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Proteccionistas de Argentina intentarán que no se lleven a Sudáfrica los cuatros tigres que viven en San Luis

Los animales están en un “tren jaula” adentro de la Estancia Santa Romana, un emprendimiento privado ubicado entre Justo Daract y Villa Mercedes. El lugar fue declarado por el Gobierno provincial como una reserva de flora y fauna silvestre, autóctona y exótica.

Los animales están en un “tren jaula” adentro de la Estancia Santa Romana.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 01/12/2021 11:50

Aunque la existencia de los cuatro tigres bengala que habitan en el vagón de un tren está en la boca de todo el mundo, el Gobierno de San Luis no ha emitido oficialmente ninguna palabra.

Por un informe de Ubuntu Spirit of Africa se conoció la historia de los animales y de las acciones “contrarreloj” que están desarrollando entidades internacionales “para salvar” la vida de los ejemplares. Para esto intentan reunir 100 mil euros a través de donaciones.

En las últimas horas proteccionistas de Argentina hablaron del tema, y encendieron las alarmas para que las autoridades locales analicen “en profundidad” antes de autorizar el traslado de los animales a un santuario de Sudáfrica. Advirtieron que “en nuestro país existen lugares donde pueden ser llevados”, además de significar eso un costo menor, da la posibilidad de no perder el contacto con los animales y de hacer un seguimiento de cómo continúan sus vidas después del encierro.

La misión de rescate que impulsan los equipos del Ubuntu Wildlife Sanctuary (Santuario de vida salvaje de Ubuntu) y The Wildlife Advocates Foundation (La Fundación de Defensores de la Vida Silvestre) generó la preocupación de entidades que manejan información y antecedentes sobre lo que pasa “realmente” detrás de estas promocionadas misiones de rescate que se llevan animales del país.

“Nos enteramos hace poco, y comenzamos a hablar con las autoridades de la provincia para que el traslado sea dentro de Argentina”, dijo la fundadora y directora del Centro Argentino de Rescate, Alejandra Juárez en declaraciones a El Chorrillero.

Existen sospechas de “un negociado” detrás de los santuarios de Ubuntu tan promocionados por internet, “tráfico de animales” hacia Sudáfrica y encubiertos cotos de caza.

“Esta persona, que está detrás de Ubuntu, ya había instalado un santuario recientemente, pidió donaciones y después se fue de ahí. Ahora está montando otro y esa es su empresa, crear lugares privados de supuestas reservas que son itinerantes en Sudáfrica”, aseguró Juárez.

También advirtió que ese país es el centro mundial de la cacería enlatada: “Eso es cuando largan a los animales en un recinto chico (después de criarlos, darles la mamadera y caminar con ellos), para que alguien les dispare y se saque la foto. Después los restos (principalmente huesos y colmillos), son exportados a China para fabricación de medicinas, por ejemplo. Es un negociado que cierra por donde lo busqués”.

También se considera a esta Nación como el “foco de mayores asesinatos de leones y tigres de toda África y del mundo”.

Hace unos meses en Sudáfrica están tratando de frenar las “granjas” donde se crían leones y tigres para la caza o el impuso del turismo (como el desarrollo de una industria millonaria): “Los están tratando de ubicar, algunos han tenido que ser sacrificados”.

El gobierno sudafricano comunicó en mayo de este año que dejará de emitir permisos para criar, mantener, cazar o interactuar con leones cautivos, y anunció que revocará los actuales permisos de cría.

Ese es un detalle que llama la atención: “Qué raro que en lugar de recibir esos animales, que sería prácticamente gratis, venga a buscar de manera desesperada los que están en Argentina. Con eso se está demostrando que Sudáfrica no está interesado en dárselos”.

“Estamos apuntando a que se dé una solución a estos tigres que están en San Luis, pero que no los saquen afuera. Esta gente vino a Córdoba y los corrimos, fueron a La Rioja y también los corrieron. En Santiago del Estero, lamentablemente cometieron el error y se los dieron. A lo mejor en San Luis no se detuvieron a preguntar”, explicó.

Lo que no se sabe, o al menos no está claro todavía, es qué acciones concretó San Luis o a qué acuerdos llegó con la organización Wildlife Advocates Foundation que dirige Natasja de Winter. Que se viralizara la campaña para recaudar $12 millones de pesos argentinos y concretar el traslado ¿podría ser la oficialización de que la salida de los cuatro tigres al exterior es un hecho?

“Veo como siempre el modo operandi de estas organizaciones o ‘avivadas extranjeras’ que se instalan en el país con un relato que siempre carece de veracidad. Lo primero que hacen es poner en evidencia la situación de los animales de manera tendenciosa y sesgada, dejando al descubierto y exponiendo a modo maliciosa a quien los posee, quitando posibilidad de diálogo, para luego ofrecer el paraíso terrenal, que en realidad encubre un negocio de tráfico”, dice un informe que Juarez le envió a la ministra de Medio Ambiente, Natalia Spinuzza.

En el mismo detalla el dinero que se necesita para lleváserlos al santuario de Ubuntu: 25.000 Euros cada tigre, o sea unos $3.000.000. En plata argentina esos son $12.000.000, y en Euros unos 100.000.

“Para que los cuatro tigres se queden en el Santuario de Entre Ríos (Tekove Mymba) costaría $ 1.500.000  por tigre (para cada recinto de tierra que ocuparían). Un total de $6.000.000. Y el traslado nada”, añade en el escrito que también publicó en su página de Facebook.

Juarez sabe que la funcionaria de Alberto Rodríguez Saá recibió su mensaje por WhatsApp, pero nunca le respondió. Los proteccionistas de La Rioja, también intentaron un acercamiento con asesores de Spinuzza. Ya anticiparon que insistirán hasta conseguir el diálogo.

En las últimas horas se pusieron a la luz varios datos alrededor de la tigres que viven en Justo Daract, a un costado de la Autopista de las Serranías Puntanas, entre los kilómetros 669 y 673. Están dentro de Santa Romana, una estancia de 1.800 hectáreas, propiedad del empresario mendocino, Emilio Luis Magnaghi. Allí, donde también hay un museo aeronáutico, un taller ferroviario y una colección de vagones de un tren. Entre estos últimos se encuentra un coche presidencial que usó Juan Domingo Perón para visitar las provincias.

En 1999, ese sitio fue declarado por el ministerio de Medio Ambiente de la provincia de San Luis como reserva de flora y fauna silvestre, autóctona y exótica. Fue así que logró la autorización para tener entre las especies protegidas al puma, gatos monteses, al zorro gris, las llamas traídas del norte, y el ñandú. A ellos se les sumaron búfalos sudafricanos y los antílopes de la India y Nepal.

Un video publicado por la misma empresa hace 10 años relata que los tigres de bengala llegaron a la estancia en 2003, después de ser dejados por un circo, y a partir de eso se proyectaba “un hábitat para felinos de grande proporciones”. Además se había pensado la incorporación de cebras, lo cual posiblemente no pudo concretarse. De acuerdo a los propios antecedentes difundidos se sabe que allí funcionó “el primer coto de caza de la provincia, instalado dentro del bosque de caldenes y algarrobos”.

El emprendimiento privado que ha tenido una fuerte promoción a través de notas periodísticas en los principales medios de comunicación, volvió a resonar por las fotos que muestran a cuatro tigres hacinados en un vagón transformado en jaula, y que ahora recorren el mundo.

El portal Ubuntu Spirit of Africa había denunciado que los animales están expuestos “a condiciones climáticas extremas, con temperaturas de verano de más de 30 grados, viento que soplaba sobre la tierra seca, y solo un pequeño refugio nocturno a modo de escondite”.

Se refirieron al empresario como un “agricultor” que “no tenía experiencia en el cuidado de grandes depredadores”, y que en el último tiempo se acercó a las autoridades locales en busca de ayuda. “Mientras tanto, seguía cuidando a los tigres, con su limitada experiencia y recursos. Sin las instalaciones adecuadas, estos pobres animales se quedaron literalmente viviendo en su propia materia fecal durante años”, denunciaron.

También contaron que en 2007 el dueño de un circo dejó dos ejemplares (un marcho y una hembra) con la promesa de que volverían a buscarlos. El año es uno de los datos contradictorios de la publicación (porque según la estancia el origen de los mismos fue en 2003). Al poco tiempo la pareja comenzó a reproducirse y por eso hoy son una familia de 4.

El Chorrillero contactó el viernes 26 de noviembre al área de prensa de Medio Ambiente, donde confirmaron la historia y prometieron un comunicado que nunca fue publicado.

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