En San Luis solo el 4% de los alumnos de la primaria tiene más de 4 horas de clase por día

Por estos días se volvió hablar la extensión de la jornada escolar. Pese a que en 2006 fue sancionada la Ley de Educación Nacional, que fijó pautas para sumar horas de clase, en la actualidad sólo una fracción de los chicos acuden bajo este esquema.

Un informe publicado por el Observatorio Argentino por la Educación da cuenta de que San Luis es una de las jurisdicciones donde menos se cumple: sólo el 4,3% tiene una jornada extendida (de 5 o 6 horas) o completa (de 8 horas), el resto asiste a una simple (no más de 4 horas).

El estudio titulado “Extensión de la jornada escolar en el nivel primario”, muestra cómo están segmentadas las matrículas en las 24 jurisdicciones del país, utilizando los datos del Relevamiento Anual del ministerio de Educación de la Nación de 2019.

De ello se desprende que en las instituciones puntanas de gestión estatal el 4% de los estudiantes tienen más de 4 horas de clases, mientras que la cifra aumenta en el sector privado a un 8%.
El Chorrillero buscó tener la palabra de la ministra de Educación, Eugenia Cantaloube, pero el requerimiento al área de prensa nunca fue contestado.

En Argentina solo el 14,1% de los estudiantes de primaria va más de 4 horas a la escuela, con jornada completa o extendida. El 7,3% de los alumnos accede a una completa mientras que el 6,8% a una extendida.

A lo largo del documento, la doctora en Sociología de la Educación, Cecilia Veleda, y los integrantes del Observatorio, Gabriela Catri y Martín Nistal, puntualizan cómo es la carga horaria a lo largo del país y los principales desafíos que conlleva.

“La cobertura está lejos del objetivo planteado en la Ley de Educación Nacional, que establecía la universalización de la jornada extendida en el nivel primario. Hay grandes disparidades entre provincias, tanto en el alcance como en la implementación: algunas avanzan duplicando la jornada escolar, mientras que otras suman una hora de clase”, reza el estudio.

En San Luis el avance es casi nulo. La jornada extendida pasó del 1% al 2% en la últimos años, mientras que la completa subió del 2% al 3%, aproximadamente.

A nivel país, la proporción aumentó 5,2%, lo que equivale a unos 247 mil chicos. El distrito con mayor crecimiento en este período fue Tierra del Fuego (20,7%), seguido por Córdoba (18,6%) y la Ciudad de Buenos Aires (15,2%).

También se señala que los alumnos de San Luis con un estrato socioeconómico alto asisten más a escuelas con jornada extendida o completa (5,3%) que los de los niveles medios (4,4%) y bajos (3,7%).

En este sentido, Veleda destacó que “para que la incorporación de una hora más tenga impacto positivo sobre los aprendizajes, es clave acompañar a las escuelas en las decisiones pedagógicas. Sin orientaciones curriculares, la calidad y pertinencia de las propuestas de cada escuela puede ser muy desigual”.

¿Qué dice la norma?

En Argentina la intención de extender la jornada escolar fue incorporada en la Ley de Financiamiento Educativo de 2005 que fijaba para 2010 el objetivo de tener una oferta de escuelas de jornada extendida o completa que llegara al 30% de los alumnos de educación básica.

Esta meta fue luego ampliada por la actual ley que estipula la universalización de la extensión de la jornada escolar en el nivel primario. En algunas jurisdicciones, inclusive, distintas normativas provinciales dispusieron la obligatoriedad de la jornada extendida o completa.

Sin embargo, los especialistas coinciden en que la extensión de la jornada escolar “ha sido muy lenta y se encuentra aún muy por debajo del objetivo de universalización”.

Recién 14 años después San Luis adhirió a la ley nacional. En el 2020 obtuvo la sanción por parte de la Legislatura local.

La propuesta educativa y la realidad de San Luis

Para conocer de forma más detallada el panorama puntano El Chorrillero consultó a dos educadores: la especialista en Educación y directora del departamento de Educación y Formación Docente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Viviana Reta y la del rector de la Escuela N° 1 “Juan Pascual Pringles”, Héctor Páez.

Ambos coincidieron en que la falta de infraestructura impide llevar adelante jornadas de más de 4 horas y que los esfuerzos también deben atender la calidad educativa, no solo la horaria.

Reta hizo hincapié en que la concepción de “más horas de trabajo es igual a mejor calidad de educación”, no siempre va de la mano o se complementan.

“Debemos centrarnos en una buena propuesta de enseñanza, en una buena formación de los docentes, sobre todo, en buenas prácticas educativas”, sostuvo.

Para abordar las diferentes problemáticas, resaltó la necesidad de la creación de “un congreso donde se discutan las políticas”, en el que participen todos los actores, desde docentes hasta estudiantes.

“La situación amerita un diagnóstico inicial para decir ‘vamos por este camino’, lo tenemos que llevar adelante”, dijo.

Entre los principales puntos que consideró para “atacar” de forma contundente, está avanzar ante la desigualdad de posibilidades que tienen sectores más vulnerables al acceso a la educación.
Para ello planteó que se debe trazar “una mayor inversión y de buena calidad”.

“Cuando se critica la escuela pública dicen ‘vean las propuestas innovadoras’, pero ¿son propuestas que cambian la situación? No, al contrario, pauperizan la condición docente, pauperizan la enseñanza, no son las respuestas para mejorar la calidad”, subrayó.

Agregó que en “San Luis hay diferentes propuestas educativas, supuestamente innovadoras, que crean un vaciamiento de contenido”.

“A lo mejor vamos a tener chicos que se reciban y que se observe en las estadísticas, pero hay que analizar cómo estas propuestas impactan en los saberes, no digo que estén mal o bien. Debemos preguntarnos si son realmente efectivas”, añadió.

Por su parte, Páez explicó que la posibilidad de llevar adelante más horas de clases implicaría “muchos cambios de corte estructural”.

Así, enumeró tres modificaciones que requerirían una mayor inversión: infraestructura acorde a una jornada extendida, la reformulación de los cargos docentes y desarrollar un nuevo plan de estudio.

La “Mixta”, como es conocida, cuenta con dos turnos (como en gran parte de los establecimientos educativos provinciales), lo que imposibilita agregar más carga horaria.

“Implicaría muchos cambios, una decisión política muy grande, con una inversión contundente y buena. Si tuviéramos que hacer una doble jornada hoy es imposible”, manifestó.

“Si queremos despegar en todo sentido, la transformación educativa es clave, y la jornada extendida juega un papel importante, siempre que sea de buen contenido”, completó
La hora extra en primaria

La propuesta del ministro nacional, Jaime Perczy sigue su marcha. Este viernes anunció que insistirán con el proyecto que impulsa el Gobierno para extender la jornada educativa.

La intención es pasar de 720 a por lo menos 950 horas anuales de clase en las primarias públicas, equivalente a 38 días de clase.

"Donde podamos queremos tener 40 horas y en el resto de las escuelas 30 o 25 horas semanales”, lo que implica “una inversión muy importante porque sumamos millones de horas a la enseñanza”, según Perczy.

En un principio el anuncio de la medida había generado resistencia tanto en sindicatos como en algunos ministerios provinciales. En la última reunión del Consejo Federal se destrabó la discusión y se acordó avanzar gradualmente en la propuesta.

Ahora, según los cálculos que Nación realizó junto a las provincias, para 2023 espera tener el 60% de las primarias con ampliación de horario, en 2025 pretenden cubrir al 80% del sistema y en 2027 aguardan universalizar la jornada extendida.