Monseñor Barba en el Día de la Virgen: “Dejemos todo el amor en cada niño que recién está arrancando en el camino de la vida”
La celebración desarrollada en la Iglesia Catedral contó con el regreso de la tradicional procesión, suspendida el año anterior por las restricciones de la pandemia.
A partir de las 10 de la mañana, el obispo de San Luis, Gabriel Barba encabezó la ceremonia de la Inmaculada Concepción de María en el principal templo de la provincia.
Ante una Catedral llena, durante la homilía trazó varios puntos pero se detuvo en la importancia de “dejar de ver el pecado ajeno”.
La celebración trajo consigo la vuelta de la tradicional procesión, un símbolo para la comunidad católica que había sido suspendida debido a las restricciones que trajo consigo la pandemia del coronavirus.
“Cuando Dios le pregunta a Adán qué hizo al morder la manzana del pecado, él responde que fue culpa de Eva. Cuando se dirige a Eva dijo que fue culpa de la serpiente. Los dos tienen el mismo camino y mismo error”, comenzó el sermón monseñor Barba.
Seguidamente señaló que ninguno de los dos “se hace cargo de su pecado”. Es aquí donde trajo el ejemplo al plano terrenal: “¿Cuántas veces nos pasa esto en nuestras vidas? Miramos más el pecado ajeno que el propio, miramos más los errores de otros que nuestros corazones”.
“Somos más fáciles en mirar, en juzgar y condenar que tener una condición humilde en nuestras vidas”, agregó.
En otro tramo dio cuenta de un deseo: “Ojalá, y no voy a dejar insistir, que en el seno familiar vivamos el amor a la Virgen, pero sobre todo dejemos el amor plasmado en cada niño, adolescente, que recién está arrancando en el camino de la vida”.
Ya sobre el final, Barba mencionó los trabajos de restauración que se llevan adelante en el histórico edificio y agradeció a todo el personal de salud que “le hace frente a la pandemia”.
“Estamos trabajando para que la Catedral quede en todo su esplendor. Cada cosita que surge da un dolor de cabeza, pero poco a poco la vamos solucionando y la recuperaremos en su totalidad”, manifestó.
Monseñor pidió una vez más por la aparición de la niña Guadalupe Lucero, desparecida el 14 de junio.
Una vez culminada la misa, tuvo lugar la procesión. Con la imagen de la Virgen decenas de vecinos recorrieron las calles que rodean la Plaza Pringles.
Fue transportada por Bomberos Voluntarios y la celebración culminó con la entonación del Himno nacional por parte del Ejército Argentino y la bendición de Barba.