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Un año de la primera vacuna en San Luis: una campaña marcada por el uso político y el vacunatorio VIP de Rodríguez Saá

Doce meses atrás, la Nación enviaba los primeros componentes de Sputnik V a la provincia. Las dosis de refuerzo alcanzan al 7% de los habitantes. Las dudas, cuestionamientos y reproches a la campaña que llevó adelante el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá.

Foto ansl
Rodríguez Saá recibiendo la vacuna contra Covid-19.
Actualizada: 26/12/2021 23:31
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El 29 de diciembre de 2020 comenzó la campaña de vacunación contra Covid-19 en San Luis. En medio de una pandemia y de un virus del que mucho no se conocía, el personal de salud fue el primer grupo estratégico estipulado para recibir una dosis del inoculante ruso, Sputnik V, el único que había adquirido la Argentina en ese entonces. Trabajadores del Hospital fueron los primeros en acceder al suero.

Casi un año más tarde, son 923.452 los inyectables que se aplicaron en la provincia, entre primeras y segundas dosis, refuerzos y adicionales. Con el correr del tiempo el rango etario que inicialmente era para los mayores de 18 años, se amplió de los 3 en adelante. También se sumaron nuevas marcas y hoy son siete las variantes autorizadas.

En el medio, hubo dudas por la novedad que implicaba la enfermedad y los inmunizantes. Pero también sobre la transparencia del Gobierno a la hora de distribuirlas. A eso se sumaron demoras, principalmente para quienes tenían que completar el esquema con Sputnik y por eso en algunos casos debieron aguardar hasta más de seis meses.

Asimismo, ante el retraso en el arribo de sueros al país muchas provincias optaron por iniciar gestiones para comprarlas en simultaneo a la Nación. No fue el caso del Gobierno de Alberto Rodríguez Saá, que primero dio respuestas contradictorias sobre la intención de hacerlo y nunca avanzó en concretarlas.

Otra de las características de la gestión provincial fue el vacunatorio VIP, que fue reconocido por la ex ministra de Salud, Silvia Sosa Araujo al contestar que habían ofrecido y colocado inoculantes a “personal estratégico que está relacionado con el gobernador”.

Esto fue uno de los grandes cuestionamientos a la Provincia, en medio de un faltante de vacunas, una alta ocupación de camas de terapia intensiva, decenas de personas en estado crítico, y familias que vieron perder a un ser querido por no tener la inmunidad suficiente ante un contagio.

En el primer tiempo, el Gobierno tampoco brindaba datos sobre los grupos a los que se estaba vacunando, como la cantidad de inyectables que se habían colocado. Unos meses después incluyeron los primeros números en los reportes diarios de Covid-19. Pero antes, la única información era proporcionada por la Nación.

Un ejemplo de ello, fue cuando a fines de enero aseguraron que todo el personal de salud había iniciado el esquema, pero que fue desmentido por el mismo sector. Al 31 de ese mes, solo se conocía que San Luis había recibido 3200 dosis en una primera tanda y 2.450 en la segunda.

Unos días más tarde, el 4 de febrero fue cuando Sosa Araujo, en presencia de su par nacional, Carla Vizzotti, dijo que habían vacunado al “personal estratégico”. De esa forma, no desmintió las versiones de que habían accedido dirigentes del oficialismo y la oposición, funcionarios y amigos del poder. Algunos de ellos también lo reconocieron con el correr del tiempo.

El escándalo nacional tuvo su correlato en San Luis. El Gobierno de Rodríguez Saá montó un vacunatorio paralelo que permitió a políticos del oficialismo y la oposición, funcionarios, jueces y amigos del poder saltaran la fila para inmunizarse burlando el sistema de prioridades del ministerio de Salud de la Nación.

El líder opositor y actual diputado nacional, Claudio Poggi denunció públicamente en el inicio del año que desde la jefatura de Gabinete provincial lo llamaron para que se vacunara. Rechazó la invitación.

En marzo, desde la dirección provincial de Estadísticas y Censos revelaron que hasta el 16 de ese mes, el 6,06% de la población tenía el primer componente y un 1,01% el siguiente.

En abril, el entonces jefe de Gabinete, Santiago Cafiero aclaró que las provincias estaban habilitadas para comprar inoculantes en paralalo a las gestiones nacionales.

“Llevémonos bien con el Gobierno nacional, nosotros no vamos a comprar vacunas”, dijo un mes después el gobernador. Más adelante desde Terrazas del Portezuelo dijeron que habían formulados consultas por la marca rusa.

En el cuarto mes del año, el 14,2% de los ciudadanos contaba con un suero, y el 2,7% con dos. En el quinto, era el 20,4% y 7,9%, respectivamente. Hasta el 30 de junio, eran 278.605 las dosis que se habían aplicado en todo San Luis, de esa cantidad, 213.541 eran del primer componente y 65,064 del segundo.

A mediados de año comenzó la preocupación por las demoras de aquellos sectores que aguardaban para completar el esquema con el inoculante ruso. Al sexto mes del primero tenían que recibir el restante, pero en muchos casos esto no se cumplió por la tardía llegada.

Según los reportes provinciales, durante julio se aplicaron 143.093 inyectables: 92.567 iniciales y 50.526 del segundo. En agosto el total fue de 124.953: 22.739 y 102.214.

En ese momento, el país enfrentaba la segunda ola con un alza en los casos positivos y el temor por la propagación de la variante Delta. Completar la inmunización era el deseo de quienes aún no podían hacerlo. Y a través de una encuesta contaron a El Chorrillero las diferentes realidades, entre las que se encontraban personas con patologías de base y adultos mayores.

En el noveno mes del 2021, cuando la curva de contagios evidenciaba una disminución, San Luis fueron colocados 24.273 primeros sueros y 77.152 (101.425). En octubre fueron 71.346 y 34.226.

En este periodo se comenzó a destinar inoculantes a los niños de entre 3 y 11 años. Y también se sumaron al esquema los terceros sueros, denominados como adicional, que fueron 2743.

En el año hubo otros escándalos como el uso por parte de Rodríguez Saá de la base de datos del sistema de vacunación para enviar una carta en la que pedía al electorado que votara a los candidatos del Frente K Fuerza San Luis.
Los centros de vacunación también fueron usados como escenarios de campaña. Los candidatos oficialistas se mostraron haciendo proselitismo.

El Chorrillero presentó un pedido de información pública que hasta hoy no fue contestado por el Gobierno provincial.

A fines de noviembre se agregaron las de refuerzo, destinadas a quienes finalizaron la vacunación, pero con el correr del tiempo pierden respuesta inmunológica (a los cinco meses).

Hasta este domingo, según datos nacionales, San Luis empleó 923.452 inyectables. De esa cantidad 436.062 pertenecen a la primera dosis, lo que representa al 84,73% de la población estimada por el Indec, que es de 514.610. Otras 405.256 corresponden a la segunda (78,75%).

A eso, hay que sumar 4448 vacunas de aplicación única, 41.459 adicionales (8,05%) y 36.227 de refuerzo (7,03%).

Por otro lado, se desprende que el Gobierno cuenta con 37.160 inmunizantes sin colocar.

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