Un opositor bielorruso es condenado a 14 años de cárcel
El opositor bielorruso Viktor Babaryko, que quería presentarse contra Alexander Lukashenko en las presidenciales de 2020 pero terminó detenido semanas antes, fue condenado este martes a 14 años de prisión por corrupción, una "pena sin sentido", según sus seguidores.
“Viktor Babaryko fue condenado a 14 años en una colonia penitenciaria de máxima seguridad”, indicaron en la cuenta de Twitter del opositor, de 57 años, informó AFP.
Babaryko, un exbanquero que decidió iniciar una carrera política, fue condenado por haber recibido sobornos “importantes” y haber realizado operaciones de lavado de dinero, según la ONG bielorrusa Viasna, que confirmó la condena del Tribunal supremo.
“Es una pena sin sentido contra una persona que había decidido lanzarse a la vida política y que se convirtió en uno de los líderes que despertó al país de un largo letargo”, dijo la opositora Svetlana Tijanóvskaya, en la aplicación de mensajes Telegram.
La acusación sostuvo que cometió estos delitos cuando dirigía Belgazprombank, una filial bielorrusa de un banco perteneciente al gigante ruso Gazprom.
El portavoz de la diplomacia europea, Peter Stano, instó a la liberación de Babaryko y de os “más de 530 presos políticos”.
Por su parte, la embajada estadounidense en Minsk denunció “una cruel farsa” por parte de la justicia bielorrusa, en tanto un diplomático alemán, Bärbel Kofler, destacó que Babaryko “se mantuvo firme y se declaró inocente pese a la fuerte intimidación masiva”.
El veredicto de este tribunal impide que Babaryko apele.
Además de la pena de cárcel, Barbaryko tendrá que pagar una multa superior a 50.000 dólares y no podrá ejercer ciertas funciones de responsabilidad, según un periodista presente en la audiencia.
Derechos vulnerados
Otros siete sospechosos, que se declararon culpables y testificaron contra Babaryko, fueron condenados a penas de entre tres y seis años de cárcel.
Una de las abogadas de la defensa, Natalia Matskevia, denunció que la investigación se llevó a cabo sin objetividad y que había violado los derechos de los sospechosos.
La cuestionada reelección de Lukashenko, en el poder desde 1994, desencadenó un movimiento de protesta que durante meses reunió a decenas de miles de manifestantes en las calles.
El régimen bielorruso comenzó una ola de represión, con detenciones masivas y acciones judiciales contra opositores.
La colaboradora más cercana de Babaryko, Maria Kolesnikova, una de las líderes de estas protestas, fue encarcelada. Otras dos figuras de la oposición del dirigente bielorruso, Tijanóvskaya y Veronika Tsepkalo, tuvieron que exiliarse.
La condena de Babaryko coincide con un aumento de la presión contra los opositores, oenegés y periodistas. Las autoridades bloquearon por ejemplo el principal medio independiente del país Tut.by, y detuvieron a una docena de sus trabajadores.
Para la oenegé Amnistía Internacional (AI), esta condena “ensombrece aún más el cuadro poco reluciente de una Bielorusia entre el miedo y la desesperanza”.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales aprobaron sanciones contra responsables bielorrusos y sectores económicos clave del país.
“Podemos construir un país con valores humanistas donde el ser humano sea respetado”, dijo Babaryko durante su juicio, afirmando que creía en una “Bielorrusia feliz, honesta y abierta”.
Alexandre Lukashenko, en el poder desde 1994, fue reelegido en agosto para un quinto mandato tras obtener un 80% de los votos, según los cálculos oficiales. Ninguna de las elecciones organizadas en Bielorrusia desde su llegada al poder han sido consideradas justas por los observadores independientes.