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Historias de San Luis: azufre, matico, ajo, empachos, grasa de león y otras yerbas

¿Cómo te vas a olvidar Nino del azufre para sacar el aire de las torceduras de cuello o tortícolis?.

Remedios caseros.

por Nino Romero

elchorrillero.com

Actualizada: 20/08/2022 22:51

¿O del cigarrillo haciendo ruiditos en el cuello que servía para lo mismo si no tenías una barrita de azufre?

Mails como estos llegaron muchos. Gracias.

Lo que pasa es que estas notas han sido recordatorios de algunos curanderos y curanderas y de paso algunos remedios populares o caseros que ellos recomendaban.

De ninguna manera pretende ser una recopilación de remedios caseros ya que esa es una tarea científica de la que existen numerosas y valiosas publicaciones. Estas

En la última columna di algunos ejemplos de remedios caseros productos de charlas con curanderos y curanderas, y en algunos casos con sus descendientes.

Un tema en el que no se ponían de acuerdo era en la cura del empacho “tirando el cuerito”.

La mayoría sostenía que es peligroso, y que se podían lograr los mismos resultados con las mediciones de la cinta o la corbata y las oraciones del caso.

Volviendo a sugerencias para los males físicos, el matico es muy recomendado para los problemas digestivos.

Hay que hacer bastante cantidad de una infusión, dejarla enfriar, y luego tomar cada vez que se tenga sed.

Algunas veces hemos tomado mezclas bastante bravas para tragar.

Como, por ejemplo, dientes de ajo con aceite en ayunas para los parásitos, y si se trataba de niños, mezclar poca cantidad de ajo con miel y leche.

Diente de ajo.

Eso sí: en ayunas. Un asco, dijera doña Luisa, “pero que hace muy bien”.

Después lo compensamos con una taza de mate cocido y pan casero.

Cuando el problema era de los oídos, se debía hacer un gran cucurucho de papel, colocar suavemente la punta en el oído y quemarlo.

“¡Guarda con los pelos!”, advierte don José, burlándose de su calvicie y contando que es pelado “porque se le chamuscaron las lanas en una curación”.

Y remata su relato con una sonora carcajada, en un patio lleno de plantas de su casa en la zona oeste de la ciudad.

Agrega que si lo que entró fue agua en el oído, él recomienda colocar una gotita de aceite comestible dentro de la cavidad auditiva.

Y ya que estamos con los papeles de diarios, José recomienda que tiene una ayuda infalible para los que padecen “bronquitis o algo parecido”.

“Hay que tomar una hoja de diario completa, bañarla con el cebo de una vela derretida, doblarlo en cuatro y pincharlo con un tenedor”, explica.

Añade que “así hay que ponerlo en el pecho para pasar la noche, y seguramente amanecerá mejor”.

Si apelamos a la memoria, no podemos obviar los masajes con unos ungüentos cuyos aromas llenaban todos los ambientes del hogar.

Y en algunos casos hasta te hacían lagrimear de lo fuerte que eran.

Luego aparecieron cremas con perfume de menta y eucaliptus que debías colocarte en el pecho, y cubrirte con una franela amarilla lo más tibia posible.

Doña Trinidad, de profesión cocinera, y cerca de los 90 años, enseña que para las quemaduras ella siempre se colocó un ungüento de yema de huevo con cera de abeja.

Y como tiene biznietos, relata que le sigue colocando polvillo de yerba mate para las paspaduras a los más pequeños.

Se dice que el arrope de chañar ayuda mucho a las vías respiratorias.

Arrope de chañar.

Y si se trata de mucha pero mucha tos, leche de burra, dice Don Chacho, a quien no le falta la grasa de león para cuando le duele la cintura.

Leche de burra .

Y sus riñones se alivian bastante con baños en fuentones con agua tibia a la que echa tabaco de cigarrillos para armar.

Los métodos de curación naturales han existido siempre.

Se han trasmitido de generación en generación

Y estas tradiciones aún se mantienen en nuestros días, como escribió el notable médico rural doctor Samuel Tarnopolsky en su libro: “Los Curanderos, Mis Colegas”. Creer o reventar como escribimos siempre.

Hasta el próximo encuentro.

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