El drama de los que bajaron las persianas: "Este negocio cerró por falta de apoyo de Rodríguez Saá y Tamayo"
Así dice un cartel que se repite en las puertas de muchos comercios que ahora están vacíos y en alquiler.
Cada vez son más los comerciantes de San Luis que tienen que cerrar sus puertas. Acorralados por las deudas tras un año de pandemia, sus economías se funden y tienen que poner fin a sus emprendimientos.
Recientemente muchos comercios que ahora estén en alquiler presentaron una coincidencia que llamó la atención, en pleno centro de la ciudad. “Este negocio cerró por falta de apoyo de Rodríguez Saá y Tamayo”: se lee en un cartel que se repite a lo largo de las calles Colón, Rivadavia, Pedernera y Chacabuco.
Los que alguna vez tuvieron sus negocios y sus economías funcionando salieron a cuestionar otra vez, por la falta de políticas provinciales y municipales que les permitieran afrontar la crisis.
A finales de mayo El Chorrillero realizó un relevamiento y detectó que en un año de emergencia sanitaria por el coronavirus, unos 110 locales habían cerrado en el microcentro. En esa oportunidad el recorrido incluyó las cuadras comprendidas entre Mitre, Bolívar, Maipú y 9 de Julio. Negocios vacíos y que en muchos casos llevan varios meses en alquiler, era el panorama que hoy sigue siendo el mismo.
Desde el año pasado cuando las restricciones frenaron las actividades privadas, desde diferentes ámbitos le pidieron auxilio económico al Gobierno de Alberto Rodríguez Saá, para poder resistir. Lo mismo hicieron legisladores. Pero nunca consiguieron nada.
En mayo de este año la Cámara de Comercio también apeló al intendente Sergio Tamayo para “aliviar la crítica situación” que vivían los sectores comercial y productivo de la ciudad.
Requirieron una rebaja del 50% durante seis meses en el pago de tasas y servicios, cánones municipales y cartelería. También la eximición de pago de impuestos provinciales y de tasas y de servicios municipales, sumado a un plan especial de pago “sin la aplicación de punitorios” en la factura de electricidad y gas. Tampoco hubo ayuda.
En julio, la respuesta de Tamayo fue un proyecto que otorga beneficios a comerciantes no esenciales. Para acceder no deben tener deudas, pero un gran porcentaje tiene problemas económicos. Otros directamente ya se quedaron sin el emprendimiento que algún día generó trabajo.