Dura derrota política de Alberto Rodríguez Saá
La declinación del vicegobernador a la postulación como juez del Superior Tribunal es otra inesperada noticia en el peor momento del segundo ciclo del gobernador al mando del poder.
No es el primer trago amargo que Alberto Rodríguez Saá debe digerir en los últimos tiempos por más que se empeñe en no hacerse cargo de nada y culpar al resto.
En su afán de darse el gusto de depositar en la poltrona del Poder Judicial a su vicegobernador Eduardo Mones Ruiz, quien en la coyuntura le resultaba útil fuera de la línea de sucesión, forzó una defensa apelando a tristes ejemplos de la historia política argentina.
Un capricho resultó en un hecho sin precedentes en la vida política e institucional de San Luis. Inédito porque las órdenes del Jefe siempre se acatan sin chistar.
Conviene dejar en claro frente a los desprevenidos que el acto de Mones Ruiz no es meritorio, ni para coronarlo de laureles.
La candidatura se cayó por su propio peso. Su pertenencia a un Gobierno que quiere hacer de San Luis un feudo y la ausencia de antecedentes hacían inviable su nombramiento en cualquier lugar normal.
La historia le tenía reservada una página por prestarse a uno de los mayores atropellos a las instituciones de la Provincia de San Luis. Estuvimos en presencia de un hecho vergonzante en medio de otro avasallamiento del Poder Judicial por parte del Poder Ejecutivo.
Un vicegobernador en funciones se iba a convertir en máxima autoridad del Poder Judicial. La obsesión por una Justicia postrada de un gobernante sin pruritos.
La oposición encabezada por Claudio Poggi tempranamente se paró enfrente para señalarle que no iba a permanecer indiferente. Se lo hizo saber de todos los modos posibles: Impugnó la candidatura y no asistió a la Asamblea Legislativa para no legitimar un atropello.
La acción de Poggi con su Frente político detuvo la consagración del férreo militante. Un párrafo para la actuación de entidades como los colegios de abogados de Villa Mercedes y de San Luis, aunque esta última vaciló.
El final de ciclo se aproxima.
La pobreza se situó en el 47,8%. Uno de cada dos puntanos es pobre.
La desocupación del 4% es alarmante. El número está camuflado con los planes sociales.
Ahora no pudo imponer a un soldado como juez de la Corte.
Rodríguez Saá está en su peor momento y está deshilachando la Provincia.