Un puntano que estaba en estado crítico asegura que se le apareció el Cura Brochero y le salvó la vida: “Vino a salvarme”

Claudio Algañaraz, de 39 años de la localidad de Cortadera, asegura ser protagonista de otro milagro del Cura Brochero. El 20 de julio se encontraba internado en el Hospital de Concarán a raíz de un grave cuadro de neumonía bilateral a causa del coronavirus.

“Estaba con una neumonía severa bilateral, pasaron dos días y mi estado de salud no mejoraba por lo que me tendrían que derivar a la ciudad de San Luis para una intervención mayor porque habían agotado los tratamientos”, contó Algañaraz en declaraciones al programa La Mañana de Dimensión.

Dijo que sentía que se moría y que su cuerpo no iba a resistir una noche más, fue en ese momento que ocurrió algo inesperado: el Cura Brochero se presentó en la habitación.

“Me encontraba viendo la televisión con un dolor terrible en la espalda cuando de repente noté que bajó la luz y apareció a mi lado el Cura Brochero con su mula, bajó silencioso, me respiró al lado de mi cara, yo sentí su respiración”, manifestó.

Y añadió: “Lo miré a la cara, tenía el rostro de una persona mayor con arrugas. Se puso a mi lado, se arrodilló sobre la cama y me colocó las dos manos en el pecho”.

Algañaraz explicó que “lo miro nuevamente, se corrió para un costado, se subió a su mula y se retiró”.

Aclaró que no era devoto del santo y tampoco era de participar de misas o ir a la iglesia: “El vino a salvarme, lo que él hizo en mi fue un milagro, yo me estaba muriendo, sentía que mi vida no podía más, si no hubiese sido porque él vino a verme yo hoy en día no estaría”.

Mencionó que a partir de ese día le pasaron “cosas hermosas” y al lugar que iba se encontraba de alguna forma con la imagen del Cura.

Junto a su esposa decidieron viajar hacia el santuario del Cura Brochero en donde dio las gracias por “el milagro”: “Estuve un tiempo con él, me miró a los ojos y me decía que no me hiciera problema por lo que me estaba pasando”.

Claudio mientras transitaba la enfermedad adelgazó 12 kilos por lo que decidió ir al hospital para realizarse un chequeo. Una vez en el lugar y luego de practicarle distintos estudios, el médico descubrió que no tenía secuelas.

“Le dije a mi señora que lo tenía que contar, siento una gran necesidad de hablar y transmitir su mensaje para que ayude a mucha gente más”, concluyó.