Hospital “Ramón Carrillo”: entre la dificultad de esperar para conseguir turnos y la falta de profesionales

Más de $10 mil millones y tres años de espera involucró la construcción del Hospital Central “Ramón Carrillo”. Su puesta en funcionamiento fue una promesa recurrente de Alberto Rodríguez Saá. Pero su presencia no cambió la realidad que vive la provincia: el acceso a la salud pública sigue siendo una odisea.

Los mismos profesionales del sector habían expuesto que la solución a esta problemática no consistía en una faraónica obra, sino que por el contrario se trataba de contratar más personal y mejorar las condiciones laborales. Sin embargo, no se sumaron nuevos médicos y trasladaron a los que trabajaban en el Hospital Ramón Carrillo.

En este contexto, El Chorrillero realizó una consulta para que los lectores contaran en primera persona cómo ha sido su experiencia desde el 1º de octubre pasado, cuando quedaron habilitados los consultorios externos. Unas 150 personas dieron su testimonio, de las cuales la mayoría aun no consigue la atención que necesita. Por su lado, los que sí lo lograron, destacaron el recurso humano con el que cuenta el nosocomio.

El punto en común fue el tiempo que gran parte de los vecinos lleva intentando sacar un turno para diversos especialistas, o que lo tienen pero recién para enero de 2022. A su vez, hay quienes expusieron situaciones de urgencia y gravedad que no han sido contempladas al solicitar la atención de un profesional.

La demanda alcanza a servicios de cardiología, oftalmología, cirugía, diabetología y neurología.

“Yo soy de Quines y tengo mi hijo con un problema de corazón y fui al hospital de acá para que me sacaran turno para un cardiólogo ya hace más de un mes y todavía estoy esperando”, contó Mirian Gatica.

Cynthia Bustos buscaba acceder a un cirujano, pero le manifestaron que no había disponibilidad.

Mar Calì Piñeiro mencionó la situación de un amigo de su padre: “Necesitaba un diabetólogo con urgencia, le dijeron que los turnos se dan en diciembre. Ese amigo ahora está internado en estado crítico”.

Raquel Alfonso tuvo una experiencia similar cuando pidió un lugar para un cardiólogo o neurólogo y le manifestaron que “no tienen agenda”.

“El lugar físico muy lindo, la atención de las chicas muy buena, pero hay que ir todos los días o día por medio para saber si han autorizado la agenda”, consideró.

Matilde Miranda intenta lo mismo para el cardiólogo desde octubre. Susana Vergara es otra de las sanluiseñas que tampoco lo ha logrado.

César Zarandon transmitió su posición: “Muy lindo la atención. Pero vas a sacar un turno para un fondo de ojo y no hay hasta enero, qué vergüenza”. Ana D’Agostino agregó que “el hospital, los médicos muy bien, pero es imposible conseguir cita para un especialista”.

“Necesito un traumatólogo pero no consigo turno, no doy más de los dolores de rodilla”, expresó Fabiana Tabaconte. Nor Martínez escribió que “los especialistas que hay son los que sacaron del otro Hospital, no tomaron gente” y se preguntó “¿hasta cuándo hacen unas estructuras impresionantes lo material sí, pero la parte profesional no?”.

Dora Elizabeth Rivero relató que le cambiaron el horario al que debía asistir, tuvo que gastar $600 y ahora no logra un nuevo lugar con el oftalmólogo. Lucia Rivas también busca acceder al mismo especialista y está en la misma.

Soledad Flores cuestionó la magnitud del nosocomio y que para realizarse una resonancia deba ir al Policlínico viejo. Sandra Patricia Lobos dijo que desde octubre gestionan con un cardiólogo porque a su hermano “le colocaron un stent y todavía nadie lo controla”.

Emma Quiroga comentó que necesita atención de un traumatólogo y un oculista, para eso acude “casi todos los días” y le contestan que “no abren la agenda”. Ro Oros se pronunció de manera similar y lo consideró “un desastre”.

“No, no se puede acceder, ya que me hicieron dar varias vueltas y no obtuve respuesta. Se supone que deberían dar una solución ya que una va con un problema de salud”, sostuvo Mónica Aguilera Hornos.

Mariana Suarez planteó que la atención es “muy linda”, pero “les falta profesionales de la salud como ginecólogos para que realicen los estudios y aún no los tiene, y la agenda de turnos es corta”.

Karina Rivero apuntó a que “no hay lugar para diabetólogos, oftalmólogos, dermatólogos” y recién les dan “de un mes para otro”.

Emanuel Benitez resaltó su situación: “Turno para cardiólogo para mí papá que lo necesita urgente. De principio de noviembre le dijeron para enero”. “Muy bello hospital, muy buena la atención pero turnos nunca tienen, un desastre”, expuso Lucero Romy.

“Yo no consigo para que el alergista me vea los estudios que me pidió de urgencia”, manifestó Cintia Elisabeth. Mientras que Johana López detalló que desde que se inauguró está intentando conseguir uno: “El lugar físico hermoso, pero ¿de qué sirve?”.

“Muy linda atención, pero no tienen ni la mitad de lo que uno necesita”, criticó Sofí García. Tuvieron experiencias y opiniones similares Lauri Giannattasio, Roberto Wilfredo Bongiovaniis, María Cecilia Sosa, Juan Carlos Montivero, y Natalia Marrocco.

Milagros Roy contó que a su tía “la tienen que operar de urgencia de la vesícula, pero como no hay cama, no pueden, no hay turno hasta mediado de diciembre que recién van a dar para enero”.

Adriana Escudero tiene una realidad parecida: “Mi tío no aguanta más los dolores, viene del interior y más de un mes para conseguir un turno, una verdadera vergüenza, como siempre la salud deja mucho que desear”.

“Tenía que sacar turno con dos doctores y acá en San Luis no los hay, ni siquiera en la atención privada. Tengo que trasladarme para conseguirlos. Lamentable. Semejante hospital que ni siquiera sirve”, afirmó Lucila Valdez.

Romina González mencionó que su mamá “desde que se inauguró quiere sacar turno al oftalmólogo porque tiene cataratas y hasta ahora no puede conseguir”.

“Turnos con lista de espera. ¿De qué sirve tanta estructura si no hay atención disponible?”, aseveró Nachi Creaciones.

Por su parte, hubo quienes si obtuvieron un turno y destacaron la atención de los recepcionistas y profesionales de la salud. Así lo reflejaron los testimonios de Rosario Castro, Clara González, Susana Funes, Hugo Torres, Ángela Vela, Marcia González López, Noemí Miranda, Beba Alaniz, Eduardo Almirón, Franco Cejas, Roberto Sosa, Vicente Carassale, Susana Dobler, y Claudia Ludueña.