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Brasil: la deforestación de la Amazonía tuvo su mayor crecimiento en 15 años

El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales brasileño (INPE) publicó un informe este jueves apuntando la mayor deforestación en 15 años de la selva amazónica, la más grande al nivel mundial. Expertos alertan de las acciones contraproducentes del Gobierno de Jair Bolsonaro frente al manejo de una situación que podría tener impactos ecológicos sin precedentes al nivel mundial.

La Amazonía se enfrentó a una tala de sus árboles que incrementó a casi el 22% este año.
Actualizada: 23/11/2021 20:34
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El jueves 18 de noviembre, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, INPE, informó que la Amazonía perdió 13.235 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal entre agosto de 2020 y julio de 2021. Un equivalente a casi 17 veces el tamaño de la ciudad de Nueva York y alcanzando áreas similares a Montenegro, superando tamaño de países como Catar, Jamaica o Kosovo. Es la mayor área degradada de la selva amazónica en un periodo de 12 meses desde hace 15 años.

Considerada el ‘pulmón vegetal del mundo’ y reconocida como la mayor selva tropical en el planeta, la Amazonía se enfrentó a una tala de sus árboles que incrementó a casi el 22% este año, superando las cifras de los años pasados. El informe del INPE, fechado del 27 de octubre, mostraba que la deforestación había aumentado en cada uno de los últimos cuatro ciclos, algo inédito desde al menos el año 2000.

El grupo brasileño de defensa del clima, Observatório do Clima, hizo un llamado en Twitter a la atención de John Kerry, el enviado especial del presidente estadounidense a la COP26, publicando una foto de él y el ministro brasileño de medio ambiente, preguntándole qué tanto se sentía engañado por las promesas del Gobierno de Bolsonaro de disminuir la deforestación en la Amazonía.

"Hola, (John Kerry) ¿Cómo se siente al ser engañado? Cuando posó para esta foto con el ministro brasileño (de Medio Ambiente, Joaquim Leite), él ya sabía que la deforestación en 2021 había alcanzado la cifra de 13.000 km2, la más alta en 15 años, pero no se molestó en decírselo", dice el mensaje.

Según un comunicado del Sindicato de Empleados Públicos en el Área de Ciencia y Tecnología, la dirección del INPE y el Gobierno tenían conocimiento desde mediados de octubre de los datos sobre el agravamiento de la deforestación, pero solo autorizaron su divulgación tras la conclusión de la COP26.

Unas promesas inciertas frente a la deforestación ilegal

"Ningún país del mundo tiene una legislación ambiental más completa que la nuestra", había afirmado el presidente Jair Bolsonaro en plena COP 26. Sin embargo, y pese a que había anunciado que pondría un freno definitivo a la tala ilegal de árboles en la mayor selva del mundo, sigue sin atajar la minería y la agricultura comercial en partes protegidas de la selva tropical.

Un freno que supuestamente se hará eficiente en dos años y se extenderá de manera definitiva para 2028. El objetivo requerirá agresivas reducciones anuales de la destrucción, algo que para este año no parece que ocurrirá. Y, si las últimas cifras parciales presentadas en la COP26 eran menos dramáticas, el último informe del INPE acabó por demostrar que la amenaza a la Amazonía es grave a todos los niveles.

Joaquim Leite declaró este jueves en una conferencia de prensa que "las cifras siguen siendo un reto para nosotros y tenemos que ser más contundentes en relación con estos delitos". El ministro afirmó que los datos no reflejaban la reciente intensificación de la aplicación de la ley contra la deforestación ilegal, admitiendo sin embargo que el Gobierno debía hacer más para combatir la destrucción de la Amazonía.

Desde hace unos años, las medidas de Boslonaro para demostrar que su Gobierno protege la selva se han quedado cortas.

En 2019, el mandatario desplegó militares en la Amazonía para controlar deforestación, pero una investigación de la agencia de noticias Reuters demostró errores por parte del Ejército e incompetencia para lograr frenar el daño ambiental. El desconocimiento de la selva, la falta de estructura para este tipo de operaciones o de acciones contundentes para capturar o intervenir las incursiones ilegales y la tala fueron los factores principales del fracaso.

Para Mauricio Voivodic, jefe del grupo ambientalista WWF en Brasil, los números del último informe del INPE dejaron al descubierto "el verdadero Brasil que el Gobierno de Bolsonaro intenta ocultar con discursos imaginarios y esfuerzos de ‘greenwashing’ (lavado verde) en el extranjero", refiriéndose a una reciente declaración en la que el líder ultraderechista negó que la Amazonía sufriera incendios. Acabando por afirmar que en realidad "el Gobierno de Bolsonaro ha acelerado el curso de la destrucción de la Amazonía".

El martes 12 de octubre de 2021, un grupo de abogados especializados en temas climáticos pidieron a la Corte Penal Internacional que iniciara una investigación contra Jair Bolsonaro y lo acusaron de crímenes de lesa humanidad por las políticas ambientalistas en el país -o la falta de ellas- y su repercusión en la Amazonía.

Un impacto ecológico opuesto a las promesas en la COP26

Brasil, al albergar la mayor parte de la selva tropical del mundo, se consideraba crucial en la COP26. Los arboles en esta zona absorben la mayor parte de dióxido de carbono emitido en el planeta, sin estos árboles, el calentamiento global sería mucho más impactante. Algunos científicos ya advirtieron que, si se continúa destruyendo la selva amazónica, se llegará un punto de inflexión, donde todo su territorio se secaría, para transformarse en sabana.

Un escenario que podría ser devastador. Se liberarían enormes cantidades de carbono, asegurando sin duda que el mundo ya no podrá alcanzar los objetivos establecidos para evitar los peores efectos del cambio climático.

Para Márcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima brasileño, los datos del INPE ponen en evidencia la falta de acciones del Gobierno brasileño para cumplir con sus promesas hechas en la COP26, afirmando que "las emisiones se producen en el suelo de los bosques, no en las sesiones plenarias de Glasgow".

La semana pasada se presentó un estudio en Glasgow, durante la COP 26, por el Panel Científico de la Amazonía que reúne a 200 expertos internacionales. Este advierte que, si se mantienen los actuales altos índices de deforestación, el ‘pulmón vegetal del mundo’ llegará a un punto de no retorno antes de 2050, que lo llevará a perder hasta el 70 % de su vegetación nativa. (Télam)

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