En los últimos seis años de gestión de Rodríguez Saá se perdieron más de 3 mil empresas
Los datos del ministerio de Trabajo de la Nación reflejan un delicado escenario en el sector privado. El comercio es el más castigado.
A partir de los últimos años se registró una descomposición del sistema productivo en San Luis. Desde 2016 en adelante los números oficiales dan cuenta de un complejo estado de las empresas privadas puntanas que se vio agravado por la pandemia.
A casi seis años del retorno de Alberto Rodríguez Saá a la gobernación en diciembre del 2015, se perdieron en total 3.075 empresas, de acuerdo a lo publicado por la Superintendencia de Riesgos de trabajo, organismo que pertenece al ministerio de Trabajo de la Nación.
¿Qué mide este estudio? Precisa la cantidad de firmas contempladas dentro del mercado asegurador y cuáles tienen trabajadores formales en el sistema de cobertura. A partir de allí se puede analizar un gran sector de la economía.
Esta caída tiene dos explicaciones, o las compañías bajaron las persianas producto de la crisis o decidieron mantenerse en paralelo y en la informalidad.
A la hora de desglosar año por año, se observa la marcada merma en la provincia:
-Diciembre 2015: 7.624.
-Diciembre 2016: 4.977.
-Diciembre 2017: 4.921.
-Diciembre 2018: 4.853.
-Diciembre 2019: 4.700.
-Diciembre 2020: 4.599.
-Julio 2021: 4.549.
Por otra parte, se traza una discriminación por rubros y todos ellos presentan números negativos. Quien más sufrió el impacto es el comercio (al por mayor y menor): se perdieron 481 unidades productivas (en 2015 contaba con 1.816 y en la actualidad 1.335).
Para comprender el impacto que tienen estos números hay que considerar que este sector representa el 29,3% de la matriz productiva local total. Aquí, se registraron 1.618 trabajadores menos.
La agricultura junto a la ganadería perdieron 72 empresas ya que en el 2015 había 678 y en el 2021 se presentan 606. La industria manufacturera es otra que se suma a esta lista. Concretamente se perdieron 125 empresas (en el 2015 había 566 y para este año 441).
En la construcción las pérdidas significaron 55 (en 2015 habían 314 y hoy hay 259); en tanto que en el transporte y almacenamiento 147 (308 en 2015 y 455 en la actualidad).
El desplome en el tejido productivo es explicado por múltiples razones en la macro y micro economía pero hay dos que acaparan la atención: el redireccionamiento de recursos hacia otras prioridades y la falta de acompañamiento al sector privado en los momentos más críticos.
Los resultados se observan hasta en los estratos más vulnerables: en los últimos tres años la pobreza aumentó a la velocidad de un cohete (147,5% más). La provincia registró un 44,3% de pobres y un 4,7% de indigencia en el primer semestre del 2021, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Hay que tener en cuenta que el estudio se realiza sobre el Gran San Luis que reúne la población de la capital, Juana Koslay, La Punta y El Chorrillo. Es por ello que el relevamiento es sobre 239.078 personas que conforman el aglomerado. A partir de allí se proyecta para el resto del territorio.
En términos de desempleo, el último informe del Indec da cuenta que un 2,4% de la población no tiene trabajo, pero se trata de un recorte que contempla a la gente que no tiene ocupación y que busca activamente empleo.
Hay que señalar que el organismo nacional considera a los beneficiarios de los planes sociales provinciales como ocupados.
Al Gobierno provincial se le recrimina que no desarrolla políticas. En uno de los momentos más desoladores de la pandemia del coronavirus el Estado provincial estuvo ausente.
En reiteradas oportunidades hizo hincapié que de las ayudas financieras para las pymes se hace cargo la Nación. Pese a los pedidos de prácticamente todos los sectores no hubo respuestas.
En las últimas semanas en el marco de las elecciones se convocó a los distintos sectores para escucharlos en el marco de una “reconstrucción de la provincia” que no muestra indicios de políticas de fondo.