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CRISIS ECONÓMICA

Lo que los puntanos ya no pueden hacer: llenar el carrito, comer carne, pagar el alquiler y salir a la calle “sin el miedo a que te roben”

La situación económica hizo en los últimos tiempos que las familias resignaran su modo de vida, y hasta sus costumbres porque la inflación arrasó con todo, y en particular con los alimentos.

La situación económica hizo en los últimos tiempos que las familias resignaran su modo de vida.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 12/12/2021 00:22

En un relevamiento que hizo este medio, los sanluiseños respondieron qué cosas “ya no pueden hacer más” a partir de la crisis económica que vive el país, y que se empeoró por la pandemia.

Si bien las opiniones fueron variadas hay un punto donde la coincidencia fue elevada: “Que la plata no alcanza para nada y que no se puede ahorrar”. Por esto, el trabajador común ni si quiera se toma el trabajo de planificar algún viaje. En medio de una economía estancada aseguraron que apenas alcanza “para vivir dignamente” o “sobrevivir”, y que en el camino resignaron cuestiones básicas: por ejemplo comer carne o comprarse un par de zapatillas.

“Ahorrar, eso pasó a ser imposible”, sostuvo Diego Aisman. Y Nai se explayó un poco más sobre las limitaciones que tiene y se lamentó: “Comprar ropa básica, viajar a otra provincia para visitar a la familia, comer afuera. Cada vez peor”.

“La pregunta es ¿Qué podés hacer en este país así como lo están masacrando?, respondió Emma Alcaraz ante el interrogante que dio lugar a una encuesta.

Otras opiniones apuntaron a la inseguridad: “Salir sin miedo a la calle porque te pueden robar”. La delincuencia es una de las mayores preocupaciones que se acentuó en la cuarentena. “Salir tranquilos porque ya no se puede. Dios nos cuide”, dijo Mirta Fauge. “Salir sin el miedo a que me roben, ahorrar, salir de vacaciones….”, añadió el usuario Santa Filomena. “Vivir en paz y en tranquilidad”, agregó Mary Cantarutti.

“Ya no volver a compartir con los seres queridos que se fueron”, trajo a las opiniones un usuario para no olvidarse del dolor que atravesó la pandemia. “De todo, cada día todo está más caro”, sostuvo Cami Gil.

José Romero tocó la inflación que no da tregua a los bolsillos de los sanluiseños. “Comer carne”, es para él una necesidad que ya no puede repetirse “como antes”. José Muñoz estuvo de acuerdo en lo mismo: “Comprar carne, cada vez peor”. Datos oficiales noviembre confirman que la carne aumentó hasta un 125% en San Luis; además en este tiempo hubo una merma en el consumo de entre el 20 y el 50%. “Asado”, apuntó Sebastián Amaya. “Comer asado los domingos”, aportó Ángel Rubén Salazar. “Comer asado cuenta?”, se preguntó Cris Sosa.

Casi en la misma dirección Dany Ángles graficó cómo es la economía de su familia: “No se puede llenar el carrito en el super”. Yami escribió la misma respuesta. En octubre la inflación fue del 2,8%, y el acumulado (en los primeros 10 meses del año) terminó encuadrándose en casi el 40%. “Comer pan dulce” este año, tuvo en cuenta Nacho Longar.

“Una brutalidad lo que piden por los alquileres, y ni hablar que siguen pidiendo mes de honorarios”, dijo Emi Díaz Bello, para exponer que esa realidad los obliga a buscar alquiles cada vez “más baratos”.

En la misma línea opinó Daniel Alberto Jofré: “¡Alquilar! No meten un peso de inversión y remodelación. Conexiones eléctricas deplorables que nadie controla! Igualmente los precios aumentan y aumentan. No hay persona más vaga que la que vive de alquilar porque la mayoría son herencias de la gente que verdaderamente trabajó para tener eso y ofrecer ese servicio”.

“No poder ir de vacaciones”, respondió María Luisa Olguín. Sergio Javier coincidió con ella y le agregó otro problema: “No poder cambiar el auto”. Por su parte, Mar Garzulo agregó: “Vacaciones nunca más”. Danita y Kami opinaron lo mismo: “Viajar”.

“Viajar y buscar otro trabajo. Ahora tengo que quedarme donde estoy porque está difícil conseguir”, añadió Alelí Garay.

“Natación y gym. Te sale $4 mil, y a finales del año pasado pagaba $2.500 por todo”, aportó Rome Fabro.

María Allende tuvo que resignar uno de los dos autos que tenía. “Vendí uno para poder mantener al otro. En el supermercado todo es de segunda marca”, sostuvo.

Ivonne Fadon se quejó porque tuvo que dejar de lado la posibilidad de “capacitarse”. O Erika Torres que ya se resignó “a vivir el día a día y no hacer planes a futuro”. Parecido es el caso de Leo Machio: “Estaba viviendo en Córdoba y estudiando, y cuando empezó la pandemia, por el pu… virus me tuve que volver”.

Salir para “comprarse ropa” o “comer afuera en algún restó” son limitaciones que advirtieron otros lectores. “Este año las zapatillas Adidas de siempre están a $27 mil y te las dan en 6 cuotas. En 2015 las mimas estaban a $3.200”, se quejó Marantos_29.

“Ir al cine”, respondió Dany Salas, y del mismo modo lo hizo Alejandra García. “$500 un entrada, un Coca Cola y los pochoclos $600 para una persona”, fundamentó Salas. También agregó la suba que sintió en el combustible: “En 2019 le cargaba 350 de gas a un tubo de 60 metros (cúbicos) y se llenaba, ahora se llena con $800”.

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