La reconversión de una estación de los Alpes austríacos ante el cambio climático
En esta estación alpina de Austria, los esquiadores han dado paso en los telesillas a los practicantes de bicicleta de montaña, un nuevo filón para sobrevivir en una región obligada a adaptarse a la falta de nieve por el calentamiento climático.
Por Denise HRUBY (*)
La estación Sankt Corona am Wechsel, a una hora al sur de Viena, sigue llena este verano boreal, atrayendo a ciclistas de todas las edades a sus onduladas pistas y sus sinuosos senderos forestales.
Antes de esta reconversión –que imitan otras localidades– “éramos un destino 100% invernal” comenta a la AFP su director Karl Morgenbesser.
Pero al cabo de los años, este antiguo monitor de esquí ha visto cómo se reducía el manto nevado, y esta tendencia va a acelerarse en las próximas décadas en las zonas ubicadas por debajo de los 1.500 metros, como alertaron los expertos del clima de la ONU, en un reciente informe.
Centenares de teleféricos ya han cerrado en los Alpes, que han perdido cerca de un mes de nieves en alturas bajas y medias desde hace unos 50 años.
Revisar el modelo económico
Austria, gran nación de montañas, lo sufre en primera línea. Desde 2014, St. Corona, situado a una altura de 900 metros, ha desmontado sus principales infraestructuras pues el número de esquiadores ha bajado en veinte años de 70.000 a 25.000.
Así, Morgenbesser ha tenido que revisar totalmente el modelo económico de la estación, ahora destinada más bien a espacios de escalada o a las prácticas de la bicicleta de montaña.
Con el desarrollo de las bicicletas eléctricas, que hacen más fáciles las subidas, la actividad se ha disparado en esta localidad de 400 habitantes, considerada uno de los destinos más privilegiados para el “mountain bike” en Austria.
“Nos encanta venir aquí en familia” afirma Lisa Goeschl, con la mirada vigilante sobre su pequeño hijo, mientras su marido, aficionado a la “mountain bike” se dedica a su deporte favorito.
“La temporada estival es todo un éxito, ya que hay cantidad de actividades” se entusiasma esta mujer de 33 años, que esquiaba cuando era niña en St. Corona.
Lo mejor es que este año la estación ha instalado un tipo de teleférico al que se puede enganchar el manillar de la bicicleta y dejarse conducir hacia las alturas.
“Un aparato especialmente concebido para el verano” asegura Morgenbesser.
Inevitable diversificación
“He deseado que fuera lo más simple posible” explica el inventor de este “tele-bicicletas”, Simon Hanl, que ha depositado una patente. “La reacción ha sido muy positiva” asegura, al cabo de más de 35.000 trayectos ya efectuados.
Recibe pedidos de todo el mundo, “incluso de Sudáfrica”, asegura este joven empresario, gran aficionado a la bicicleta de montaña.
Karl Morgenbesser es por su lado muy solicitado por otras estaciones, curiosas de saber cómo St. Corona se prepara para un futuro sin nieve.
“Vamos a inspirarnos claramente en su ejemplo” subraya Marlene Krug, encargada de divulgar el “mountain bike” en Saalbach (oeste), que alberga regularmente las carreras del campeonato mundial. “Es espectacular” cómo St. Corona ha logrado esa mutación, afirma Krug.
Aunque algunos apostaron durante tiempo por la nieve artificial, las temperaturas son tan elevadas que la “diversificación hacia el verano es inevitable” subraya Robert Steiger, experto de la Universidad de Innsbruck, que estudia el impacto del cambio climático sobre el turismo.
En St. Corona, en todo caso, la apuesta es todo un éxito: la estación es visitada ahora por 130.000 personas de la primavera al otoño. Y eso ha avivado el apetito de los inversores, que han comprado hoteles y restaurantes hasta hace no mucho condenados al abandono.
(*) 24Matins.es