Crecimiento de la violencia, mayor consumo de droga y armas blancas dentro de las aulas: la realidad que callan las escuelas de San Luis
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación Provincial han realizado un relevamiento en los establecimientos, y los resultados son alarmantes. Sobre la agresión en el centro educativo del Barrio Pucará advirtieron que es “un hecho más de los que no se conocen públicamente”.
Los inconvenientes educativos y edilicios no son los únicos a los que se enfrenta docentes, directivos y alumnos dentro de las escuelas de San Luis. Existen otros, de una importante gravedad, de los que poco se sabe y nadie habla. Son los que viven a diario y de los que sí está al tanto el Gobierno provincial, pero nada se hace al respecto.
Episodios de violencia que crecen, un incremento en el consumo de drogas, estudiantes que van a clases con armas blancas e intentos de suicidio en edades cada vez más tempranas, son algunas de las realidades que marcan un contexto social alarmante del cual San Luis no es ajeno.
Si bien son situaciones que cada vez tienen mayor habitualidad, no toman trascendencia pública y se mantienen dentro de la comunidad educativa. Sí son trasmitidas a las autoridades con la necesidad de trabajar sobre los problemas, pero pocas son las respuestas que reciben.
Esta semana, un alumno de la Escuela N°6 “Santa María Eufrasia” fue apuñalado en una pierna por otro. El incidente tenía varios antecedentes de violencia, que tenían como origen relaciones familiares y barriales. Pero que detonó dentro de una institución educativa.
En este escenario, la secretaria General de la Unión de Trabajadores de la Educación Provincial (UTEP), Soledad Correa Amiotti reconoció que fue “un hecho más de los que no se conocen públicamente”. Y que por eso, desde hace años piden la conformación de gabinetes psicopedagógicos para de alguna manera “dar respuesta a la problemática social” de los chicos.
Correa Amiotti explicó que desde el gremio han realizado relevamientos en los establecimientos para conocer las diferentes condiciones de los docentes, los alumnos y directivos.
Entre los datos obtenidos enumeró “un aumento en la violencia, mayor consumo de drogas y uso de armas blancas por los chicos”.
“Esto está preocupando mucho a las instituciones educativas, a los equipos directivos y docentes. Cuestiones que nos están sucediendo, pero que quedan de la puerta hacia dentro”, expuso en declaraciones al programa Nada Secreto de radio Universidad.
Sobre las armas blancas, transmitió que los estudiantes dicen tenerlas “para defensa personal para cuando salen de la escuela porque son abordados y les roban la mochila o los golpean para sacarles celular o zapatillas”.
“Estas son las realidades que están viviendo muchos de nuestros jóvenes. Vemos mayor presencia de armas. Y desgraciadamente el consumo de drogas y alcohol aumenta exponencialmente”, graficó.
Pero esa no es la única inquietud, sino que se suma “cómo vienen creciendo los intentos de suicidios en jóvenes y adolescentes, se dan cada vez en edades más tempranas”.
También expresó tristeza por los resultados de este relevamiento, y adjudicó este panorama a “un deterioro del entramado social, donde las familias no están pudiendo acompañar a estos niños y jóvenes”.
“Los pibes están cada vez más solos. No existe un acompañamiento de las familias en cuanto a la asistencia. Está pasando hace rato y la pandemia ha calado hondo”, insistió.
Por lo mismo, reiteró que en numerosas ocasiones pidieron al ministerio de Educación la implementación de gabinetes psicopedagógicos con profesionales que puedan trabajar sobre estas realidades, pero “la respuesta es que ‘no’ hace mucho tiempo”.
“Necesitamos la escucha y el acompañamiento del Gobierno de la provincia para recuperar a los pibes que no van a clases, y los que van presentan un número importante de ausentismo. Hacia ese pedido tampoco hay una contestación”, agregó.
Por otro lado, tuvo en cuenta el “número de chicos que sufren abuso” donde “el director y docente debe denunciar estas situaciones y se encuentran solos, siempre enfrentándose a una familia que amenaza”.
“Hay muchísima soledad y se trata de acompañar a los jóvenes. Tienen que trascender las cosas para que se logre mayor intervención del ministerio de Educación. Es necesario un plan de contención”, subrayó.