ABORTO LEGAL
La Iglesia a un año de la Ley: “La reconocemos como un fracaso de nuestra sociedad donde se priva el derecho fundamental a la vida”
El Obispado de San Luis realizó un balance del primer aniversario de la IVE. “Las mujeres que se han realizado algún aborto…, nos hace ver en ellas una herida que nunca cierra ni se olvida dado que, su naturaleza está destinada a dar vida”, sostiene el documento.
“La ley que permite el aborto legal en la Argentina, sigue siendo para la Iglesia una ley injusta dado que atenta contra la Constitución Nacional, que respeta los tratados internacionales que reconocen la vida humana desde el momento de la concepción. Y contra el derecho natural a la vida”. De esa manera reflexionó la Iglesia Católica de San Luis al cumplirse un año de la implementación del aborto legal.
La Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo fue sancionada el 30 de diciembre del 2020 y un mes después, el 24 de enero, entró en vigencia. Tras un año el Obispado puntano trazó un balance.
Monseñor Gabriel Barba firmó un texto que contiene la reflexión de la Iglesia: “La reconocemos como un fracaso de nuestra sociedad donde se priva del derecho fundamental que hace posible a los demás derechos y es justamente el derecho a la vida. Siempre estaremos a favor de la vida. De las dos vidas. Y especialmente del resguardo del más débil, en este caso la vida del niño por nacer que no tiene posibilidad de defenderse por sí mismo”.
“A lo largo de la historia de la humanidad tenemos sobradas ocasiones donde los más poderosos impusieron su fuerza y su poder sobre los más débiles. Esta ley, justamente, repite esa misma historia. El más fuerte quita el derecho al más débil”, expresó la Iglesia.
“La Iglesia, como madre y maestra en acompañar a sus hijos/as, seguirá acompañando a todos los heridos y lastimados, aún pagando el precio de sus propios errores”, agrega.
En ese marco la Iglesia reafirmó: “Nuestra experiencia en el acompañamiento a las mujeres que se han realizado algún aborto…, nos hace ver en ellas una herida que nunca cierra ni se olvida dado que, su naturaleza está destinada a dar vida y a no quitarla y eso es obrar contra su propia naturaleza. Por eso es tan importante para nosotros el acompañamiento de aquellas mujeres, ante el reconocimiento de esa pérdida irreparable”.