Rodríguez Saá necesita dirigentes, funcionarios y jueces como el vicegobernador Eduardo Mones Ruiz
Es el prototipo para la acometida en la que está embarcado en esta hora el régimen gobernante.
Eduardo Mones Ruiz está pagando todos los costos, político, profesional y personal, para darle el gusto a Alberto Rodríguez Saá de designarlo como juez.
Mones Ruiz ha ocupado los puestos institucionales más encumbrados en el proyecto político que encabeza el actual gobernador. Ha sido ministro del Poder Ejecutivo en varios períodos, senador provincial y diputado provincial por el departamento Pedernera y ahora vicegobernador. Y recientemente candidato a diputado nacional por el Frente de Todos.
Ahora como pieza de la estructura rodriguezaísta ha sido nominado para otra función, aún cuando tiene mandato hasta 2023.
Ha sido propuesto para ocupar el cargo más importante en el Poder Judicial.
Alberto Rodríguez Saá quiere definitivamente que un funcionario con su ADN político se convierta en juez de la Constitución.
Esta pretensión es un avasallamiento del Poder Judicial por parte del Poder Ejecutivo.
Los Colegios de Abogados de Villa Mercedes y de San Luis; partidos políticos de la oposición; diputados y senadores nacionales, legisladores provinciales y concejales, y abogados han impugnado formalmente la postulación.
Cuestionan que el candidato a juez no cumple con requisitos de la Constitución.
Frente a todo, Eduardo Mones Ruiz permanece en el más absoluto silencio, pose que no dignifica el actual cargo y tampoco el próximo, si finalmente los senadores de Fuerza San Luis lo consagran siguiendo la orden del gobernador.
Si cumple con los requisitos debe decirlo porque justamente ha sido impugnado porque no reúne las cualidades.
Su postulación no ha logrado adhesiones de ningún sector. Ni siquiera una declaración. (Acá conviene señalar que ha trascendido una operación en el ámbito de la segunda circunscripción judicial para lograr, bajo presión, avales)
El actual vicegobernador es un dirigente que tiene aptitud para defender y preservar su figura, que debe estar más allá de un cargo.
Sin embargo, ha decidido subordinarse al capricho de su mandante político.
Es un soldado político que desde la magistratura actuará como comisario del rodriguezaísmo para reasegurar el sometimiento de la Justicia y garantizar la impunidad de quien nos gobierna.
Ha privilegiado congraciarse con Rodríguez Saá por encima de todo.
La actitud de Mones Ruiz deja una vez más a la vista una escasa sensatez institucional.
Están destrozando la moral de las instituciones.
Los funcionarios deben demostrar con acciones que son dignos.
Las cabezas de los poderes deben predicar con el ejemplo para no atentar contra los cimientos y la integridad de las instituciones.
Este modelo agotado necesita dirigentes, funcionarios y jueces como Mones Ruiz.