En la previa de la festividad del Cristo, los vecinos de Villa de la Quebrada no tienen garantizado el servicio de agua potable

El faltante de agua es una problemática que aqueja a los vecinos de Villa de la Quebrada desde hace un tiempo. El 14 de enero salieron a la calle para denunciar “el abandono” en la gestión de Rosa Calderón: en ese momento llevaban 20 días sin el suministro y se convocaron para interrumpir el tránsito en la ruta. Pasó el tiempo pero no llegaron las soluciones.

Ahora se convirtió en una preocupación mayor de cara a la tradicional festividad del Santo. Después de dos años de pandemia, se esperan un récord de visitantes. Mientras tanto nadie sabe si contarán con el suministro en jornadas que serán de gran consumo.

Este jueves, todo el pueblo del departamento Belgrano se quedó sin agua alrededor de las 19:30; recién volvió en la mañana de este viernes cerca de las 7.

Uno de los vecinos, Maximiliano Muñoz explicó que “el único arroyito que alimenta la planta potabilizadora de Villa de la Quebrada no está bajando en el caudal necesario para abastecer”.

Dijo que desconocen cómo se está realizando la distribución debido a que en algunos sectores como el que está hacia una de las rotondas, entre el kilometro 32 y 33, el servicio no llega.

En estos días también advirtieron el arribo de camiones pero esto no garantiza que sea suficiente para los próximos días.

Esta semana comenzaron a armarse los puestos de quienes comercializarán diferentes productos a lo largo de las celebraciones. Así comenzaron a llegar los primeros visitantes, aunque el mayor flujo de personas se espera a partir del domingo 1º de mayo, que es el primero de los tres días religiosos más importantes.

La jornada central es el martes, cuando se conmemorara el Santo Cristo de la Quebrada. Se hará la tradicional procesión y la misa central con la presencia del obispo Gabriel Barba.

“Esta noche va a estar todo armado. El pueblo está contento, ansioso porque vive de esto, y porque lo estaba esperando”, dijo Muñoz en diálogo con El Chorrillero.

Tuvo en cuenta que la festividad es fundamental para el pueblo y para quienes se dedican al comercio, aunque no todos han sobrevivido a los dos años de pandemia: “Están esperando ansiosos poder vender algo”.

Por otro lado apuntó a que si bien los inconvenientes con el agua no son nuevos “la Municipalidad no sale a decir que existe un problema”. A ese panorama se suma la sequía que hay en la zona.

“Viene gente de todos lados y preocupa el tema del agua. Están poniendo un parche con camiones de agua, que no sirve ni para lavar la ropa”, sostuvo.

Esta semana, otro vecino de la localidad, Michael Rojas, había expuesto un escenario similar. A la situación del agua había agregado el estado en que se encuentran las calles y la falta de acciones de la Municipalidad.

En el marco de las preocupaciones, Beatriz Irusta planteó la última semana los constantes hechos de inseguridad y daños que están sufriendo las viviendas, principalmente las que quedan solas porque sus dueños viven en la ciudad, en otras cuidades o en provincias vecinas.