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DENUNCIA EN LA V BRIGADA AÉREA

“Agresiones, discriminación e insultos”: lo que vivió la primera piloto mujer desde que llegó a San Luis

Sofía Vier denunció a superiores de la Fuerza Aérea de Villa Reynolds y a varios compañeros. Ya se inició una investigación interna.

Sofía Vier, se ganó el apodo de Capitana Marvel por su desempeño.

por Julian Pampillón

elchorrillero.com

Actualizada: 06/08/2021 21:29

El año pasado, Sofía Vier de 26 años cumplió con su sueño: se recibió como piloto de caza-bombardero, y así se convirtió en la primera mujer del país en obtener este singular título. Pero desde ese entonces, según remarcó su entorno, padeció agresiones, insultos y discriminación.

La situación llegó a tal punto que sufrió “un pico de estrés” y todo derivó en una denuncia ante el ministerio de Defensa de la Nación por acoso laboral.

Hasta esta semana, llevaba adelante sus prácticas en la V Brigada Aérea de Villa Reynolds, a pocos kilómetros de la ciudad de Villa Mercedes. Con notas extraordinarias, y una técnica de maniobra perfecta, se destacó entre el grupo. Su llegada a la provincia fue noticia.

La abogada que representa y acompaña a la teniente, es Leticia Latini quien, en declaraciones a El Chorrillero, contó que los agravios comenzaron “ni bien” la joven “llegó a la provincia”.

“Ella no fue bien recibida desde el principio. Era mujer, la primera piloto femenina arriba de un avión de caza. Es verdaderamente un maltrato y hostigamiento que no dio para más. No la saludaban y hasta le ponían un sobrenombre. Venía acarreando situaciones degradantes”, puntualizó.

A todo esto le sumó que los episodios también tenían relación con el desempeño ideal con el que contaba: “Ella es la mejor piloto, y eso no lo soportaban sus pares. Hay un montón de conversaciones en las que se ponen de acuerdo para calificarla la próxima vez”.

Todo desembocó en un primer intento de Vier para pedir ayuda. En la Comisaría 10º de aquella ciudad radicó una exposición, pero rápidamente fue asesorada ya que, debido a la característica de la denuncia, lo que correspondía era tramitar en otra instancia.

Luego, viajó junto a su padre, un ex brigadier, a Buenos Aires para plasmarla en el ministerio de Defensa. Inmediatamente se inició un proceso interno en la Fuerza y se abrió un sumario.

Durante dos jornadas se tomaron declaraciones de todas las partes, es decir, de Vier, y de los compañeros y superiores señalados como autores de los acosos.

“Se trata de un grupo específico. Había diferencias. En las mismas tareas, a ella la recargaban más y le exigían más, no la aprobaban en determinadas situaciones cuando se bajaba del avión, no la integraban o cuando lees el chat del grupo eran degradaciones a su persona o físico”, aseveró Lattini.

Por otro lado, indicó que “no pueden justificar” las charlas que mantuvieron entre ellos. “Dicen cosas feas ¿cómo vas a justificar eso? ¿qué vas a decir?", se preguntó Latini.

“A una mujer le podés decir muchas cuestiones que puede aguantar pero cuando le tocas la parte física, la degradás y te burlas creo que tocaste el punto límite”, consideró.

Seguidamente remarcó la importancia que tiene el caso por la función de los apuntados: “Eran burlas y estamos hablando de personas que pertenecen a una fuerza de seguridad. No estamos hablando de cualquier persona, se supone que ellos tienen mejor formación que cualquier ciudadano”.

El trámite investigativo comenzó en el edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea Argentina. Si bien recién ingresó, se estima que no habrá mayores demoras y que en los próximos días la conducción se expida.

Todos los involucrados en el caso fueron sumariados y, de momento, separados de sus cargos. Dependiendo de lo que se defina, los acusados podrían ser sancionados, suspendidos o expulsados.

Quien también interviene es el departamento de Género del ministerio.

Ahora, según el procedimiento, Vier deberá permanecer en Capital Federal hasta una resolución. Luego se definirá su futuro que, según la palabra de Lattini, “está fuera de Villa Reynolds”.

“No creo que se quede acá. No tendría sentido que se quede, porque se mantendría en el mismo ambiente”, consideró, y agregó que “sería muy frustrante no estar arriba de un avión de caza” en el caso de ser derivada a una base que no cuente con ello.

El rumbo de la dedicación

Tras cursar un solo cuatrimestre en la carrera de diseño industrial, encontró su verdadera pasión: quería ser piloto.
Decidió iniciar una carrera en la Fuerza Aérea por influencia de su familia, ya que creció en un entorno aeronáutico y le enseñaron desde chica los valores de la lealtad, la camadería y la convicción de defender a la Patria.

Con profunda convicción estudió cuatro años en la Escuela de Aviación Militar argentina, de donde egresó en el 2016. Entre otros logros, fue la primera mujer escolta de la bandera en la EAM. Imparable, a eso le siguió, en el 2017, el Curso Básico Conjunto de Aviador Militar (CBCAM).

En 2018 tuvo su gran oportunidad. Pasó una selección y fue elegida para realizar un curso de aviador militar en Estados Unidos.

La oficial se entrenó durante un año y medio en la Base Aérea de Columbus, en el estado de Mississippi, que es el lugar de excelencia para la formación de pilotos militares estadounidenses desde la Segunda Guerra Mundial.

De vuelta al país se incorporó a la base de Mendoza, donde la FAA forma a sus pilotos de caza en el Curso de Estandarización de Procedimientos para Aviadores de Combate (CEPAC).

Desde que obtuvo el título de caza bombardeo se estableció en Villa Reynolds. La piloto fue enviada este año a San Luis, al escuadrón A-4 AR Fightinghawk, donde realizó su primer vuelo sola en aeronaves de caza que se convirtió en un hito para la Fuerza nacional.

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