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Historias de San Luis: más de curanderos y curanderas

El pasado domingo contamos algunas historias de esta práctica ancestral que ejercen hombres y mujeres a quienes llamamos curanderos y curanderas.

Doña Damiana Vega.

por Nino Romero

elchorrillero.com

Actualizada: 30/07/2022 23:35

Un resumen de algunos de los ya nombrados: doña Leticia que vivía en El Chorrillo, José Morriello que imponía las manos en La Cumbre, don Acosta en Concarán, Doña Juana en El Chorrillo, Tomás Pérez en Saladillo, Damiana Vega en las sierras del Comechingones, doña Tina Murúa en La Paz, límite de San Luis con Córdoba o “El Alemán”, el huesero de Carpintería y varios más que citamos con la primera letra de su nombre.

En un mensaje, Betty reclama por la señora Josefina Testa, de más de 90 años en San Luis y con increíbles y bellos ojos celestes.

Y a Betty le contesto que precisamente a quien hacíamos figurar como doña J de más de 90 años, era precisamente a esta hermosa dama. Josefina.

Me enviaron a los pagos de Beazley, donde doña Luisita era quién se encargaba de ayudar a la gente.

Mariela apela a su memoria y cita a Doña Florinda, Don Gerardo y Don Pablo.

Marcela me dice que su padre nombraba mucho a un tal José Argüello.

También me reclamaron por don Viernes Scardulla, que vivía en San Luis, y a quien le dedicamos dos historias de San Luis.

Las va a encontrar en el buscador de El Chorrillero poniendo nada más que el nombre del protagonista.

En Árbol Solo hay que citar inevitablemente a don José Oros, cuya mamá me dijeron tiene 107 años y vive en la ciudad de San Luis.

Un amigo personal, Raúl Aguilar, es un agradecido de Don Oros por la ayuda espiritual recibida en una delicada situación familiar.

También el amigo Lucio Fernández contuvo y colaboró con mucha gente en San Luis.

Tiene un hijo cantor y compositor que formó familia con una locutora que trabajó en Radio Dimensión. Excelentes personas y grandes profesionales los dos.

Y si nos vamos al departamento Ayacucho viajemos a Puesto Balzora, donde debo nombrar a la remediera y partera o matrona doña Leonarda Guardia de Mercado.

Y con los mismos oficios, pero en Balde de Azcurra doña Josefina Azcurra.

Y en una asociación libre de ideas, como dice cada mañana cuando nos reunimos a conversar en radio Dimensión, mi amigo, el director El Chorrillero, el notable periodista Daniel Miranda, les cuento que estos dos parajes recibieron por primera vez en su historia la visita de un Obispo en la actual gestión de monseñor Gabriel Bernardo Barba.

Es muy recomendable ver los videos hechos por el propio obispo y producidos por el Obispado local que muestran estos lugares en el marco de un ciclo llamado “Recorriendo las Ciudades, los Parajes y Los Pueblos de San Luis”.

Listo. Ya está. Vuelvo a nuestro tema. Pero es bueno recomendar este ciclo con el afán de conocer más a nuestra provincia. Todo en You Tube.

Por el norte de la provincia surgen los nombres del llamado hermano Jesús, de quien se tienen buenos recuerdos por ejemplo en Chipiscú y el curandero Rueco.

No nos olvidamos de Doña Marcia, de don Juan Riquelme en La Tranca y de doña Azucena Molina y doña Ángela Suárez de Aguilar, quienes curaban a los animales embichados por el rastro.

El domingo venidero seguiré con el tema yendo desde la llegada de Hernán Cortés a las costas de México, pasando por la Machi, los cueros de sapo, médicos rurales que llamaban a los curanderos/as como mis colegas, los “médicos o curanderos” de aguas frías y algunos nombres más, temas de los cuales estuve conversando con un gran conocedor de estas costumbres, mi compadre Carlos Fernández.

Hasta la próxima.

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