quieren reducir aún más sus tropas, sobre todo en Irak.