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SEMANA DE LA ALERGIA

Dermatitis atópica: cómo es el nuevo tratamiento para reducir la picazón y las lesiones

El 10% de los adultos y el 25% de los niños sufren la enfermedad. cuál es la nueva terapia farmacológica que mejora la calidad de vida de los pacientes.

Pese a no ser contagiosa, en ocasiones esta patología se convierte en una barrera social que genera burlas, discriminación y daños en la autoestima de los pacientes.
Actualizada: 11/06/2022 14:46
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Cada año, la Organización Mundial de Alergia (WAO por sus siglas en inglés), organiza la Semana Mundial de la Alergia (del 05 al 11 de junio). En este marco, la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) y la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) organizaron un encuentro conjunto para hablar sobre dermatitis atópica.

Se estima que, a nivel mundial, el 10% de los adultos y el 25% de los niños viven con dermatitis atópica. Y aproximadamente el 85% de los pacientes presentan las primeras manifestaciones de la enfermedad antes de los 5 años.

Es una enfermedad crónica e inflamatoria de la piel, caracterizada por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor y enrojecimiento. Se trata de una patología multifactorial, en la que intervienen factores genéticos, ambientales, alteraciones inmunológicas y/o problemas en la función barrera de la piel.

La picazón intensa que provoca la dermatitis lleva al paciente a rascarse permanentemente, en muchos casos, hasta dañar su piel e incluso predisponer a infecciones, generando ardor y dolor. Se manifiesta de manera distinta entre las personas, con síntomas que imponen una carga física, psicológica y económica significativa.

“La calidad de vida de los pacientes, sobre todo en casos de moderados a severos, y la de toda su familia o entorno, se ve muy afectada. En muchos casos, las familias, parejas o padres no duermen porque tienen que estar controlando que la persona no se rasque ni lastime. Elegir cómo vestirse es también un desafío para los pacientes, que deben optar por prendas que no intensifiquen la picazón”, expresó María Valeria Angles, jefa de la sección Dermatología Infantojuvenil del Servicio de Dermatología del Hospital Italiano de Buenos Aires y coordinadora del grupo de trabajo de dermatitis atópica de la Sociedad Argentina de Dermatología.

Si bien la dermatitis atópica no es una enfermedad contagiosa, en ocasiones se convierte en una barrera social que genera burlas, discriminación y daños en la autoestima de los pacientes. “Los pacientes sufren bullying con frecuencia porque aún son muchos los que creen que es una enfermedad contagiosa, lo que indica el gran desconocimiento en torno a la patología. La autoestima es lo que más se ve afectada, sobre todo en los pacientes adolescentes. En los adultos, la dermatitis impacta mucho en el ámbito laboral ya que suelen darse ausentismos en los casos de infecciones cutáneas”, agregó la especialista.

Hay otras enfermedades desencadenadas por el mismo proceso inflamatorio de la dermatitis atópica, en el que el sistema inmunológico de los pacientes está sobreactivado y genera procesos inflamatorios sistémicos. Por ello, es muy frecuente que la dermatitis coexista con otras enfermedades alérgicas, como asma, rinoconjuntivitis, alergia alimentaria, entre otras.

“En algunos casos los pacientes inician, por ejemplo, con una alergia alimentaria y luego desarrollan dermatitis atópica. En otros casos, la alergia alimentaria coexiste y desencadena exacerbaciones de dermatitis. A su vez, la dermatitis atópica puede coexistir con otras enfermedades alérgicas respiratorias como rinitis y/o asma. Esto no se da en todos los pacientes, ya que muchos no presentan relación con alergias y la enfermedad se da exclusivamente como algo intrínseco de la piel”, explicó Maximiliano Gómez, especialista en Alergia e Inmunología y presidente electo de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.

En este sentido, es fundamental un abordaje multidisciplinario de la enfermedad en el que intervengan diferentes profesionales. “La visión del dermatólogo y del alergólogo se complementan y el paciente se beneficia del cuidado integral, de su piel y de su alergia. Trabajar en conjunto garantiza una evaluación y un tratamiento especializado y complementario, en beneficio del paciente” agrega Gómez.

Los especialistas coinciden en la importancia de un diagnóstico correcto y temprano de la enfermedad. “El diagnóstico temprano favorece la indicación de cuidados especiales de la piel que pueden evitar, en los casos leves, la progresión a eczema. A su vez, el diagnóstico correcto puede contribuir al alivio en aquellos casos con enfermedad más grave y avanzada”, manifestó Marta Patricia La Forgia, médica especialista en Dermatología y Alergia e Inmunología y agrega “la certeza del diagnóstico contribuye a no demorar los tratamientos sistémicos evitando así el deterioro de la calidad de vida, en el que fundamentalmente el prurito, tanto influye”.

La enfermedad en primera persona

Lucas tiene 23 años, y hace 10 le diagnosticaron dermatitis. “Había noches en las que no podía dormir porque la piel me sangraba o supuraba, era insoportable. Mi familia se preocupaba porque me veían muy lastimado”. Fue bastante el tiempo que transcurrió hasta dar con el diagnóstico correcto de la enfermedad. “Cuando dieron en la tecla, mi vida cambió totalmente porque pude comenzar un tratamiento acorde. Por eso mi consejo siempre es que todos aquellos que tengan alguno de los síntomas de la enfermedad no dejen de consultar con los especialistas”.

Jonathan tiene 32 años, le diagnosticaron dermatitis a los 19 pero la padece desde que nació. “Estuve 19 años de mi vida sin saber lo que realmente tenía. Cuando llegué al diagnóstico pasé por varios tratamientos pero nada me ayudaba.

Los corticoides orales llegaron a afectar mi vista y ahí fue cuando dije basta. Me rascaba todo el tiempo, me levantaba y tenía todas las sábanas ensangrentadas, me daba vergüenza salir a la calle. Rascarme tanto hacía que se me abra la piel, y vivía con el riesgo constante de infección”. Su vida cambió cuando encontró a una profesional que le ofreció otras alternativas de tratamiento. “Empecé a notar mejoras y desde ese momento sentí que había una luz de esperanza. Por eso es que a todos los que padecen la enfermedad les digo que sigan buscando hasta encontrar a alguien que realmente pueda ayudarlos, que los acompañe y los entienda. A todos les digo que dejemos de ser invisibles, contemos lo que nos pasa y busquemos la ayuda necesaria”.

Avances y novedades

Hasta hace algunos años, los especialistas no tenían las herramientas terapéuticas necesarias a la hora de manejar los casos moderados a severos. En el último tiempo, conocer mejor la enfermedad permitió entender sus causas y mecanismos posibilitando a su vez el desarrollo de tratamientos específicos.

“Fue mucho el tiempo que transcurrió desde las primeras opciones de tratamiento para la dermatitis hasta el día de hoy. Las herramientas para tratar a los pacientes eran muy limitadas”, contó Angles.

“Las novedades más importantes para los pacientes con dermatitis atópica de moderada a grave en Argentina son la aparición de fármacos biológicos y, más recientemente, la aprobación del primer inhibidor de JAK, que con una dosis oral diaria, ha demostrado reducir notablemente la picazón y las lesiones cutáneas en los pacientes”, indicó Gabriel Gattolin, especialista en Alergia e Inmunología, ex presidente de la AAAEIC, y coordinador de Investigación Clínica en Fundación de Estudios Clínicos y en el Centro Respiratorio Infantil de Rosario.

“Esto supone una gran noticia ya que se trata de fármacos más efectivos, con estudios científicos de respaldo que garantizan su seguridad y que mejoran notablemente su calidad de vida dado que disminuyen las lesiones cutáneas y la picazón. Estas nuevas opciones terapéuticas nos llenan de alegría, tanto a los médicos como a los pacientes, porque finalmente podemos tener algo diferente, seguro y efectivo para ofrecerles. Significa una esperanza para aquellos pacientes que ya habían probado todo lo que había hasta el momento, y no lograban mejorías”, concluyó Angles.

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