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Historias de San Luis: el hogar de ancianos

Hay lugares que son referencia inevitable.

Centro Integral del Adulto Mayor "San Vicente de Paul".

por Nino Romero

elchorrillero.com

Actualizada: 19/02/2022 23:31

Para la mayoría, la esquina de Presidente Perón (ex Sucre) y Pedernera fue, es y será la esquina del Hogar de Ancianos.

Por más que ahora le hayan cambiado de nombre, en la memoria colectiva es el Hogar de Ancianos.

Y cuando deje de serlo, seguirán llamando así al lugar. Es la memoria colectiva. Está en el corazón de la gente y eso es muy difícil cambiarlo.

Tiene una larga y rica historia que es imposible resumir en pocas líneas.

Centro Integral del Adulto Mayor "San Vicente de Paul".

Breve referencia a sus orígenes: en 1891 se creó la sociedad llamada “Hermanas de los Pobres”, y la primera comisión directiva estuvo presidida por la señorita Otilia Pastor, oriunda de San Francisco del Monte de Oro.

La integraban mujeres solteras de tradicionales familias de San Luis que realizaron numerosas tareas solidarias.

Tan es así que el artículo 1° del reglamento de la sociedad decía que “tiene por objeto aliviar en lo posible las necesidades y sufrimientos de los que se ven obligados a implorar la caridad pública para proporcionarse la subsistencia”.

Centro Integral del Adulto Mayor "San Vicente de Paul".

Esta Sociedad creó primero el “Asilo de Mendigos” que se transformó en “Asilo de Ancianos” y luego en “Hogar de Ancianos San Vicente de Paul”.

El 27 de setiembre de 1898 se colocó la piedra fundamental en el llamado boulevard Sucre, entre Junín y Pedernera. En su actual ubicación.

Era gobernador don Lindor Quiroga y Presidente de la República el general José Evaristo Uriburu.

Y a partir de ese momento, es una larga historia con alegrías y tristezas.

La cooperadora del Hogar de Ancianos jugó un papel fundamental para colaborar cuando el Estado no se hacía cargo de algunas necesidades materiales y anímicas básicas.

En algún momento no se permitió más el ingreso de sus integrantes.

Ya mucho antes se había desalojado del lugar a las religiosas de la orden Hermanas Misioneras de San Francisco Javier, y había problemas para la atención espiritual sacerdotal.

Se dejaron a recibir a hombres y mujeres que estaban desprotegidos.

Muchas historias que ocuparían enormes espacios. Pero pretendo recordar con fotos y documentos vivencias inolvidables. Que hasta me incluyen haciendo un reportaje para la televisión.

Recordar que hubo hasta 60 internos en el 2003 que eran atendidos por mujeres enfermeras y hombres enfermeros.

Rememorar cuando las hermanas llevaban al mar a quienes vivían en el Hogar durante 12 días. Más precisamente a Chapadmalal.

Pensar en los que trabajaron y trabajan respetando a los ancianos y las ancianas.

Hacer memoria de tantos que han concurrido a cantar y a bailar con ellos, o simplemente a acompañarlos y darles un abrazo.

Evocar a los que conocí y se fueron: Eva, Ceferina, Avelina, Cirilo, Patricio, Roque, Charito, Florencio, José María, Antonio, Enriqueta, Emilia, Osvaldo, Norberta, Héctor, Blanca, Angie. Y a todos los que partieron antes.

Hay tres viviendo allí: Juancito, Miguelito (que nunca caminó desde su nacimiento) y una cantante de tangos que es ciega y se llama Ceferina.

¿Qué pasará con el Hogar después? Nunca se sabe.

Mejor miremos las fotos, que agradezco a tantos amigos y amigas.

Nada ni nadie borrará de la memoria colectiva al Hogar de Ancianos “San Vicente de Paul”.

Los ancianos que integraban en el hogar años atrás.

Los ancianos que integraban en el hogar años atrás.

Los ancianos que integraban en el hogar años atrás.

Los ancianos que integraban en el hogar años atrás.

Los ancianos que integraban en el hogar años atrás.

Hogar de Ancianos “San Vicente de Paul”.

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