Un perro labrador rescató a un esquiador que quedó enterrado bajo la nieve a causa de una avalancha en Ushuaia
“Tango” señaló el lugar donde estaba un joven, que pasó más de una hora desaparecido. El perro estaba entrenado para este tipo de emergencias.
Un perro labrador de 10 años se convirtió en un héroe después de señalar el lugar donde se encontraba enterrado bajo un metro y miedo de nieve un joven esquiador alcanzado por una avalancha en un cerro de la ciudad de Ushuaia.
El hombre estuvo más de una hora desaparecido y su rescate el sábado por la noche fue posible gracias a la pericia de “Tango”, un perro entrenado para este tipo de emergencias que marcó el lugar donde se hallaba el joven y posibilitó que lo encontraran con vida.
Cerca de las 2 de la madrugada de este domingo, personal médico del Hospital Regional Ushuaia informó que el esquiador “se recupera y se encuentra estable, con parámetros normales e internado en observación”.
Cómo fue la avalancha que enterró a un joven esquiador en Ushuaia
El hecho ocurrió a las 20.30 del sábado en el Glaciar Martial, en la zona alta de la capital fueguina, informó la agencia Télam.
En ese momento un gran desprendimiento de nieve se deslizó montaña abajo y sorprendió a dos jóvenes que practicaban esquí de travesía, en medio de una jornada con nevadas intermitentes y mucho frío.
Uno de ellos sufrió golpes en una rodilla luego de que su esquí se trabara contra unas rocas. Sin embargo, el hombre logró eludir la avalancha y pedir ayuda. Desafortunadamente, su compañero fue tapado por la nieve.
Cómo fue el rescate que posibilitó el rescate de un joven esquiador ayudado por un perro labrador
De inmediato, integrantes de la Comisión de Auxilio de Ushuaia activaron el protocolo de rescate y se dispuso un operativo de búsqueda con base en la parte inferior del glaciar.
Uno de los primeros rescatistas en acudir al llamado de emergencia fue el cabo primero del Cuartel de Bomberos “2 de abril”, Julián Elizari, en compañía de su perro “Tango”. Se trata de un labrador de 10 años entrenado en búsqueda de personas para casos de avalanchas o estructuras colapsadas.
”Estábamos en medio de una cena. Yo siempre tengo la mochila preparada. La familia ya sabe. Uno te pasa el pantalón de invierno, otro las linternas. Tango se pone a saltar porque para él es un juego”, contó Elizari a Télam.
Los rescatistas llegaron al glaciar cerca de las 22, subieron un tramo de la montaña en motos de nieve y después comenzaron una carrera a pie.
”Cuando el muchacho que pidió auxilio me marcó el lugar, Tango empezó a hacer su trabajo. Recorrió unos 10 metros y empezó a ladrar y a rascar la nieve. Lo había encontrado”, relató el bombero de 57 años, oriundo de Olavarría pero radicado en Ushuaia desde 1987.
”Empezamos a escarbar con cuidado, con palas y con las manos. Hasta Tango ayudó. La nieve estaba muy compacta y húmeda. De repente encontramos una mano. Estaba quieta y temimos lo peor”, continuó el rescatista.
El esquiador estaba enterrado bajo 200 kilos de nieve
Sin embargo, cuando los miembros de la Comisión de Auxilio lograron destapar el cuerpo que estaba un metro y medio enterrado en la nieve, vieron que el joven movía los dedos. A partir de allí se desató una verdadera carrera contra el tiempo para ponerlo a resguardo y trasladarlo de urgencia hasta un centro médico.
”La verdad es que no sé cómo sobrevivió. Fácilmente estuvo más de una hora enterrado hasta que lo encontró Tango. No había una burbuja de aire con el exterior y calculo que la nieve que tenía encima pesaba unos 200 kilos”, rememoró Elizari.
Los brigadistas prepararon al joven accidentado, lo subieron a una camilla e iniciaron el descenso por la montaña. Llegaron a la medianoche a la base del glaciar donde los esperaba una ambulancia.