INSEGURIDAD Y CRISIS
Policías que no pueden llegar al lugar de los robos porque no tienen patrulleros
Los casos se repiten a diario. Los damnificados dan cuenta que en algunas situaciones los efectivos acuden en sus vehículos particulares, pero en otras directamente no van porque no tienen en qué movilizarse. Los pueblos del interior son los que más sufren el drama.
Los patrulleros rotos en las comisarías son una historia repetida en San Luis. Que no funcionan o que directamente no hay es la realidad con la que se encuentran las víctimas del delito.
En los últimos días se conocieron algunos hechos que volvieron a llamar la atención. Y que en cierta manera generaron indignación entre los damnificados y vecinos que requirieron la presencia de un policía en su casa, pero que no pudieron llegar.
Por ahora no hay nada que detenga la inseguridad en San Luis, y el pedido de auxilio se escucha desde diferentes puntos cardinales de la ciudad, y también de localidades vecinas.
En lo más reciente, el robo en una propiedad de Nogolí puso otra vez en escena una falencia ya conocida.
En el inicio de la semana pasada, Adrián Andrés Salva recibió una triste noticia. Los ladrones habían entrado a su casa, ubicada 3 kilómetros del pueblo, sobre Avenida 25 de Mayo. Se la desvalijaron, y le llevaron hasta el bidet. Contó su indignación por las redes sociales.
“Los efectivos, muy amablemente, llegaron en sus vehículos particulares. Ellos hacen sus cosas bien, pero si no tienen herramientas se hace muy difícil”, contó en diálogo con El Chorrillero. Y es que los policías no tienen móvil en la Comisaría.
También dijo que había podido dialogar con el sub jefe de la Policía, Claudio Latini: “Me explicó que no tenían patrulleros y que, a la brevedad, lo iban a solucionar”.
La misma ausencia de patrullas trascendió, por parte de los damnificados, en La Calera y San Gerónimo. Se sabe que las que más sufren la falta de este recurso son las dependencias del interior. También en la ciudad de Villa Mercedes.
No es la primera vez que que acusan que los policías no tienen en qué salir a recorrer las zonas, y lo que es peor, acudir cuando hay algún robo. Tampoco sorprende que en algunos casos los uniformados usen sus autos particulares para llegar a los accidentes o a las casas donde los delincuentes arrasaron con todo y encima golpearon a sus víctimas. La demora casi siempre tiene que ver con lo mismo.
“Vinieron de la Comisaria 7°, llamaron para que viniera Criminalística y llegaron 2 horas después”, manifestó Alejandro Ledesma, a quien en la madrugada del lunes le llevaron todo de la casa.
“No había móviles, ni efectivos, nada. Nos tenemos que poner de acuerdo entre los vecinos y vigilar, alertar o contratar un servicio”, contó a este medio. De su propiedad, ubicada en el barrio 157 Viviendas, le llevaron un TV Smart, una PlayStation, una computadora de escritorio, una notebook, un bolsón con ropa y dinero que estaba destinado para pagar el alquiler del gimnasio.
La Comisaría 7° está ubicada a la altura de la Primera Rotonda y la Avenida del Peregrino, al noreste de la capital. Según contaron los vecinos del Barrio 126 Viviendas, a 5 cuadras de esa dependencia, estuvo en el centro de la atención hace pocos días.
El hecho dejó sorprendidos a los habitantes del lugar. Y es que una madrugada los despertó el trote de tres delincuentes arriba de los techos. En medio de las corridas, uno de los intrusos logró ser reducido por un vecino, y empezaron a llamar a la Policía. Lo hicieron en reiteradas ocasiones pero predominó la espera. Con el ladrón acostado en el techo pasaron una hora. Al final los efectivos reconocieron que no podían llegar "porque no tenían móviles”.
En conclusión, la Policía no actuó y a los vecinos no les quedó otra que dejar al sospechoso de cometer algún robo en el vecindario, que se fuera, como si nada hubiera pasado.
La zona está en alerta permanente por los delitos. Este sábado frente a la Plaza de Cerro, un hombre resultó baleado durante un asalto en una despensa. Eran motochorrros que para llevarse toda la recaudación también le dieron un culatazo a otra persona que estaba en el comercio.
El sábado también robaron en la casa de un fotógrafo, en el Barrio Pabellón Argentino. Le llevaron sus equipos valuados en $500 mil y lo dejaron sin su trabajo. Destrozaron a patadas la puerta de ingreso y arrasaron con todo. La víctima contó el caso por las redes sociales con la esperanza que lo ayuden a encontrar algo.
Hacen ya 5 meses que el Gobierno anunció una inversión de $2.500 millones en seguridad pública: eso significaba ampliar el parque de vehículos (camionetas, autos, motos, furgones y bicicletas) y adquirir tecnología, por ejemplo cámaras y radares. Hasta el momento solo se sumaron efectivos que vigilan a pie las calles de la ciudad. Pero nada alcanza para frenar la inseguridad.
Este fin de semana hubo un ataque a dos iglesias. En una robaron los sanitarios y en otro todo el equipo tecnológico que usaban para transmitir las misas en vivo. El delito crece sin piedad y sin control. Los ejemplos sobran.