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CONCEJO DELIBERANTE

Desde APTS expusieron sobre la atención en la salud pública durante la pandemia y en el Hospital Carrillo

Dos representantes de la entidad hablaron sobre los desafíos que tienen los profesionales para recibir a los pacientes y sobre la falta de acceso a la salud pública en el nosocomio.

Ana Lía Trifiró y Estela Ojeda.

por Nestor Miranda

elchorrillero.com

Actualizada: 15/07/2022 11:04

La secretaria General de la Asociación de Profesionales de la Salud (APTS), Ana Lía Trifiró, y de Violencia Laboral del gremio, Estela Ojeda asistieron a la sesión de este jueves en el Concejo Deliberante y expusieron ante los legisladores las dificultades y la falta de equidad en la atención en el Hospital Central Ramón Carrillo.

Lo hicieron en el marco de un proyecto, que fue aprobado por unanimidad, el cual pedía declarar de interés legislativo y municipal el 12 de julio como "Día Nacional de la Medicina Social", y reconocer la labor del personal de salud de la ciudad de San Luis.

En esa oportunidad, Trifiró recordó que durante la pandemia hubo una “fragmentación” en el sistema sanitario por parte de los gobiernos porque no permitieron que los profesionales participaran de la determinación de las medidas.

“Eso generó la toma de decisiones absurdas como cerrar las rutas o los pasos para evitar que el virus ingresara a las poblaciones. Y en San Luis las personas que tuvieron Covid debían atenderse en los policlínicos regionales de San Luis y Villa Mercedes”.

Y agregó: “No nos hicieron parte y podríamos haberles dicho que no podían hacer esa división tan sistemática porque sino caían en la falta de equidad en el tratamiento de las enfermedades”.

“Se dijo que estas poblaciones tenían que dirigirse a estos hospitales y en la parte privada se hacía cargo de todo el resto de las patologías como emergencias, infartos, neumonías, pero también llegaban infectados. Entonces se originó un caos donde el virus estaba en la parte pública como la privada o en la salud primaria, terciaria y en todos lados”, señaló.

Trifiró explicó que a pesar de las dificultades “tuvimos que inventar sobre la marcha y dar asistencia a compañeros del interior que no tenían cómo recibir pacientes Covid. No tenían equipos de protección personal a raíz de que no les llegaban porque desde el comité enviaban todo a los dos policlínicos. Cometieron ese error al estar detrás de un escritorio y tomar decisiones por los que están en las trincheras sin consultarles si eso iba a estar bien o mal”.

En ese sentido, la dirigente explicó que esta situación no cambió debido a que actualmente también siguen los problemas en la atención en el Ramón Carrillo porque “a pesar de ser un hospital maravilloso, está hasta las manos, los pacientes no asisten porque no tienen colectivos, la gente de los asentamientos no llegan y si uno quiere pedir una interconsulta el personal de seguridad no deja ingresar. Es un sistema tan elevado de salud que no está acorde con la idiosincrasia del puntano que estamos acostumbrados a otra cosa”.

“Hemos tenido casos de pacientes que llegan en ambulancia a la puerta, no por emergencia porque en ese caso si atienden a todo el mundo, pero para internación por ejemplo y por problemas con la mutual, el vehículo sanitario fue devuelto a su lugar de origen. Entonces si no tenemos un hospital que dé respuestas, estamos faltando al principio de equidad y de justicia social en la atención de nuestra población”.

Crisis en la atención primaria

Ojeda expuso que en los cinco hospitales de día de la ciudad, a pesar de que no cuentan con la aparatología, “hacen un poco de segundo nivel a raíz de la limitación que tiene el Ramón Carrillo como el acceso para llegar, la entrega de turnos y por el sistema TASY (una metodología de gestión de información de salud diseñado para modernizar la atención) que es de primer mundo pero no va con nuestra sociedad”.

Señaló que en el Hospital de Día del Sur hay dos vacunadoras para una población estimada de 35 mil personas: “Estamos muy escasos de recursos, la comunidad recibe una demanda insatisfecha".

Por otro lado, mencionó cómo les tocó trabajar durante la pandemia: “Estábamos llevando una actividad propia como la prevención y promoción pero llegó un momento en que tuvimos que improvisar con la ropa especial, con dos habitaciones, transformar el comedor en otra sala de internación, sumado a la desesperación que se generaba en no brindar la atención que necesitaban esos pacientes con Covid-19”.

Además dijo que sólo contaban con “tres tubos de oxígeno” y por la falta de camas “trataban a los infectados en silla de ruedas, suplicando que fueran recibidos en los policlínicos”.

“No había recursos, se enfrentó la pandemia con el mismo personal y en cierto momento con menos porque se nos fueron los profesionales con enfermedades de base, los que se contagiaron y los compañeros que fallecieron”, cerró.

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