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Más casos de la banda de los inhibidores; le robaron dinero a un comerciante de su camioneta

El propietario de un local de piscinas de Juana Koslay había dejado estacionado su vehículo en la playa y le llevaron dinero en efectivo. La semana pasada también ocurrieron hechos similares.

por Nestor Miranda

elchorrillero.com

Actualizada: 11/08/2021 23:23

Los ataques a vehículos con inhibidores de alarmas es un “sistema delictivo” que parece no tener freno en la ciudad de San Luis y crece la preocupación.

El pasado lunes 2 de agosto, Leandro Dell Elice, propietario del negocio “El Pelado de las Piscinas” de Juana Koslay, junto a su esposa fueron víctimas de delincuentes en la playa del Easy.

Cerca de las 18, el hombre dejó a su pareja en el ingreso, estacionó la camioneta alejada de la puerta del local y cerró con alarma, sin imaginar lo que iba a suceder. Estuvo media hora comprando y se retiraron. Hasta ese momento no sospecharon de nada, pero al llegar a su local, advirtieron que las mochilas con dinero que habían ocultado debajo del asiento del acompañante ya no estaban.

Los malvivientes se llevaron la plata que tenían para pagarle a un proveedor y una campera que estaba en la parte trasera del vehículo. También había documentación del negocio.

“Todavía era de día y había mucha gente. Quedamos destrozados, sobre todo por la pérdida económica. Ahora tenemos que recuperar ese dinero”, sostuvo en declaraciones a El Chorrillero.

Creen que los ladrones utilizaron inhibidores porque las puertas no estaban forcejeadas ni habían roturas en los vidrios.

Dell Elice contó que su hermana el año pasado sufrió un hecho similar frente a la ESSO de Juana Koslay. Estacionó su auto para realizar unas compras en una verdulería y en pocos minutos se llevaron la cartera.

Celeste Fernández, otra de las víctimas, en los primeros días de septiembre del 2020 a plena luz del día, dos hombres le robaron en el estacionamiento del Waltmart en la capital puntana.

La mujer había hecho un pedido por internet en el supermercado y sólo se demoró entre siete y ocho minutos, tiempo suficiente para que los malvivientes cometieran el ilícito.

Según relató, uno estuvo sentado frente a la camioneta vigilando los movimientos de Fernández, mientras su cómplice robaba.

Cuando salió del supermercado, notó algo sospechoso cuando observó que los hombres intentaban escapar en una Volkswagen Amarok. En ese momento, decidió abrir su rodado y se percató que le faltaba una notebook y una campera Columbia.

Es por eso que decidió increparlos para que le devolvieran sus pertenencias. Sin embargo, la Policía los dejó ir porque “no podían revisar” el rodado. “Los tuve frente mío, fue una situación de mucho enojo e impotencia”, expuso.

“Por unos segundos no los encontré en mi camioneta, pero si al lado subiendo al vehículo que andaban, como queriendo escapar. En ese momento pedí ayuda, se acercaron el gerente de la sucursal y el policía que estaba de guardia porque no quería que se fueran”, sostuvo.

Y agregó: “Sabía que lo que me habían sacado lo tenían ellos. Estos tipos se manejan con impunidad”.

Desde el supermercado se negaron a compartir los videos de las cámaras de seguridad: “El gerente me dijo que la empresa no se responsabilizaba por nada que ocurriera en la playa porque es pública”.

La denuncia fue radicada en la Comisaría 2°. Hasta el momento no pudo recuperar sus pertenencias.

“Estos delincuentes saben lo que hacen y por los vehículos en los que circulan de alta gama, no roban poco”, señaló.

La semana pasada también hubo dos hechos el mismo día, en la capital: se llevaron dinero en efectivo, celulares y prendas de vestir.

 

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