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Elecciones legislativas en Francia: una alianza que marca un giro histórico para la izquierda

La Francia Insumisa, Europa Ecología Los Verdes, el Partido Comunista y el Partido Socialista concluyeron un acuerdo sin precedentes para presentar candidatos conjuntos a las elecciones legislativas. Se escribe un nuevo capítulo en la historia de la izquierda

l líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, y el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure.
Actualizada: 06/05/2022 10:48
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Tras varios días de discusiones, los partidos que ayer eran enemigos acordaron finalmente una unión de la izquierda para las elecciones legislativas del 12 y el 19 de junio. Europa Ecológica Los Verdes (EELV), el Partido Comunista (PCF) y el Partido Socialista (PS) (sujeto a la validación del acuerdo por parte de su Consejo Nacional el jueves 5 de mayo) finalmente se pusieron de acuerdo con La Francia Insumisa (LFI) sobre las propuestas comunes y el reparto de las 577 circunscripciones electorales. A estos partidos podría unirse el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), que continúa en conversaciones con LFI.

Los resultados de las elecciones legislativas mostrarán si esta es una unión histórica, comparable, como han afirmado algunos Insumisos, al Frente Popular de 1936 o al programa común de la izquierda en 1972. Mientras tanto, la alianza de la izquierda en 2022 en torno a La Francia Insumisa no tiene precedentes, un acuerdo así parecía impensable hasta hace tres semanas.

Cabe recordar que Yannick Jadot y Anne Hidalgo se expresaron muy duramente contra Jean-Luc Mélenchon durante la campaña presidencial. El candidato de EELV acusó al líder de los Insumisos de "complacencia" hacia Vladimir Putin. La candidata socialista lo calificó de "agente", "aliado" y "partidario" del presidente ruso, que lanzó una ofensiva militar en Ucrania.

Desde entonces, la primera vuelta de las elecciones presidenciales permitió aclarar las relaciones de poder. Tras obtener el 21,95% de los votos y no clasificarse para la segunda vuelta por sólo 422.000 votos, Jean-Luc Mélenchon y La Francia Insumisa se impusieron como la fuerza central de la izquierda, muy por delante del 4,63% de Yannick Jadot, el 2,28% de Fabien Roussel (PCF) o el 1,75% de Anne Hidalgo.

"La elección presidencial confirmó realmente el estatus de La Francia Insumisa como principal fuerza de la izquierda", analiza el politólogo Pascal Perrineau, profesor del Instituto de Estudios Políticos de París. La situación era diferente en 2017, aunque Jean-Luc Mélenchon ya había obtenido una buena votación. El político seguía un camino que consistía en ir solo a las elecciones legislativas, mientras el PS aún tenía argumentos y podía en ese momento pretender obtener un grupo parlamentario por sus propios medios".

Cinco años después, la situación es muy diferente. Las elecciones presidenciales de 2022 hicieron que los partidos de izquierda abrieran los ojos: no sólo sobre el deseo de unión de su electorado (el 84% de los simpatizantes de izquierda se declaran favorables a la alianza concluida por LFI, EELV, el PCF y el PS, según un sondeo para la televisión francesa publicado el miércoles 4 de mayo) sino también, en particular para el PS y EELV, sobre la idea de que este acercamiento debía basarse en un programa de ruptura con el neoliberalismo que defiende Emmanuel Macron, reelegido como presidente.

El Partido Socialista le da la espalda al quinquenio de Hollande

Así, la alianza concluida por los partidos de izquierda pacta un programa que da protagonismo a las propuestas de los Insumisos: un salario mínimo de 1.400 euros netos, una garantía de autonomía para los jóvenes, la congelación de los precios de los productos de primera necesidad, el restablecimiento del impuesto sobre el patrimonio, la derogación del "flat tax", la planificación ecológica, la instauración de una "regla verde" y una VI República. Pero el hecho más llamativo del catálogo de medidas presentadas es, sin duda, el giro dado por el PS. Al pronunciarse a favor de la derogación de la ley laboral El Khomri y de la jubilación a los 60 años, los socialistas le dan claramente la espalda al quinquenio de François Hollande y al liberalismo social.

El expresidente Hollande "rechaza el acuerdo tanto en forma como en las circunscripciones", así lo declaró el miércoles al periódico francés La Montagne. Este ya había advertido, el 28 de abril en Franceinfo, que un acuerdo entre el PS y LFI pondría en tela de juicio los "principios mismos que constituyen los fundamentos del compromiso socialista", considerando que una alianza con LFI conduciría a la "desaparición" del Partido Socialista.

Corinne Narassiguin, número dos del Partido Socialista, respondió mordazmente a estas declaraciones el 29 de abril en Radio J: "Me cuesta creer que mi principal preocupación hoy sea escuchar lo que François Hollande tiene que decir sobre lo que es la izquierda y lo que es la lealtad al socialismo. Prefiero escuchar lo que nos dijeron los votantes en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Fue un mensaje muy fuerte y claro".

Si el PS, el EELV y el PCF están de acuerdo en que Jean-Luc Mélenchon se convierta en primer ministro en caso de que la izquierda gane las elecciones legislativas, ¿podría hablarse de un acuerdo de gobierno? Es de destacar que los cuatro partidos de izquierda no han emitido una declaración conjunta. Por el contrario, cada acuerdo bilateral dio lugar a un comunicado específico, que daba lugar a diferentes formulaciones en función de las partes implicadas.

Hay un tema en particular que ha suscitado largos debates: la desobediencia a los tratados europeos en materia económica y presupuestaria. Aunque el secretario nacional del EELV, Julien Bayou (autor de un libro titulado "Desobedezcamos para salvar a Europa”, publicado en 2018), estuvo rápidamente de acuerdo con LFI sobre esta cuestión, en cuanto se excluyó claramente una posible salida de la Unión Europea, no actuó igualmente con el PS. El término "desobediencia" fue objeto de intensas discusiones, incluso entre el primer secretario del PS, Olivier Faure, que lo rechazaba, y Jean-Luc Mélenchon. Al final, el comunicado conjunto de LFI y el PS optó por una justificación cautelosa.

"Por nuestras historias, hablamos de desobediencia para unos, y de derogación transitoria para otros, pero tenemos el mismo objetivo: poder aplicar plenamente el programa compartido de gobierno y respetar así el mandato que nos dieron los franceses", señala el documento.

Los titubeos de Olivier Faure son comprensibles. El acuerdo celebrado entre LFI y el PS marca un punto de inflexión importante en la vida política francesa. Al ponerse del lado de Jean-Luc Mélenchon, el primer secretario del Partido Socialista desplaza el centro de gravedad de su familia política hacia la izquierda, incluso hacia la extrema izquierda, según los más fervientes opositores de este acuerdo.

La proeza política de Jean-Luc Mélenchon

En el proceso, Mélenchon puso en su contra a lo que queda de los peces gordos del Partido Socialista. Además de François Hollande, el ex primer ministro, Bernard Cazeneuve, y el expresidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone, anunciaron el miércoles por la noche que se retiran del Partido Socialista. Asimismo, el ex primer secretario del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadélis, llamó a "los socialistas a rechazar este acuerdo de todas las formas posibles", y el exministro, Stéphane Le Foll, dijo estar "dispuesto a dirigir la campaña" de los posibles candidatos socialistas disidentes.

“Las reacciones de los peces gordos son comprensibles", dice Pascal Perrineau. Con este acuerdo, el PS se convertirá en partidario de La Francia Insumisa. En esto, es una ruptura total con la historia del Partido Socialista, que antes era la fuerza central. A partir de ahora, la izquierda se redefinirá en torno a la fuerza radical que representa LFI".

Las negociaciones entre LFI, EELV, el PCF y el PS se han centrado también (o principalmente, dicen los opositores al acuerdo) en el reparto de las circunscripciones. Los aliados de La Francia Insumisa consiguieron la garantía de tener un grupo parlamentario en la Asamblea Nacional, es decir al menos 15 diputados. Pero, sobre todo, y en contra de lo que proponían los Insumisos al principio de las discusiones, todos podrán reclamar la financiación pública de los partidos políticos presentando al menos 50 candidatos cada uno para las elecciones legislativas. En concreto, los ecologistas obtuvieron 100 circunscripciones, los comunistas 50 y los socialistas 70. Los Insumisos, por su parte, estarán presentes en más de 350 circunscripciones.

Por último, los socios de LFI también consiguieron que el nombre "La Unión Popular” en el que insistía Jean-Luc Mélenchon, cambiara a "Nueva Unión Popular ecologista y social" para representar mejor al conjunto de las fuerzas.

Queda por ver cómo le irá a esta alianza en las urnas. La izquierda espera obtener la mayoría en la Asamblea Nacional en junio. Sobre el papel, esta perspectiva parece utópica. Desde la instauración de la legislatura de cinco años en 2002 y la inversión del calendario electoral que sitúa las elecciones legislativas unas semanas también cambiar el rostro de la izquierda francesa para convertirse en su elemento central".

De hecho, mientras la extrema derecha está dividida y el Macronismo discute sobre el reparto de circunscripciones mientras Emmanuel Macron intenta en vano encontrar un primer ministro, la izquierda es hoy la única fuerza política dinámica. Y a juzgar por los ataques a los que ha sido sometida esta alianza durante varios días, parece que hay un ligero sentimiento de preocupación entre la mayoría.(France24)

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