La desigualdad educativa en San Luis: en las escuelas estatales egresaron el 48% de los alumnos, mientras que en las privadas el 89%
El Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano alertó por la actual coyuntura del sistema. Pidió por “cambios concretos en la estructura” y “compromiso de gobiernos, trabajadores, empresas y de la sociedad”.
Un nuevo estudio realizado por profesionales y especialistas en educación dan cuenta de la profunda desigualdad que existe en el sistema argentino y las marcadas diferencias entre las provincias.
En San Luis el 47,9% de los alumnos de la gestión estatal lograron egresar, mientras que en las privadas lo hizo el 88,6%.
Los datos, relevados en un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, se basan en la última información disponible del ministerio de Educación de la Nación.
El concreto se traza un seguimiento entre aquellos estudiantes que iniciaron el primer año del secundario en el 2014, contra aquellos que lograron culminar en el 2019.
Bajo el sistema público puntano comenzaron unos 8.606 chicos y terminaron unos 4.121. En el caso del privado lo hicieron 1.204 y lograron graduarse 1.067.
En el caso de medir ambos sistemas el número es del 52,9%.
A nivel nacional, de los 848.303 alumnos argentinos que empezaron el secundario, solo el 43,2% lo terminó en 2019. El problema se agrava al tomar en cuenta que en los establecimientos privados egresaron el 63,8% de sus estudiantes, mientras que en el sector estatal –que reúne al 75% del total del alumnado– egresó el 36,1%.
“Desde ya debe aceptarse que son necesarios cambios en la estructura de los sistemas educativos, cambios que no admiten demoras y que habrán de implicar ingentes esfuerzos y un nivel de compromiso de gobiernos, trabajadores, empresas y de la sociedad. Este compromiso es hoy inexistente en el marco institucional vigente y en los valores que la sociedad asume”, sostiene el documento.
Por otro lado, en San Luis los alumnos egresados de establecimientos estatales representan el 79,4% del total de graduados, en tanto que los de las privadas el 20,6%.
Otro dato que marca el documento es el crecimiento de la matrícula del 2007 al 2020: en el ámbito estatal subió un 8,2%, de 7.827 chicos a 8.470; y en el privado aumentó un 2,8%, de 1.076 a 1.106.
“A pesar de que la matrícula de nuestro nivel secundario creció, como también lo hizo la cantidad de egresados, es necesario que ese crecimiento sea equitativo y no distinga por el nivel socioeconómico de nuestros estudiantes”, señaló el director del CEA, Alieto Guadagni.
Para los especialistas, los números no se explican porque un sistema de gestión sea mejor que el otro necesariamente, sino por el perfil de los alumnos que asisten a cada establecimiento. La clase media-alta, con padres profesionales, apuesta por la educación privada.
En todas las jurisdicciones las escuelas de gestión privada muestran una mayor relación entre graduados secundarios e ingresantes, respecto de las escuelas de gestión estatal.
Así, San Luis lidera la lista en cuanto a egresados privados con el 88,6%. En tanto que en el sistema público lo encabeza La Rioja con el 54,8%.
“Es necesario eliminar las diferencias respecto de la cantidad de estudiantes que comienzan y culminan el nivel secundario en el tiempo esperado, además de garantizar la calidad de su nivel de conocimiento. De esta manera, se producirá un importante avance hacia la justicia social y la igualdad de oportunidades, favoreciendo así la disminución de nuestra pobreza”, advirtió Guadagni.
Las leyes que se incumplen
El ex ministro de Educación de la Nación (1999-2000) e integrante de la Academia Nacional de Educación, Juan J. Llach, junto a Mauricio Grotz, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, realizaron un análisis de la normativa educativa nacional y señalaron cuatro incumplimientos: la de 180 días de clases (luego 190, Ley Nº 25.864); la de educación técnicoprofesional (Ley Nº 26.058); la de financiamiento educativo (Ley Nº 26.075) y la de educación nacional (Ley Nº 26.206).
Ante este escenario indicaron tres conclusiones: se presenta un “muy escaso y errático en los aprendizajes”; existe “entre escasa y nula convergencia inter-jurisdiccional en la calidad educativa” y que la inversión en educación, principalmente asignado a salarios docentes, “mostró una influencia limitada en los resultados”.
Por ello destacaron que los esfuerzos por mejorar la educación deben apuntar a un aumento y a un buen uso de recursos, otorgarles “incentivos educacionales” a los chicos, apuntalar “aprendizajes y formación”, cumplir con la “calidad de la educación”, “profundizar la formación para el trabajo” educativo, reforzar la carrera docente y, por último, una organización acorde con estímulos para las escuelas.
La educación y el mercado laboral
La integrante de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de la Ucema, Luisa Montuschi, hace un análisis en la afectación del futuro de estos estudiantes excluidos dentro del mercado laboral en medio de un nuevo panorama de trabajo.
“No cabe duda que los sistemas de educación vigentes han fallado en adaptarse a las cambiantes características de nuestros países y, a pesar de algunos cambios, no aseguran, tal como no lo hace el enfoque tradicional, el acceso a sistemas adaptables y flexibles que permitan un aprendizaje a lo largo de toda la vida, tanto de jóvenes como de adultos, y les faciliten la adquisición de las competencias necesarias para sobrevivir en una sociedad cambiante debido a las sucesivas revoluciones industriales”, detalló.
En este sentido propuso una serie de ítems para sentar una “base” que servirán para encarar este nuevo proceso:
-La enseñanza de tipo técnico o profesional orientada a la formación de habilidades específicas para puestos específicos aparece como algo anacrónico.
-El aprendizaje deberá tender a ser organizado en forma cooperativa con mucho énfasis en el trabajo en equipo.
-La educación formal de los jóvenes sólo deberá ser vista como una etapa inicial de un proceso de aprendizaje que durará toda la vida.
-Mayores niveles de educación producirán trabajadores más flexibles, más entrenables, más empleables y potencialmente más productivos.
-El aprendizaje a lo largo de la vida abarca todo tipo de desarrollos individuales y sociales en todo tipo de entorno: en las escuelas, en instituciones de aprendizaje informal.