Gimnasia no se apiadó de Patronato y lo goleó por 6 a 0
No hubo equivalencias en Paraná. Brahian Aleman y Cristian Tarragona anotaron por duplicado.
A casi 26 años de una histórica goleada a Boca Juniors por 6 a 0 en La Bombonera, Gimnasia y Esgrima de La Plata repitió ese resultado al vencer sin contemplaciones a un pobrísimo Patronato de Entre Ríos, en un desigual encuentro disputado esta noche en el estadio "Presbítero Bartolomé Grella". Fue en el marco de la decimotercera jornada de la zona A de la Copa de la Liga Profesional.
Brahian Alemán, a los 3 minutos del primer tiempo, inauguró el marcador para la visita, en tanto que Cristian Tarragona, a los 23 del mismo período aumentó las cifras.
Nuevamente el uruguayo Alemán, a los 43 minutos de la etapa inicial, colocó el 3 a 0 parcial con el que se retiraron al descanso. Ya en el complemento, otra vez Tarragona, a los 4, marcó para el "Lobo", en tanto que Johan Carbonero, a los 8 minutos y Eric Ramírez, a los 29, cerraron la cuenta.
Gimnasia fue infinitamente superior a una desmoralizada escuadra de Facundo Sava que pareció tocar fondo. Desde el mismo pitazo inicial de Pablo Echavarría el conjunto platense mostró sus credenciales.
A partir del golazo de Alemán con un precioso tiro libre desde un ángulo cerrado ejecutado desde la derecha Gimnasia comenzó a dominar psicológicamente a un "Patrón" que mostró yerros defensivos impropios de un equipo de primera división.
En uno de ellos Tarragona definió desde una posición sesgada una precisa asistencia de Eric Ramírez y antes de cerrar el primer período Alemán se aprovechó de la enésima desinteligencia de la zaga del conjunto de perplejo "Colorado".
El técnico del dueño de casa intentó una remontada épica con tres cambios sucesivos al iniciarse el complemento pero otra vez Tarragona sacó provecho de un grosero yerro del arquero Mansilla, quien se resbaló en la puerta del área para dejar solo al goleador de cara al gol.
Unos minutos después Carbonero sacó partido de otra indecisión de la retaguardia entrerriana para facturar y hacer ingresar el balón por entre las piernas del sufrido guardavallas del anfitrión, siendo Eric Ramírez el encargado de cerrar la cuenta con un disparo franco que se desvió en la humanidad de Quintana.
Exacta diferencia entre un equipo en alza y con serias aspiraciones de clasificación entre los cuatro primeros del grupo y otro que lentamente parece despedirse de la división superior, a juzgar por el patético rendimiento futbolístico evidenciado en la fría noche mesopotámica. (NA)