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UN AÑO

“Los asesinos de mi hermano están sueltos, y estamos como el primer día sin saber por qué lo mataron”

La muerte cruel que sufrió Alejandro Ochoa en Cortaderas sigue siendo un misterio, y un dolor para la familia. Su hermana relató cómo es vivir con esa incertidumbre y el deseo de que algún día se haga justicia. Estos días se dieron a conocer detalles de la autopsia psicológica.

La muerte de Alejandro Ochoa sigue siendo un misterio.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 27/03/2022 02:28

“Pasó un año y estamos como el primer día, sin saber que pasó, por qué lo mataron, quiénes fueron”, le dijo Ivana Ochoa a El Chorrillero, para recordar que este domingo se cumple un año de aquel día que a su hermano se lo llevaron para siempre.

Ella es quien se encarga que Jesús Alejandro Ochoa siga presente en la memoria del pueblo. “Infinita tristeza late en mi corazón. La última vez que te vi y hablé con vos fue el 25 de marzo del 2020 a las 20. Si hubiera sabido que nunca más te iba a ver, te hubiera abrazado más fuerte. Un año sin verte hermano de mi vida. Te extraño Bebo”, escribió este viernes en sus redes sociales.

Y es que el dolor no se termina, porque el esclarecimiento del crimen se vive con incertidumbre e interrogantes.

A Ochoa se lo llevaron de la casa donde se había instalado recientemente ubicada en el medio del campo, a pocos kilómetros del centro del pueblo. Fue el 27 de marzo, cuando la tarde se hizo noche. Dos amigos estaban con él, uno fue el principal testigo: vio cuando unos sujetos encapuchados y con armas de fuego lo redujeron a los golpes. Entonces salió corriendo a pedir ayuda a otro conocido que estaba adentro de la casa, pero cuando volvieron ya se estaban llevando a "Bebo" en un vehículo.

Lo mataron el mismo día que se lo llevaron.

La autopsia reveló que lo torturaron y terminaron con su vida ese mismo día que lo privaron de la libertad. Le quitaron la vida como a un animal. Le pusieron una mordaza y le clavaron un cuchillo en el cuello para que se desangrara. También le mutilaron los genitales. Tenía 35 años.

Hubo cortes sobra la Ruta N°1, momentos de tensión en la puerta de la comisaría y desesperación durante 7 días. Se rastrillaron campos y todas los espejos de agua de la zona. Recién el 2 de abril, cerca del mediodía del Jueves Santo encontraron el cuerpo mutilado y en descomposición. Estaba a unos 900 metros de donde lo secuestraron.

La causa se caratuló como "privación ilegítima de la libertad seguida de muerte” y se tramita en el Juzgado de Garantías N° 1.

“Personalmente estuve en contacto con la jueza (Patricia Besso) y siempre me dijo que me quedara tranquila que estaban trabajando, que se estaba investigando. Pero creo que un año después algo tendríamos que saber ¿Dónde está la gente que lo hizo? ¿Cuántos fueron? ¿Alguien lo entregó?”, indicó.

Durante 7 días buscaron a Alejandro Ochoa.

Cuestiona y se pregunta todos los días “que no puede ser que alguien no aporte datos, que no se sepa nada”. Tampoco está claro qué motivos hubo para matar a una persona de ese modo.

“No hay un testigo que pueda decir algo. Estamos como el primer día, sin saber nada. Hasta acá hemos declarado toda la familia y sus amigos, pero nada más”, también expuso.

“Creo que la Justicia está trabajando, y quiero confiar en eso. Pero ya pasó mucho tiempo. Dejamos de hacer movilizaciones para que se investigue, para que se pueda llegar a saber lo que sucedió. Pero ahora las cosas tienen que cambiar, voy a hacer todo lo posible para que no se olviden de mi hermano, y que esto no quede en la nada”, sostuvo.

Siempre fue muy hermético el modo en cómo se difundió información alrededor de un caso que no tiene ni detenidos, ni sospechosos. Inclusive la jueza Besso nunca dio entrevistas a la prensa. Esta vez, dos días antes de que se cumpla un año del fatídico final de Ochoa la Justicia emitió un comunicado a través del Periódico Judicial para justificar el trabajo realizado en 12 meses.

En uno de los puntos cuenta cuál fue el resultado de la autopsia psicológica realizada a Ochoa que intenta conducir al posible móvil del hecho. Para la cual se entrevistaron a unas 20 personas, en sede judicial y en los domicilios. Además se efectuaron observaciones en el domicilio de la víctima.

La Justicia hace hincapié que de acuerdo al relato de las personas que lo conocían “surgió que en el último periodo, Ochoa se había dedicado al cultivo de marihuana”, y que un tiempo anterior a su desaparición “el propio Alejandro y un familiar vieron a dos hombres merodeando por el lado sur de la vivienda en horas de la noche”.

También establecieron que esa situación no provocó reacciones de miedo en Alejandro, que no significó un motivo de alerta o de amenaza para que tomara precauciones en su seguridad: nada de eso le resultó extraño. Y tampoco surgió de los testimonios “indicadores de relaciones familiares/sociales conflictivas”.

Un sector del campo donde vivía, y desde donde se lo llevaron.

El estudio concluye en los siguiente: “Se infiere que su posicionamiento de víctima, acorde a su perfil psicológico, lo sitúa como una víctima determinada, es decir, escogida por el/los agresor/es así como una víctima latente, por su actividad vinculada al consumo y cultivo de marihuana”. Estas cuestiones “podrían pensarse como factores de riesgo en el occiso”, según los investigadores.

“Yo no sabía del cultivo, pero sí sabía que consumía marihuana. No era una persona que vendía, solo consumía, y no creo que lo hayan matado por tener plantas. Creo que el tiempo, si es que se hace justicia, nos dirá realmente que pasó”, tuvo en cuenta Ivana, luego de que se publicaran estos detalles para la opinión pública.

Este domingo la familia recordará que llevan 12 meses sin “Bebo” y están pensando si se movilizan el 2 de abril.

“Los asesinos andan sueltos, no quiero que se olviden, o que un día quieran archivar la causa”, dijo al final.

Por otra parte se sabe que hay algunas medidas en proceso.

 Análisis de muestra patológicas. Fue requerido al Ministerio Público Fiscal de la provincia de Mendoza, y se espera el envío de los resultados.

– Informe del Gabinete “Análisis del Comportamiento Criminal” de la Policía Judicial perteneciente al Ministerio Público Fiscal de Córdoba, sobre: perfilación criminal del/los posible/s auto/res y móvil del hecho.

Se solicitó la aplicación de metodologías de “análisis de la información para la formulación de hipótesis investigativas”, como así también “un análisis lingüístico forense de determinación de autoría”.

– Informe de la División Homicidios de la Policía de San Luis y el Departamento de Investigación de Delitos Complejos del Poder Judicial sobre análisis de datos del celular de Alejandro Ochoa y del testigo principal del hecho.

El expediente fue remitido la semana pasada en vista a la Fiscalía de Instrucción N°1 de la Tercera Circunscripción, “desde donde adelantaron que solicitarán nuevas medidas”.

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