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“Cuidado con los perros” llenó de suspenso y carcajadas el Auditorio Mauricio López

Juan Gil Navarro, Esteban Pérez y Mariano Bertolini presentaron la obra de Leonardo Azamor, en la que encarnaron a seres inquietantes con un final sorprendente.

Juan, Mariano y Esteban conversaron con El Chorrillero

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 13/08/2022 19:02

La noche acompañó en lo que fue el inicio del fin de semana largo y con eso, una amplia agenda de actividades. El Auditorio Mauricio López de la Universidad Nacional de San Luis fue uno de los lugares elegidos, donde se desarrolló la obra “Cuidado con los perros”, de Leonardo Azamor.

A las 22:15 pisó escenario el elenco, integrado por Juan Gil Navarro, Mariano Bertolini y Esteban Pérez. Los dos últimos personificaron a dos hermanos que volvieron a su casa tras el fallecimiento de su padre, mientras que Gil Navarro dio vida a un casero que pasó toda su vida en el lugar.

Damián, Charly y Tato protagonizan una noche que está lejos de ser una normal. En medio de eso, el público se encuentra con diferentes situaciones que los llevaron desde las risas hasta el suspenso y la intriga.

Juan, Mariano y Esteban conversaron previo a eso con El Chorrillero. Detallaron cómo se gestó el proyecto, que implica llevar a escena una obra que ellos mismos que los involucró en la propuesta, el respeto por los espectadores y los proyectos laborales que tienen en agenda.

Bertolini explicó que el planteo de “Cuidado con los perros” es “volver a descubrir las relaciones que tenían en una noche con un montón de cosas inesperadas”. Agregó que en la obra “cada personaje saca lo que realmente y pone de manifiesto su verdadera personalidad”.

"Cuidado con los perros"

“Es una comedia, por lo cual el drama está encarado del punto de vista cómico lo que le da liviandad”, precisó.

Gil Navarro contó que más allá de la propuesta concreta, escrita y pensada, “se termina de concretar con el juego” y “todo eso se enriquece a partir de lo que pasa en el periodo de ensayo”.

Por su parte, Pérez hizo alusión a que todo fue gestado a partir de “una dificultad que fue la pandemia y en base a eso, la necesidad de juntarnos y hacer algo juntos”.

“Fueron seis meses de laburo dándole forma a esto, poder encontrar un lenguaje que tenga que ver con humor, pero al mismo tiempo contar la desgracia que se transita en esa familia y eso está contado a través del vínculo de estos personajes”, puntualizó.

Sobre el trabajo en conjunto, Gil Navarro reconoció que son “tres maniáticos y neuróticos”: “Nos gusta mucho lo que hacemos, somos los tres muy exigentes, nos conocemos hace mucho tiempo y eso también hace que coincidamos en formas muy similares respecto a lo que queremos hacer”.

“La prioridad para nosotros es no tomarle el pelo a la gente porque es un esfuerzo muy grande acercarse al teatro”, resaltó.

Bertolini además habló sobre lo que implicó volver a trabajar después de la pandemia. Reconoció que “fue difícil al comienzo porque había muchos protocolos y susto, pero eso se revirtió hace algunos meses”. Y destacó la respuesta que han recibido del público.

La obra se desarrolló por poco más de una hora, donde los espectadores se rieron, aplaudieron y destacaron las actuaciones, en medio de un drama que también generó momentos de reflexión.

Al final, muchos se quedaron para poder transmitir sus sensaciones a los actores y poder tomarse una fotografía con ellos.

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